Nada es casualidad cuando hablamos de la cultura, las tradiciones y la forma de ser de un determinado pueblo, todo tiene un por qué. La Ribera del Duero es una de regiones más despobladas en la actualidad en la península Ibérica, en la que la agricultura en torno a la vid y los cereales marca el paso del tiempo y de los años desde hace milenios. Sin embargo, esta zona rural de la denominada España vaciada tiene una larga historia que comenzaron a escribir los vacceos en el siglo VI a. C., quienes dieron a la cuenca del río Duero las señas de identidad que hoy la identifican, a ella y a todas sus gentes.
A escasos kilómetros de Peñafiel, concretamente en su pedanía de Padilla de Duero, donde solamente viven actualmente unos 30 habitantes durante todo el año, se encuentra el yacimiento arqueológico de Pintia, el mayor hallazgo vacceo del país. Fue descubierto durante el siglo XX, cuando la llegada de la maquinaria a los campos castellanos destapó los tesoros arqueológicos que se escondían debajo del trigo, la cebada o el centeno como consecuencia de la roturación de las tierras. Esta acción de labranza provocó la puesta al descubierto de todo un tesoro que explicaría el origen de la comarca, aunque también conllevó su destrucción, hasta que las autoridades intervinieron para protegerlo. La ciudad de Pintia, que contaba con zona residencial, necrópolis y un barrio reservado para el trabajo de los alfareros, fue declarada Bien de Interés Cultural en 1993.
Gracias a los estudios de la Universidad de Valladolid y la Asociación Cultural Pintia, se continúa investigando cada hallazgo que encuentran, aunque no existe un amplio apoyo por parte de la Junta de Castilla y León para explorar en profundidad el terreno ni tampoco darle visibilidad. A pesar de ello, existe el Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg en la localidad de Padilla de Duero, que organiza visitas para dar a conocer este importante patrimonio y cada día sigue analizando la vida de aquellos primeros pobladores de esta comarca vallisoletana. Desde Bekia Viajes te contamos a continuación todo lo que tienes que saber de este yacimiento y cómo y cuándo puedes ir a visitarlo. Después de tu visita, te aseguramos que te darás cuenta que en la Ribera del Duero no todo son visitas a bodegas ni catar vinos.
Quiénes eran los vacceos
Antes de la romanización de la península Ibérica, en la cuenca del Duero se encontraba asentada la etnia de los vacceos, un pueblo de procedencia celta que había desarrollado toda una cultura en base que establecieron en diferentes ciudades-estado, independientes la una de la otra, regidas por una aristocracia guerrera. Uno de estos núcleos de población fue Pintia, cuya vida se extendió desde los últimos siglos del milenio anterior a Cristo, viviendo su máximo apogeo en la Edad del Hierro, hasta la era de los visigodos, cuando en el siglo VIII, con la llegada de los árabes, Pintia quedó totalmente abandonada y sumergida bajo la árida tierra castellana.
Cabe destacar que, aunque independientes, estas ciudades no estaban aisladas del mundo. La base de su economía era la agricultura, utilizando los excedentes para comercial con otros lugares a través del sistema de trueque, habiendo constancia que hasta con regiones de Centroeuropa llegaron a mantener contacto. Una de las curiosidades es que la sociedad carecía de sistema de escritura, aunque fuentes clásicas latinas y griegas sí que han hablado de ellos, siendo estos testimonios, junto con los de las piedras, los que ayudan a narrar su protohistoria.
De los vacceos no solo nos ha llegado hasta la actualidad una herencia en forma de restos arqueológicos, sino también un patrimonio intangible que se percibe en la propia sociedad actual de la Ribera del Duero. Al igual que estos antepasados, todavía hoy los cereales constituyen la principal actividad económica de la zona, donde el cultivo de secano está a la orden del día. Del mismo modo, la gastronomía local les debe mucho, ya que fueron ellos quienes comenzaron a realizar parrillas de hierro sobre las que hacían a la brasa posteriormente el cordero lechal, existiendo también la variante asada, tan popular en nuestros días.
La ciudad de Pintia
Padilla de Duero y Pesquera de Duero son las dos localidades actuales sobre las que se integra el yacimiento de Pintia, especialmente la primera, donde se encuentra la mayor parte del mismo y en el que se emplaza el Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg de la Universidad de Valladolid. Más de 120 hectáreas de terreno son las que hoy en día ocupa la zona arqueológica declarada Bien de Interés Cultural, pero no es posible determinar la extensión concreta que tendría esta ciudad.
