La Ruta Fortificada de Menorca: descubre la isla recorriendo castillos, fortalezas, torres y museos

Menorca es el destino perfecto para aquellos viajeros que buscan combinar diferentes atractivos, ya que ofrece una amplia variedad de lugares turísticos. Al ser reconocida como Reserva de la Biosfera, la naturaleza está en estado puro, algo que se mezcla con los pueblos donde callejear. Su gastronomía no pasa desapercibida y cuenta con platos estrella como la caldereta de langosta o la oliaigua. Después de una buena comida, qué mejor plan que aprovechar para visitar los museos de la zona y descubrir la historia de Menorca.

La isla tiene una ubicación privilegiada, prueba de ello es que las grandes potencias europeas la veían como bastión estratégico para hacerse con esta parte del Mar Mediterráneo. Desde ese momento, Menorca fue añadiendo a sus piedras propias de la cultura talayótica fortificaciones y torres defensivas que servían para enfrentarse a los ejércitos invasores.

Playa de Menorca

Poco a poco se fue creando un atractivo turístico con una gran historia detrás, que combina a la perfección otros intereses de la zona. Para conocer la riqueza histórica y militar de Menorca, hay una ruta que te lleva por los lugares más destacados de la isla. Un recorrido por la historia que pasa por castillos, fortalezas, fortificaciones, torres defensivas, bastiones, portales y hasta museos. Si quieres descubrir los secretos de Menorca, una buena opción es hacer la Ruta Fortificada, que pasa por todos estos lugares.

Castillos

La mejor manera de empezar la Ruta Fortificada es visitando los castillos, que forman parte de las huellas históricas. A día de hoy siguen siendo un atractivo turístico por su grandeza y conservación.

Castillo de Santa Águeda

Construido por los árabes en el siglo X en la parte más alta de la montaña de Santa Águeda, se conserva uno de los complejos defensivos más reconocidos de Al-Andalus. La función principal del castillo era controlar el territorio y en especial, los puertos de la Costa Norte. Por ello, la ubicación es privilegiada, ya que desde lo alto del complejo se puede disfrutar de una panorámica espectacular. Para acceder al castillo, hay que seguir el camino de Alocs hasta llegar a las antiguas escuelas rurales y a continuación, pasar por una calzada de época medieval.

Castillo de Sant Antoni

Junto al mar, en Fornells, se encuentra el castillo de Sant Antoni, un enclave estratégico que empezó a construirse en 1637, durante el reinado de Felipe IV. La fortificación fue destruída en 1782, pero se restauró unos años después, conservando algunas galerías subterráneas y los restos de un bastión. Actualmente, se organizan distintos eventos culturales en este lugar.

Castillo de Sant Felip

Para terminar la parte de los castillos, se encuentran en Es Castell las galerías subterráneas de castillo de Sant Felip (siglo XVI). Este complejo, compuesto por una serie de elementos arquitectónicos en forma de estrella y concéntricos, llegó a ser uno de los más destacados de la época. En cambio, sufrió dos sitios y a día de hoy ya no quedan muchos restos en la superficie, aunque a nivel subterráneo se mantiene un gran recorrido por sus galerías. Una opción que, aparte de poder visitarse por el día, también se puede recorrer por la noches con figurantes que trasladan a los visitantes en otra época.

5 lugares de la Ruta Fortificada de Menorca

Fortificaciones

Una de las formas de conocer el pasado de Menorca y su papel estratégico es visitando sus fortificaciones. Las edificaciones, que se construyeron en un principio para servir como defensa en la guerra, han pasado a ser un lugar turístico en la actualidad. En esta ruta se incluyen tres que en su momento fueron muy importantes y todavía se conservan.

Fuerte de Marlborough

Construido por los británicos casi en la entrada, este pequeño fuerte se creó a partir de un foso con una galería de contraescarpa excavada en la roca. Su nombre hace mención a Sir John Churchill, duque de Marlborough y se construyó entre 1720 y 1726. Esta parada en la ruta es imprescindible si se quiere disfrutar de unas vistas

excepcionales desde el recinto superior de la parte histórica del Puerto de Mahón.

