Conocida como la ciudad de las tres culturas por haber estado poblada durante siglos por cristianos, judíos y musulmanes en convivencia, Toledo es la capital de Castilla-La Mancha. También ha sido conocida como 'La ciudad Imperial' por haber sido la sede principal de la corte de Carlos I. Durante la Edad Moderna la ciudad destacó como sede de los Reyes Católicos y por su participación en la guerra de las Comunidades de Castilla. Por otro lado, La ciudad de Toledo fue inscrita en la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad el 26 de noviembre de 1986. He aquí algunos de los lugares de la ciudad más bonitos y emblemáticos.
La catedral de Toledo
A pesar de que todos, tanto habitantes como turistas la conocen de esta manera, realmente se llama Catedral de Santa María. Sin ningún lugar a dudas es el monumento más representativo de la ciudad toledana, por su enclave y por su arquitectura gótica. Su construcción se inicio en el año 1226, bajo el arzobispado de Jiménez de Rada y con la protección del Rey Fernando III, conocido como 'El Santo'.
Este monumento está levantado sobre un anterior templo visigodo y a s vez sobre la Mezquita Mayor de Toledo. S e trata del edificio más grande iniciado en España en el siglo XIII. Tiene una enorme influencia de la tradición francesa, no obstante, también se basa en la arquitectura española de la época. Se trata de un templo muy amplio con planta de salón de cinco naves, y tiene cinco puertas que permiten el acceso: la de los Reyes, la de los Leones, y en la fachada principal están la puerta del Perdón, la de la Torre y la de los Escribanos. En el proyecto original se iban a levantar dos torres, una a cada lado de la fachada occidental, pero tan solo se consiguió levantar una.
Lo más importante de ver, además de disfrutar de sus fachadas exteriores, son sus capillas y su sala capitular. La Capilla Mayor es una de las que más alberga obras de arte. La capilla mozárabe tiene especial interés por haber sido designada por el cardenal Cisneros para restaurar el rito mozárabe en Toledo. La capilla de los Reyes Nuevos, hoy sin culto, forma una pequeña iglesia.
Entre las obras de arte que hay en la sacristía, cuenta con 'El Expolio' y 'El Apostolado' de El Greco, aparte de incluir cuadros de artistas como Caravaggio, Ticiano, Van Dyck, Goya, Morales, Rubens, Bassano, Juan de Borgoña o Lucas Giordano. Por otro lado, tiene el mayor número de vidrieras medievales conservadas, como la del rosetón del crucero o las de la capilla mayor.
La Plaza de Zocodover
Se trata de la plaza principal de Toledo, un punto de encuentro donde se concentra el casco antiguo de la ciudad. Antes era un mercado árabe y hasta hace unos años se mantuvo allí un mercadillo que popularmente se llamaba 'el martes' por el día que se celebraba. Fue Enrique IV quien concedió a la ciudad toledana un mercado cada martes, aunque ahora esta tradición se celebra en el parque de la Vega. La palabra 'Zocodover' procede del árabe y significa 'mercado de las bestias de carga'.
La plaza original fue destruida por in incendio el 29 de octubre de 1589, y es en ese momento cuando se decide construir una nueva. En 1854 se traza un nuevo proyecto, de la mano de Santiago Martín Ruiz, para reorganizar la plaza de Zocodover, transformándola en una plaza porticada rectangular como se conoce hoy en día.
Antaño, además de ser un mercado, esta plaza se utilizó para ajusticiar de forma pública a los condenados o durante los Actos de Fe de la Inquisición. Actualmente es donde se encuentran algunos de los lugares más emblemáticos a nivel gastronómico, como la famosa pastelería Santo Tomé, conocida por su rico mazapán, producto típico de la ciudad.
El Alcázar
Se trata del punto más alto de la ciudad, y es quizá por eso por lo que el Alcázar de Toledo siempre se ha utilizado como fortaleza. En sus inicios fue un palacio romano del siglo III, y más tarde fue restaurado y modificado por los cristianos durante el reinado de Alfonso VI y Alfonso X el Sabio. Sus fachadas mezclan estilos porque se desarrollaron en distintas épocas. La fachada este es medieval, la oeste renacentista, la norte plateresca y la sur churrigueresca con un patio de capiteles corintios.
A mediados del siglo XIX el Ministerio de la Gobernación instaló en la torre sureste un mecanismo telegráfico para recibir y enviar mensajes codificados desde Madrid hasta Cádiz. Durante todos los años de su existencia ha sido utilizado para varios usos, entre ellos cabe destacar que fue cárcel de la Corona, ha sido cuartel militar de ejércitos propios, Academia de Infantería o talleres de sederos.
