Enclavado en la sierra norte de la provincia de Guadalajara se localiza uno de los parajes más pintorescos de la península Ibérica, los pueblos negros. El ambiente rural y la arquitectura popular son las grandes señas de identidad de esta región, que se ve sustentada por la piedra pizarra como material constructivo de todas sus casas, iglesias, puentes o cualquier otro tipo de elemento. Además, son el gran contraste con la otra cara de España, en la que se encuentran los famosos pueblos blancos de Cádiz.
Alrededor de la Sierra de Ayllón y el pico Ocejón, parte del Sistema Central de la provincia de Guadalajara, se sitúan los pueblos negros más emblemáticos. Sin embargo, también en Segovia o Madrid se pueden encontrar algunos más, sirviendo de antesala para la escapada por los guadalajareños. En concreto, es importante destacar Patones de Arriba, al noroeste de la Comunidad de Madrid, que con sus calles empedradas y sus casas levantadas en piedra pizarra hacen las delicias de los turistas que se acercan hasta este rincón de la sierra madrileña. Sin embargo, el viaje continúa hacia Guadalajara.
Desde Tamajón a Valverde de los Arroyos
Tamajón es considerado el inicio de la ruta de los pueblos negros de Guadalajara. Desde él parten dos bifurcaciones diferentes para descubrir los distintos municipios que componen el viaje. Aunque Tamajón no está considerado un pueblo negro, de él sobresale una de las iglesias de origen románico de la zona, dedicada a Santa María de la Asunción. De este estilo el templo todavía conserva los arcos de medio punto de su entrada porticada, puesto que el resto del edificio se adaptó siglos después al Renacimiento. En la zona también se puede visitar la Ciudad Encantada de Tamajón, un paraje kárstico que se ha ido formando por la erosión del terreno, siendo hoy todo un paisaje de cuento por el que disfrutar de un bonito paseo entre piedras de formas caprichosas.
Tomando la primera de las bifurcaciones para iniciar el viaje se llega a Almiruete, que destacada por su iglesia románica del siglo XIII y su famoso carnaval, de los más famosos en esta zona de la sierra norte de Guadalajara. Esta celebración lleva a sus espaldas varios siglos de antigüedad, estando declarada de Interés Turístico Provincial. Sin embargo, no puedes irte sin pasear por sus calles, en las que encontrarás casas de piedra y tejados de pizarra que hacen que este pueblo también forme parte de la arquitectura negra de la región.
La ruta continúa hasta Palancares, que también forma parte de los pueblos negros y cuya peculiaridad es la naturaleza, que campa a lo largo y ancho de sus calles, haciéndose dueña y señora de todos sus rincones. El verde de los árboles o de la propia hierba que hace las veces de calle contrata a la perfección con el negro de sus casas, color característico de esta región. Sin embargo, el plato fuerte es el último pueblo de esta bifurcación que hemos tomado desde Tamajón, llegando a Valverde de los Arroyos.
El municipio de Valverde de los Arroyos es uno de los pueblos negros por excelencia. Forma parte también del inventario de los pueblos más bonitos de España, ya que sus calles empedradas, sus casas de pizarra, su plaza mayor o su iglesia construida a base de esta piedra negra y también de madera, hacen de este rincón de Guadalajara un lugar mágico en el que disfrutar de un magnífico paseo rural. Además, cerca se encuentra la Cascada de Despeñalagua, situada a las afueras del pueblo, accediendo a ella a través de un sendero por el que se camina durante una hora. Se trata de una extraordinaria caída de agua desde más de 120 metros de altura. Naturaleza y arquitectura negra se unen en Valverde de los Arroyos.
Desde Tamajón a Majaelrayo
La otra bifurcación que parte desde Tamajón también pasa por una gran cantidad de pueblos negros en los que disfrutar de esta peculiar arquitectura hasta llegar a uno de los más bellos de todos, Majaelrayo. La primera parada que se puede hacer en esta segunda ruta es en Campillejo. Esta localidad cuenta con una iglesia que sigue las trazas estilísticas de la zona, habiendo sido restaurada recientemente. Al pie del pico Ocejón se encuentra El Espinar y Espinar, aunque también se puede desviar un poco la ruta para acercarse hasta las Cascadas del Aljibe, que cuentan con un par de caídas de agua impresionantes. Muchos turistas deciden llegar a ellas siguiendo caminos y senderos para visitarlas a pie, saliendo desde El Espinar o Roblelacasa, otro de los municipios de esta pintoresca región de Guadalajara.
Continuando por esta segunda bifurcación se llegará hasta Campillo de Ranas. Tanto los muros como los tejados de las diferentes casas que forman este pueblo son de pizarra, mientras que los dinteles de las puertas y ventanas son de madera. Un bello conjunto de construcciones basadas en la arquitectura popular de la zona que contrasta con el paraje natural en el que se enclavan, dentro de la Sierra del Robledal.
Majaelrayo es el final de esta segunda ruta que hemos comenzado también desde Tamajón, como en el primer caso. A orillas del río Jaramilla y rodeado de multitud de picos rocosos se encuentra este último pueblo negro que tu escapada a esta zona de Guadalajara tiene que incluir. Es por ello que, además de visitar la arquitectura negra de sus calles, es un rincón perfecto para los que buscan el contacto con la naturaleza.
Cuándo visitar los pueblos negros
Una vez descubiertos los principales pueblos negros que debes incluir en tu escapada a Guadalajara, es importante planear el momento adecuado. Sin duda alguna, los meses otoñales son perfectos para planificar un viaje por esta región española. De por sí, la piedra pizarra presenta tonalidades ocres, el color por excelencia del otoño, que se verá mucho más intensificado con los juegos de luces tan característicos de esta época del año.
Los pueblos negros son una de las opciones perfectas para una escapada rural por Castilla-La Mancha. Esta ruta por la provincia de Guadalajara es un acierto asegurado cuando lo que se busca es disfrutar de la naturaleza, la arquitectura popular y las raíces auténticas. No es de extrañar, por tanto, que en algún momento la UNESCO incluya esta región dentro de su Lista Patrimonio de la Humanidad como desde distintos sectores ya se reclama.