Actualmente, y después de décadas de análisis y excavaciones, se sabe que estaba formada por un área residencial (Las Quintanas), una necrópolis (Las Ruedas), un barrio para los artesanos (Carralaceña), una zona con hornos crematorios (Los Cenizales) y murallas defensivas (Los Hoyos y Las Navas). A todo ellos habría que sumar las tierras de labranza y las dedicadas al ganado. Curioso es que toda esta estructura urbana habitada por miles de personas hoy en día se encuentre integrada dentro de esa España vaciada que no suma ni un habitante por kilómetro cuadrado en muchos casos.
- Las Quintanas : se trata del barrio residencia de la ciudad de Pintia. Actualmente ocupado por campos de cultivo de secano, no está del todo estudiado ya que solamente 25 hectáreas han sido anexionadas al yacimiento. Esta zona residencial estaba rodeada de muralla y fosos, los denominados Los Hoyos y Las Navas, aunque no por ello no fue destruida en varias ocasiones, siento pasto de las llamas. A pesar de ello, siempre resurgió de las cenizas, estando en activo hasta el siglo VIII. Vacceos y romanos la habitaron como tal, mientras que los visigodos utilizaron este área como cementerio, hablando incluso algunas fuentes de la posibilidad de que construyeran alguna pequeña iglesia. Con los árabes, se abandonó por completo. Las excavaciones han puesto al descubierto cómo era la vida en estas casas de adobe y madera, compuesta por vestíbulo, almacén, cocina y una habitación principal.
- Las Ruedas : la necrópolis de la ciudad es la sección del yacimiento que más se ha estudiado, ya que fueron los terrenos que la Junta de Castilla y León adquirió para el desarrollo del estudio de los restos encontrados. Esta zona se visita directamente con los arqueólogos del Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg. Los vacceos procedían a la cremación de los cuerpos cuando fallecían, a excepción de los bebés, que eran enterrados directamente. Una vez tenían las cenizas, las introducían en urnas y acompañaban las mismas de objetos personales del difunto, réplicas de joyas a base de barro y comida, todo con el objetivo de facilitar el paso al más allá. El cementerio estuvo activo hasta el siglo II d. C., siendo posible identificar alguna tumba perteneciente ya al período romano como tal e identificada con textos latinos.
- Los Cenizales : los hornos crematorios se encontraban también en la propia ciudad, cerca de la necrópolis. A pesar de que no han sido ampliamente estudiados ni analizados, se sabe que esta zona era utilizada para tal efecto, posiblemente a lo largo de más de treinta generaciones, habiéndose encontrado aquí una amplia acumulación de cenizas.
- Carralaceña : este barrio estaba situado extramuros de Pintia y era el lugar en el que vivían los artesanos. Tenían sus propias viviendas y necrópolis, aunque los hallazgos más interesantes han sido los hornos en los que cocían el barro para producir todos los elementos de cerámica que utilizaban tanto en su vida cotidiana como en sus rituales funerarios. Cabe destacar que también estos artículos eran utilizados para comerciar, algo que no de extrañar, ya que de los tres hornos que se han encontrado, uno de ellos es, hasta entonces, el más grande y mejor conservado de toda Europa, con un diámetro de 4,5 metros.
Cuándo visitar el yacimiento de Pintia
Los meses de verano son perfectos para planear una visita al yacimiento vacceo romano de Pintia, ya que durante los meses de junio, julio y agosto no es necesario concertar una hora y día concreto. Se realiza en este período estival de miércoles a sábado a las 10:30h, 12:30h, 17:30h o 19:30h, y los domingos solamente en los turnos de la mañana. El resto del año, para poder hacer una visita tiene que salir un grupo mínimo de 10 personas y horarios son bajo petición, pero solamente de viernes a domingo y en festivos.
La duración de la visita al yacimiento de Pintia es de dos horas, aproximadamente, comenzando en el Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg, situado en la Plaza Mayor de Padilla de Duero. Aquí se visualiza un documental que narra el origen de este poblado vacceo para situar en contexto a los visitantes, para posteriormente el guía-arqueólogo proceda a abrir las vitrinas para explicar la forma de vida de esta sociedad a través de los objetos que se han encontrado en el yacimiento y que aquí se exponen. Una vez terminada la explicación, la visita continúa por el yacimiento, recorriendo la necrópolis de Las Ruedas.
Durante ciertas épocas del año, Pintia organiza determinadas actividades de corte lúdico para atraer la atención de los visitantes. Por ejemplo, en junio suelen celebrarse jornadas de arqueología que permiten la visita gratuita del yacimiento, mientras que el resto del año hay que comprar una entrada. Del mismo modo, hay una experiencia que permite excavar junto a los arqueólogos o talleres de alfarería.