A la hora de definir un plan de ruta para descubrir el país de Gales en su totalidad, resulta difícil descartar ciertos lugares y quedarse, tan solo, con unos pocos. Conocer este pequeño rincón de Reino Unido al completo tomaría semanas, por lo que lanzarse a visitarlo por zonas y en diferentes periodos de tiempo se presenta como la opción más segura y, a la vez, asequible para cualquier bolsillo. Un itinerario que, en nuestro caso, tomará el norte de Gales como protagonista, presentando sus muchos castillos, paisajes y pueblos encantadores que tanto animan a los turistas a conocerlos.
Así, para poder iniciar este precioso recorrido, lo primero de todo sería fijar el aeropuerto de destino más cercano al que trasladarnos. En este caso, por ejemplo, ciudades como Liverpool o Manchester, muy cercanas al norte de Gales, se convierten en puntos clave para poder alquilar un coche allí mismo y adentrarse en este bonito paraje. Además, también te ofrece la posibilidad de alargar tu estancia en el país durante, al menos, un par de días más y conocer estas dos bonitas y curiosas ciudades, instaladas a apenas 50 kilómetros la una de la otra y repletas de muestras de historia y cultura.
De esta forma, y tras pisar tierra británica, emprenderemos este viaje con rumbo a Llangollen, nuestra primera parada. Un curioso pueblo de apenas 3.000 habitantes cuyo ambiente familiar y juvenil te sorprenderá demasiado. Además, si a ello le sumas que tu visita tiene lugar en verano o con buen tiempo, la multitud podrá superar incluso tus expectativas, ya que se considera uno de los lugares con mayor reclamo del norte de Gales en esa época. Allí, la subida a las ruinas del Castell Dinas Brân, la visita a la iglesia de San Collen, el paseo a orillas del río Dee y el viaje en el característico tren de vapor de Llangollen se convierten en los imprescindibles de este curioso rincón galés.
Más tarde, y tras este primer contacto con la gente y el idioma de Gales -no lo intentes, te será realmente difícil llegar a pronunciar una sola palabra bien de la que es la segunda lengua más hablada de Gran Bretaña-, pondremos rumbo hacia el interior del norte del país para dar con nuestra segunda parada de la ruta: Betws-y-Coed. Una meta para la que solo hará falta conducir unos 135 kilómetros y, así, encontrar la más pura calma y un escenario donde el color verde se tornará principal protagonista. Allí, pasear en pleno campo en este pueblo de apenas 500 habitantes será posible. Después, y tras respirar aire puro, nos dirigiremos hacia las conocidas Swallow Falls, a unos 10 minutos de distancia en coche. Una cascada de 42 metros de alto que te permitirá tomar algunas de las instantáneas más bonitas del viaje.
Un paseo por la Bahía de Prenrhyn
Desde allí, y tras recorrer unos 32 kilómetros al norte, llegaremos a algunas de las paradas con vistas al mar más excepcionales de esta preciosa ruta por Gales. Así, una vez llegados a la famosa Bahía de Penrhyn, tomaremos la población vacacional de Llandudno como punto de partida en esta nueva ubicación. Allí, las paradas y visitas que más acapararán tu atención se centrarán en su paseo marítimo, las fachadas de sus maravillosos hoteles -entre los que destaca el Gran Hotel- y el Llandudno Pier o muelle de madera, en el disfrutar de una agradable jornada de ocio. Desde allí, además, se pueden divisar unas bonitas vistas tanto a la playa como a Great Orme´s Head, un parque natural en el que se hallan unas milenarias minas de las que se extraía bronce en la Época de Bronce.
Incluso si dispones de tiempo, también puedes bordearlo en coche para observar, de primera mano, la belleza que aguardan cada uno de sus rincones, hasta llegar al siguiente punto de la ruta: Conwy. A medida que nos vamos acercando a este pintoresco pueblo medieval, te será fácil divisar la que es, sin duda alguna, su auténtica joya de la corona. Podríamos decir que se trata de uno de los principales monumentos de la zona -si no el principal- que logra que, año tras año, miles de turistas se desplacen hasta el norte de Gales para conocer sus increíbles atractivos. Y este no podía ser otro que su imponente castillo, construido por orden del rey Eduardo I de Inglaterra en el siglo XIII.
Visitar su interior será una de las actividades obligadas a realizar en este conocido pueblo galés. Un recorrido que te obligará a imaginar la disposición de cada una de las estancias por aquel entonces, ya se encuentra totalmente derruido por dentro, y que te dejará divisar, desde lo alto, las mejores imágenes del pueblo y de su propio puerto pesquero. Será en Conwy, además, donde podrás visitar la que es considerada como la casa más pequeña de Gran Bretaña, reconocida por el Libro Guiness de los Récords y con medidas de 1,82 de ancho por 2,43 de profundidad y unos 3 metros de alto. Así, por apenas 1 libra por adulto y 0,75 céntimos de libra por niños, es posible descubrir el interior de este hogar habitado desde el siglo XVI, más o menos, hasta alrededor de 1900.
Aunque el castillo de Conwy no será el único que veamos en este recorrido por el norte de Gales. Para dar con la siguiente fortificación, habrá que conducir unos 60 kilómetros hacia el oeste hasta dar con la población de Caernarfon. Un punto idóneo en la geografía del país galés que ofrece la posibilidad tanto de descubrir sus propios rincones con encanto hasta visitar preciosas playas de alrededor y planificar escapadas de ensueño al Parque Nacional de Snowdonia. Aunque en esta ocasión optaremos por conocer más sobre este pequeño pueblo de origen romano. En él será inevitable visitar la grandeza de su castillo, también construido por órdenes del rey Eduardo I de Inglaterra, así como el fuerte romano y el tren de vapor característico de esta población.
De nombre impronunciable...
Después, llegará el turno de cruzar el puente que nos lleve hasta la isla de Anglesey, donde te aseguramos que el espectáculo, en cuanto a paisajes se refiere, estará más que garantizado. Aunque antes de ello, te proponemos un reto. Y no solo eso, sino que estamos seguro de que lo que vamos a contarte a continuación formará parte de tus recuerdos fotográficos de por vida. Así, tras adentrarte en esta curiosa isla de Gales cruzando el Britannia Bridge, te aconsejamos que te detengas en su primer pueblo, llamado Llanfairpwllgwyngyll, y te dirijas hacia su misma estación de tren. Descubrir su nombre te acabará provocando una risa floja bastante común entre todos los que allí se acercan, para constatar que de verdad es real: Llanfairpwllgwyngyllgogery-chwyrndrobwllllantysiliogogogoch.
Y no, tampoco intentes pronunciarlo de seguido porque es básicamente imposible para cualquier ser humano no galés. Pues bien, tras esta pequeña anécdota del viaje, seguiremos nuestro camino unos 32 kilómetros más al oeste hasta llegar a Holyhead. Un pintoresco pueblo de la isla de Anglesey con visitas históricas y naturales bastante llamativas, como el fuerte Caer Gybi, la iglesia de St. Cybu, el centro de artes Ucheldre y su increíble faro moderno en South Stack. Esperar hasta el atardecer te merecerá la pena solo por conseguir auténticas postales fotográficas de ensueño. Más tarde, y si el cuerpo aún te pide más, te proponemos también acercarte hasta el curioso pueblo de Portmeirion, a hora y cuarto de camino. Un lugar diseñado al completo por el arquitecto galés Sir Clough Williams-Ellis, cuyos edificios muestran una estética italiana bastante cuidada. Eso sí, ten en cuenta que sólo por entrar deberás pagar entrada...