Para aquellas personas que residan en la Comunidad de Madrid o alrededores (o cualquier parte) y quieran hacer una escapada a la montaña a un lugar diferente y tranquilo, Casillas es el pueblo que buscan, ya que en tan solo una hora se pueden evadir de los ruidos y contaminación de la ciudad. Es un pueblo que está rodeado de un gran bosque de castaños y robledales en las lomas de la montaña cerca del nacimiento del río Tiétar.
Cerca se encuentra el municipio de Sotillo de la Adrada, al sur de Santa María del Tiétar y al norte con El Barraco. Es un lugar para hacer escapadas tanto en verano como en invierno porque tiene un ambiente de lo más acogedor desde que se entra en el pueblo. Los inumerables paisajes repletos de árboles y casitas en el interior de la montaña no dejarán indiferente a nadie. Es un pueblo con un clima frío, sobre todo en invierno y gracias a ello Casillas se cubre de nieve invierno tras invierno. En verano, cuando aún está el sol las temperaturas son bastante altas pero cuando cae la noche refresca.
Un poco de historia
Casillas está incluido dentro de la extensión de terrenos que le fueron concedidos a Sotillo de la Adrada el 14 de octubre de 1393, que fue cuando se construyó como villa. La historia de Casillas siempre ha estado ligada a la de este pueblo colindante, debido a los vínculos jurisdiccionales como territoriales que existían entre ambos.
Para poder acceder a Casillas, la principal vía de acceso al municipio es emdiante la carretera comarcal C-501, más conocida como Autovía de los pantanos. Un poco antes de llegar a la entrada de Casillas se encuentra el Pantano de San Juan, lugar de recreo de cada verano de infinidad de turistas y donde se encuentran restaurantes y actividades acuáticas para sobrellevar las altas temperaturas del verano. Esta carretera parte de la localidad madrileña de Alcorcón y transita por todo el valle del Tiétar que además tiene unos paisajes increíbles a lo largo de todo el recorrido.
Cuando ya quedan pocos kilómetros para acceder al pueblo hay que tener en cuenta que se puede accer mediante dos accesos, siempre pasando por la carretera mencionada anteriormente. El primer pnto es mediante la glorieta que se sitúa en el kilómetro 70 de la C-501, lugar al que se denomina La Venta. Por otro lado, el segundo punto de acceso a Casillas se realiza tomando la carretera del pueblo que nace en la localidad vecina de Sotillo de la Adrada, ya que se comunican de manera directa. Como recomendación hay que tener en cuenta las curvas y los precipicios que hay por lo que la velocidad deberá ser muy reducida y tener especial cuidado.
Además, si se quiere viajar en transporte público también se puede acceder al precioso pueblo situado en el interior de la montaña mediante la empresa de autobuses El Gato que salen desde la estación de Méndez Álvaro (en Madrid) y el precio es de lo más asequible. Es un municipio que no tiene mucho habitantes pero que en verano se triplica ya que es un lugar perfecto para pasar los días de verano. En semana santa y la festividad de San Antonio de Padua (13 de junio) también se nota un aumento de turistas.
Qué ver en Casillas
El Puerto de Casillas se encuentra al norte de la localidad siendo uno de los entornos naturales más especiales que tiene el municipio es El Puerto, y constituye el primero en la Sierra de Gredos. Constituye la entrada natural a la Reserva Natural del Valle de Iruelas, desde donde se pueden ver unas excelentes panorámicas del entorno como de la Sierra de Paramera y el Embalse de El Burguillo sobre el río Alberche. En este enclave se pueden hacer diferentes sendas marcadas, a través de las cuales se pueden acceder a lugares como el Pozo de la Nieve, el Canto del Berruevo, el Cerro de la Escusa o el Alto del Milo.
También se puede visitar el Museo Etinográfico de la Resina, de gran atractivo educativo y cultural. La parroquia de San Antonio de Padua situada en el centro del pueblo en una de las calles que bajan del ayuntamiento, es uno de los lugares de interés que no deben dejarse de ver ya que además de ver la construcción de la iglesia la panorámica es increible ya que tiene un mirador que da un bosque inmenso.
Otro de los lugares que el cual también es una una parada obligatoria son Las Eras, una zona recreativa de campo que tiene barbacoas (Las barbacoas no podrán utilizarse en ningún caso durante los meses de junio a septiembre, ambos inclusive), mesas de piedra para comer y una fuente. Uno de los planes más tradicionales que hay, ir a pasar el día al campo. la extensa pradera de la que consta es un lugar perfecto donde los niños y animales pueden jugar libremente exentos de coches. Un plan alternativo sería pasear por las callejuelas y sus enormes cuestas y descubrir cada rincón de Casillas donde en cada esquina hay una historia que contar.
No puede faltar tampoco parada a la piscina municipal, que se encuentra en una de las zonas más altas del pueblo rodeada de árboles, que cuenta con un restaurante antes de entrar al recinto que por supuesto también cuenta con una panorámica difícil de olvidar.
Dónde comer en Casillas
Una vez que se va a Casillas, es recomendable pedir para comer carnes en los segundos platos ya que la calidad es exquisita. La gran riqueza que tiene el suelo hace que los huertos den buenas cosechas y también de la mejor calidad en frutas, verduras y hortalizas. Uno de los platos típicos son las patatas revolconas (patata con pimentón y como guarnición productos cárnicos de la matanza). Si se viaja en otoño, el producto estrella que se encontrarán será la castaña que sigue sorprendiendo por el tamaño como por su sabor.
En cuanto a restauración uno de los lugares más recomendados para comer es restaurante El Robellano (pasaje Eras del robellano en gps), ya que se encuentro unos kilómetros alejado de lo que es el centro del pueblo. Es una casa rural donde sirven las mejores carnes y además tiene unas vistas increibles, sin olvidar la calma que da el lugar donde se enuentra. En la época de verano se pueden bañar en una piscina que pertenece al restaurante y gozar de unos momentos de tranquilidad. En el centro del pueblo se sitúa el restaurante Hostal Tía María, donde además de comer bien se pueden alojar para dormir y la ubicación es idónea y conecta con todos los puntos de interés de Casillas.