Además, la tecnología implantada hoy en día permite al visitante sentirse como si

estuviera en la época.

Fortaleza de la Mola

Situada en la entrada al Puerto de Mahón, se construyó la fortaleza aprovechando los cimientos de una antigua fortificación británica, el fuerte de la Reina Ana. La fortaleza de la Mola se ha convertido en un atractivo turístico, sobre todo para aquellos que les guste la arquitectura, por la ejecución de la cantería, las escaleras de caracol o las bóvedas de arista de las casamatas. Pero, si hay algo que destaca en este lugar, esa es la galería aspillerada, formada por un largo pasillo de casi medio kilómetro que servía para proteger el foso y el camino cubierto.

Fuerte de Marlborough

Lazareto

Lo que en un principio se creó como fortaleza sanitaria del siglo XVIII para prevenir epidemias, se ha convertido hoy en día en una sede de congresos y eventos culturales. En su momento, esta fortaleza era el lugar de paso obligado para los buques sospechosos de transmitir enfermedades infecciosas. Una vez allí, las tripulaciones debían pasar 40 días en la fortaleza para que no hubiera riesgo de infección. El recinto estaba unido a la costa en el puerto de Mahón por un istmo natural, pero por intereses militares se demolió.

Torres defensivas

En Menorca se pueden encontrar muchas torres de defensa y de vigilancia. En su mayoría, se encuentran en la costa, aunque algunas también están situadas en el interior. En la Ruta Fortificada, se hace un recorrido por 15 torres defensivas, de las cuales 11 fueron construidas por los británicos y 4 por los españoles entre los siglos XVI y XIX.

Torre d'en Quart

Es una de las mejor conservadas de Ciudadela, que sobresale entre las construcciones añadidas y destaca en el paisaje plano del entorno. Esta torre fue un dispositivo de defensa por el que controlaban las zonas más expuestas a las incursiones de los piratas. Sus fachadas, que en un principio eran de piedra y mortero con menajes verticales, se reforzaron con contrafuertes muy anchos. Con el paso de los años, pasó a usarse para la agricultura y la ganadería, aunque siempre manteniendo su esencia histórica.

La de la Princesa

Situada en el acantilado de La Mola, se construyó con el fin de evitar desembarcos enemigos en Es Freus. Su estructura estaba dividida en tres plantas, la central a modo de entrada, la terraza para pieza giratoria y la planta baja como almacén de pólvora y víveres. Esta torre sufrió una voladura inesperada, ya que un rayo en 1958 hizo que explotara el almacén. Por el momento, no se ha reconstruido nada, solo se ha consolidado y se ha mejorado el acceso para que los visitantes puedan ver el interior de la torre con total seguridad.

La Mola

Alcalfar

Esta torre de defensa se restauró hace pocos años y cuenta con una terraza diferente a la de las torres inglesas. Consta de tres plantas rodeadas con un 'cordón' y disponía de un horno para balas rojas, aquellas que se calentaban hasta alcanzar el rojo vivo y se disparaban contra superficies de madera para provocar incendios.

San Ganxo

Con aspecto y dimensiones similares a la anterior, esta torre de defensa domina la costa baja. Del mismo modo, cuenta con tres plantas, con la entrada en la del medio, aunque hoy en día las visitas se realizan accediendo por la planta baja. Ahora, está en manos del Instituto de la Juventud de Menorca y se usa como casa de colonias.

Torre de Fornells

Entre las múltiples torres defensivas, se encuentra la de Fornells, construida bajo la ocupación inglesa. Es una de las más grandes de la isla y recuerda a un pequeño castillo. En un principio tenía dos funciones: proteger la entrada del puerto de Fornells y prevenir el posible desembarco enemigo. Tanto esta torre como el resto comparten una cosa en común y es que, desde ella, se pueden divisar otras dos torres, con la finalidad de poder comunicarse entre ellas. Aparte de las vistas que ofrece, al subir desde el aparcamiento, se puede ver la Capilla de Nuestra Señora de Lourdes, pequeño santuario excavado en roca.

