Irlanda tiene muchos lugares que ofrecer. Desde ciudades llenas de encanto a pueblos de lo más entrañables, pasando por una naturaleza digna de admirar que parece que siempre tiene nuevos sitios para contemplar. Por ello, en tu visita a Irlanda no puedes dejar de lado paisajes tan increíbles como los del Parque Nacional de Connamara, las Islas Aran o los Acantilados de Moher. Es por ello que no es de extrañar que se le conozca como 'Isla Esmeralda'.
En esta ocasión, la ruta costera de la Calzada será la protagonista de este artículo. No es para menos, la espectacularidad de sus 247 kilómetros llenos de experiencias que conectan Belfast con Derry-Londonderry son una parada obligatoria en el viaje por este país. En este camino podrás ver castillos, playas, senderos y mucha vegetación. Adéntrate en este recorrido y descubre Irlanda de una manera diferente.
Planificación del recorrido
Hay varias formas de recorrer este trayecto, por lo que para planificarlo hay que informarse y apuntar aquello imperdible. Esta vez, la senda comienza desde Belfast, donde se puede aprovechar para ver un museo sobre el transatlántico Titanic, su castillo o el precioso Ayuntamiento; y comenzar la aventura a partir de esta bonita ciudad.
Sendero de los Gobbins
La primera parada se encuentra a apenas 30 minutos en coche (32 kilómetros de distancia). Se trata del sendero de los Gobbins, un lugar lleno de historia y anécdotas para contar que se erige sobre los acantilados de basalto. En esta ruta se puede encontrar una gran biodiversidad, y no hay que olvidar que cuenta con más de 100 años de antigüedad. Mención especial merece su increíble puente tabular, que se suspende unos 10 metros sobre el mar, y el llamado Wise's Eye, un punto de este camino para contemplar la magnificencia del mar.
Hay un punto de este camino que hace un recodo saliente hacia el Mar de Irlanda, creando un auténtico acuario natural y donde se pueden ver mucha variedad de peces. Además, allí se puede encontrar mucha roca sedimentaria, en la que se pueden apreciar distintas huellas del paso de los años. Sin duda, un lugar imperdible para fundirse con la naturaleza y apreciar cómo la tierra también puede contar historias.
Cuevas de Cushendun
La Costa de Antrim es la siguiente detención en la lista, especialmente para aquellos fans de la serie 'Juego de Tronos'. Un poco más allá de la preciosa localidad costera de Cushendum, en una playa cerca de los valles de Glendum y Glencorp, se pueden encontrar las Cuevas de Cushendum, donde ocurrió una escena clave que tiene como protagonista a uno de los personajes más enigmáticos de la serie, Melisandre. Estas cuevas se formaron hace más de 400 millones de años, y fueron originadas por condiciones climáticas extremas. Irlanda aún se encontraba formándose, y estas formas se encuentran a lo largo de la costa, una bonita forma de recorrerlo. A pesar de ser de un tamaño pequeño, representa uno de los principales puntos de interés de la localidad.
Puente de cuerda de Carrick-a-Rede
Si tu objetivo es hacer unas buenas fotos, cruzar este puente es de lo más recomendado. Se encuentra uniendo la isla de Carrick con el condado de Atrim, fue construido hace más de 350 años por aquellos pescadores de la zona. Situado a 30 metros de altura sobre el mar, se puede disfrutar de las vistas, contemplando la isla de Rathlin e, incluso, también Escocia. Eso sí, si se tiene vértigo, advertimos que la aventura no será fácil. Hará falta valor, pues a pesar de ser seguro, la brisa es abundante y este sólido puente presenta algún que otro balanceo. La adrenalina estará por los aires, pero merecerá la pena para disfrutar de un paisaje espectacular.
Calzada del Gigante
La Calzada del Gigante, que recibe su nombre de la leyenda protagonizada por los gigantes Finn y Bennandoner, con unas vistas espectaculares es, si no el principal, uno de los puntos más conocidos de la Ruta de la Calzada y por el que la mayoría de turistas se lanzan a surcarlo sin pensarlo.
Según la leyenda, el gigante Finn tuvo una desavenencia con el gigante escocés Benandonner, que estaba amenazando Irlanda. Finn, enfurecido, agarró pedazos de costa en Antrim y los lanzó al mar. De esta manera, las rocas crearon una senda por la que Finn podía cruzar y darle una lección a Benandonner.
Esta calzada cuenta con menos de un kilómetro de recorrido, en el cual se podrán admirar las inmejorables vistas, donde sus más de 40.000 columnas hexagonales basálticas esculpidas por la naturaleza hace casi 60 millones de años se adentran en el Océano Atlántico. Un plácido paseo que te ofrece la posibilidad de contemplar una curiosa estructura de colores que irá cambiando en función de la luz natural a lo largo del día: desde el gris más profundo a primeras horas de la mañana, a marrones rojizos observados en el ocaso del día. Por si fueran pocos motivos, esta calzada fue declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1986, y Reserva Natural Nacional (National Nature Reserve) en 1987.
En resumen, la espectacularidad de este lugar permite escapar de la vida en la metrópoli y descubrir nuevos caminos que te entrelazan la leyenda y la realidad enmarcado en un paisaje de postal. La Calzada del Gigante debería ser un lugar que todo el mundo pudiese apreciar al menos una vez en la vida.
Otros lugares destacados
A partir de ahí, diferentes zonas merecen la pena ser apreciadas hasta completar esta bonita ruta. Entre ellos, encontramos:
- Castillo de Dunluce : Se construyó en el siglo XIV, y este es uno de los edificios más emblemáticos, siendo considerado como uno de los castillos más impresionantes, formando parte de algunas escenas de 'Juego de Tronos'. Está rodeado de peligrosas rocas, lo que hace la experiencia aún más auténtica. Una gran tormenta en el siglo XVII derrumbó gran parte, provocando que estos restos queden anclados al acantilado.
- Playa de Downhill : Coronada por uno de los monumentos más reconocidos de Irlanda del Norte: el Templo de Mussenden, construido en 1783. Esta playa es una de las más conocidas del país, al estar rodeada de acantilados.
- Derry-Londonderry : Esta ciudad ofrece multitud de actividades de ocio para poder disfrutar del entretenimiento irlandés. Su muralla se encuentra perfectamente conservada y fue construida entre 1613 y 1618.