Igual que la plaza de Toledo, a lo largo de su historia ha sufrido varios incendios durante la Guerra de Sucesión y la Guerra de la Independencia. Cuando terminó la Guerra Civil terminó prácticamente destruido porque allí se encontraba la Academia Militar. En la actualidad en su interior está el Museo del Ejército, que se inauguró en el año 2010.
La Puerta de Bisagra
Se trata de la entrada más emblemática a la ciudad antigua. Su nombre procede de la palabra árabe 'Bab-Shagra', que significa 'Puerta de la Sagra'. A pesar de que data de la época del asentamiento musulmán, fue reconstruida por Carlos V y Felipe II.
Esta formada por dos cuerpos independientes, unidas con dos altos muros. Entre estos muros se forma un patio interior donde se encuentra una estatua de Carlos V. El lado externo que da a una gran rotonda está formado por un arco central sobre el que hay un gran escudo de la ciudad imperial con el águila bicéfala y tiene un frontón con una escultura de un ángel custodio. A los lados de esta arcada hay dos torreones anchos y circulares. El lado que da al interior de la ciudad tiene un arco de medio punto con dos torreones cuadrados a los lados rematados con dos tejados piramidales de color verde y blanco.
La Sinagoga del Tránsito
Se trata de un edificio que se construyó entre 1355 y 1357 como una capilla privada del palacio. Se trata de la única estructura que ha sobrevivido del mismo palacio al que formó parte. Su diseño es muy parecido al de muchos palacios y castillos cristianos que incluían capillas. Tiene un rico artesonado de madera de alerce que lleva incrustaciones de marfil y decoración pintada.
Por fuera es un edificio bastante austero que contrasta con el interior. Esta idea está muy ligada a la idea 'horror vacui' de los pueblos orientales, donde se usa una desbordante decoración por tener 'miedo' al vacío. Con el paso de los años ha llegado a ser iglesia, archivo de órdenes militares, ermita y por último Museo Sefardí.
Monasterio de San Juan de los Reyes
El convento de San Juan de los Reyes es un cenobio de la ciudad perteneciente a la Orden Franciscana. Fue construido bajo el patrocinio de la Reina Isabel I de Castilla con la intención de convertirlo en mausoleo real, en conmemoración de la batalla de Toro y del nacimiento del Príncipe Juan.
Se trata de una de las más valiosas muestras del estilo gótico isabelino y el edificio más importante erigido por los Reyes Católicos en aquella época. Además de ser un convento, es un monumento conmemorativo de los logros de los Reyes Católicos y de su programa político. Tiene una iglesia y un claustro, el lugar que más turistas recibe. Está formado por bóvedas de crucería sin nave central.
Miradores del río Tajo
La zona desde la que se puede ver la ciudad rodeada por el río Tajo se conoce como el Valle. La fotografía que se obtiene desde este punto de la ciudad se trata de una de las panorámicas más reproducidas. La instantánea más antigua tomada en este paraje data de 1854, por Alphonse De Launay, según 'Toledo Olvidado'.
Hoy es muy fácil disfrutar de esta perspectiva lejos de las callejuelas irregulares del casco accediendo en coche o llegando a través del tren turístico. Otro de los puntos en los que se puede disfrutar de una buena puesta de sol es desde el Parador Nacional o desde alguno de los muchos paradores. La mejor fecha para hacer una buena foto es septiembre aprovechando que hace menos calor y que se acerca el otoño.
Mezquita Cristo de la Luz
Su nombre ya incluye contradicciones, y es lo que tiene la historia de una ciudad como Toledo. Se trata de un edificio del siglo X y se trata de uno de los más importantes en España de arte musulmán y mudéjar. Refleja muy bien la pervivencia del Al Ándalus. Antes era conocida como 'La mezquita de Bab al-Mardum', es de época califal y se levantó en el año 999 por el arquitecto Musa Ibn Alí según reza una inscripción en caracteres cúficos en la fachada principal.
Las ampliaciones son de estilo mudéjar que se realizaron cuando ya era una iglesia cristiana. Su nombre se debe a una leyenda. Se cuenta que el día que entró Alfonso VI en Toledo el caballo hincó la rodilla en una losa blanca que todavía está en la puerta de entrada de la mezquita, y se negó a avanzar. En ese momento vieron una luz que salía de la pared del templo. Excavaron y encontraron un Cristo escondido allí, y para protegerlo lo escondieron junto con una lamparita que había estado ardiendo durante los siglos de dominación musulmana. Le bautizaron como el Cristo de la Luz y a la mezquita la llamaron desde entonces Ermita del Cristo de la Luz.