Des Castellar

La torre se construyó para defender las calas de la isla en apoyo al Castillo de Sant Nicolau. A diferencia de otras torres defensivas, su acceso se hace desde un corredor bajo tierra que conecta la planta baja con la galería de contraescarpa del terraplén. Esta torre tiene una curiosidad y es que, desde el mar, la terraza se encontraba hundida a la vista, por lo que los barcos enemigos se pensaban que era un pequeño fortín y eso la hacía más peligrosa.

Ruta Fortificada de Menorca

D'en Penjat

Construida en 1798 por orden del general Stuart, se levantó sobre el Cerro del Turco o del Ahorcado. Finalmente, se le dio el nombre de Torre d'en Penjat, que significa ahorcado en menorquín. Su objetivo era cubrir la entrada al puerto mientras se reconstruía el castillo de Sant Felipet, para cuando se acabara de completar el fuerte de Marlborough. Actualmente, no está abierto al público.

Sant Felipet

Y otra torre que no está abierta al público es la de Sant Felipet, construida en el mismo año que la anterior en la entrada del puerto de Mahón. Su ubicación era clave, ya que cualquier embarcación que estuviera en las inmediaciones debía pasar por ahí para entrar en el puerto. Cerca de la torre, se construyeron a finales del siglo XIX dos edificios usados para almacenar el material de las defensas submarinas del puerto y un tiempo después, se adaptaron para los proyectores de iluminación, que servían de auxiliares del tiro de costa nocturno.

Sanitja

Este lugar está muy deteriorado, sobre todo la puerta original y el matacán de defensa cenital. En sus inmediaciones, todavía están los restos de un edificio que sirvió para albergar a los dragones, soldados de caballería, que eran los encargados de comunicar los avisos que las torres no podían, a través de humos o fuegos. Ahora, se puede ver solo desde el exterior.

Sa Mesquida

Lo que en su día fue una torre defensiva, se ha convertido en una vivienda particular. Destaca la plataforma superior, preparada para el juego de un cañón giratorio para atacar a los barcos enemigos. Junto a la torre, se encuentra un recinto con vivienda para guardar la guarnición y cuerpo de guardia con garita para centinela.

Rambla

La torre Rambla se encuentra entre las calas Sa Torreta y Es Tamarells y actualmente, no está abierta al público. Desde su construcción entre 1799 y 1802 se han ido cayendo elementos de la torre. Con todos aquellos que se han podido recuperar, se llevó a cabo una reparación del lugar.

Torre de Fornells

La Mola o Cala Teulera

Con una estructura similar a la de la Princesa, esta torre llevó el nombre de Saint Claire, aunque después se conoció como Torre de la Mola. Su puerta original de entrada estaba en la planta intermedia, defendida por el matacán de arriba, pero posteriormente, se abrió una puerta al nivel del suelo.

Torre de la isla de Ses Sargantanes

Esta torre está situada en el extremo norte de la isla de Ses Sargantanes y fue una de las últimas construidas por el capitán D'Arcy. En este caso, no tiene planta intermedia, por lo que la planta baja servía como alojamiento de la guarnición y repuestos. Desde la planta baja, se podía comunicar con la terraza de combate a través de una chimenea con escalera portátil.

Torre de Cala Molí

Entre Cala Molí y Addaya, se encuentra esta torre que albergaba guarnición de 18 hombres y provisiones para un mes. Al igual que el resto de torres defensivas, cuenta con tres plantas, pero en este caso, la comunicación de el piso medio y la planta baja no era por escaleras, sino mediante una trampilla en el suelo. En 1973 la torre se restauró, aunque no hizo falta restaurar el interior porque se conservaba en buen estado.

Torre de Sant Nicolau

Esta torre tiene el origen de su nombre en una pequeña ermita que se encontraba en su lugar. Es una torre de defensa construida por los españoles a finales del siglo XVIII y ubicada en un lugar estratégico en el extremo oeste de la isla. Una escalera de caracol conecta con la terraza, además de comunicarse con la torrecilla usada a modo de observatorio.Actualmente, pertenece al Ayuntamiento de Ciudadela y permite visitas.

Baluartes

Después de conocer las torres defensivas, la ruta continua su camino por dos baluartes situados en Ciudadela. Los dos son los únicos testimonios que se conservan de la muralla medieval construida en el siglo XVI y demolida posteriormente por el crecimiento de la ciudad.

Parque natural de Menorca

Bastió des Governador

La residencia del gobernador de la isla se ubicaba donde se levantó el edificio del ayuntamiento. Por este motivo, el nombre que recibe hace mención al gobernador. Junto al Bastió de Sa Font, es el único testimonio que se conserva de la muralla después de ser demolida.

Bastió de sa Font

El bastión de Sa Font se termina de construir en 1692 con la finalidad de proteger el portal con el que comparte nombre, demolido casi doscientos años después. En sus inicios, su interior se usó como almacén del diezmo y pasó por distintas finalidades, hasta 1995, cuando se inaugura tras ser restaurado como sede del Museo Municipal de Ciudadela de Menorca.

Puerta:

Tras la Conquista de Menorca, los catalanes comienzan la construcción de una nueva muralla. Una clásica muralla medieval que cercaba la ciudad y que contaba con varias puertas que comunicaban la villa con el exterior. En la Ruta Fortificada se puede ver una de las puertas.

Pont de Sant Roc

Una de las puertas de la muralla es la del Puente de San Roque, conocida antiguamente como Portal de Arriba para diferenciarlo del Portal de Abajo. Esta puerta es el único resto visible de la muralla.

La Mola

Museos

Para acabar la ruta Fortificada, la mejor manera es visitar sus museos. Un total de cuatro museos que ayudarán al visitante a situarse en el contexto histórico de los monumentos y conocer un poco más de cerca la historia de Menorca.

Museo militar de Menorca

Situado en Es Castell, este museo ocupa parte del antiguo cuartel de Cala Corb y fue construido en 1771 por los británicos. Cuenta con 19 salas de exposición permanente en las que se puede ver la evolución histórica de la isla desde la prehistoria hasta el siglo XX. En sus salas, se pueden encontrar planos originales, maquetas de fortificaciones menorquinas, utensilios de ingeniería y hasta cañones antiguos.

Museu de Menorca

Lo que en el siglo XV era el convento franciscano de Jesús, se ha convertido en el Museo de Menorca, la institución a nivel de museos más importante de la isla. A través de más de 200.000 objetos, los visitantes podrán conocer la historia de la isla desde la prehistoria hasta la actualidad. Además de las salas de exposición permanente, este museo cuenta con exposiciones temporales en la planta baja.

Centre d'Art Ca n'Oliver-Col·lecció Hdez. Sanz-Hdez. Mora

Una de las casas más destacadas de la burguesía madredeña entre los siglos XVIII y XIX. Desde el 2015 acoge la Colección Hernández Sanz-Hernández Mora con mobiliario, obras gráficas, artes decorativas y una gran biblioteca. Aparte de las piezas de la colección que dan nombre al centro, cuentan con una planta inferior para exposiciones temporales y actividades de carácter divulgativo.

Can Saura. Museu de Ciutadella

La visita no puede completarse sin acercarse a Can Saura. Este museo es de carácter municipal y depende del Ayuntamiento de Ciudadela, una ciudad de gran belleza situada en el oeste de la isla.

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Se ubica en una antigua casa nobiliaria construida entre el siglo XVII y XVIII. En su interior se puede encontrar una amplia colección de elementos etnológicos y arqueológicos. Además, el museo cuenta con un programa de talleres y visitas a los centros escolares.