Verona es una ciudad de Italia que se encuentra rodeada de colinas y atrapada por un meandro del río Adigio, a unos 30 kilómetros al este del lago de Garda. Esta ciudad se puede visitar tanto en verano como en invierno, ya que tiene un encanto espectacular los 365 días del año. La mejor opción es viajar a Milán y desde ahí coger un tren en la Estación Central, que suelen estar a precios bastante económicos, siempre dependiendo de las fechas y si se coge con antelación o no, por lo que es más que recomendable que cuando se organice el viaje, se haga la ruta de los destinos que se van a visitar para así poder evitar imprevistos de última hora.
Otra de las opciones es pasar un fin de semana, ya que Verona se ve perfectamente en un día, pero para aquellos que quieran ir tranquilos con dos días disfrutarán de la calma y de las callejuelas de una ciudad que ha hecho historia a lo largo de todos estos años. La mayoría de turistas son llamados por el reclamo que dejó el dramaturgo inglés William Shakespeare, pero eso no es todo, ya que Verona tiene mucho más que ofrecer.
Verona, una ciudad con historia
La ciudad fue fundada por los celtas y más tarde se convirtió en una colonia romana hacia el año 89 a.C., con el nombre de Augusta. Se convirtió en la capital de ducados durante el reino de los lombardos. La supremacía artística de toda Italia se encuentra en Verona, donde destacó Paolo Veronese. Además, ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO debido a su estructura urbana y la arquitectura.
Qué ver en Verona
Además de que la historia de William Shakespeare esté ambientada en la bellísima Verona, lo cierto es que la ciudad tiene edificios arquitectónicos muy bien conservados del periodo de la Edad Media, además de recuerdos romanos. Para comenzar el día se puede ir a uno de los lugares más emblemáticos, el espectacular anfiteatro. La Arena de Verona es un antiguo anfiteatro perteneciente a la época romana y además está muy bien conservado. Fue construida en el primer siglo d.C., donde se han organizado todo tipo de espectáculos desde luchas de gladiadores hasta ferias y circos. Por consiguiente, si hay suficiente tiempo lo más recomendable es asistir a un espectáculo.
Si se opta por ir desde la ciudad moderna de Verona, para entrar en la plaza Bra, donde se encuentra la Arena y otros múltiples monumentos se tendrá que cruzar por debajo de una gran puerta de lo más llamativa que te adentra de inmediato en la Edad Media, que pertenece a la gran muralla que rodea toda la ciudad. La puerta consta de dos arcos y un reloj, impresiona mucho verlo desde cerca.
Es en esa misma plaza donde se sitúa la Arena de Verona y donde también se encuentra Liston, una acera de preciosa piedra rosada con tiendas, bares y restaurantes sacados de un cuento. La ruta continua y el ritmo no debe de cesar y es por eso que es recomendable ver cuanto antes el mayor reclamo turístico de la ciudad, el balcón de Romeo y Julieta, ya que se llena de turistas. Esta casa es asociada a la familia Capuleto, la familia de Julieta de la famosa obra del dramaturgo inglés mencionado anteriormente.
Verona, tiene una cantidad infinita de plazas, pero la que no hay que perderse bajo ningún concepto es la Plaza de las Hierbas que se sitúa exactamente donde existía el antiguo Foro Romano. Es un lugar donde se hace mucha vida y es de lo más llamativa y concurrida. Una genialidad. No obstante, en esta plaza se encuentran algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad como es el Palacio de la Razón o el Arco de la Costa. El Palacio Mafei, de estilo barroco con la Torre del Gardello con uno de los relojes mecánicos más antiguos de toda Europa. Las fachadas coloridas te adentran de lleno en la cultura italiana y crea una panorámica que jamás olvidarás.
Tampoco se debe descartar subir a la Torre dei Lamberti, que se sitúa al lado del Palacio de la Razón en la Plaza de las Hierbas. Es una torre medieval de ladrillo y mármol, la más alta de Verona con 84 metros de altura, que se puede subir en escaleras o en ascensor y se ve una panorámica del centro histórico impresionante.
Lugares encantadores
Además de visitar lugares en concreto y emblemáticos lo más divertido es perderse por sus callejuelas medievales. Pasear por la Calle Mazzini que une la Plaza Bra y la Plaza de las Hierbas. Es una antigua calle peatonal que siempre tiene mucha afluencia de gente y por general muy buen ambiente, repleta de tiendas de todas las marcas. Otra de las cosas que hacer en Verona es cruzar el Puente Castelvecchio, un puente medieval del siglo XIV. Dicho puente se localiza conectado al Museo Castelvecchio, que alberga en su interior la galería más importante de Verona.
Las vistas de la ciudad desde el Castel de San Pietro es algo fundamental para ver una vez que se visita la ciudad italiana. Si se va desde el centro histórico, cruzando el río Adigio se encuentra este monumento. Las vistas son impresionantes pudiéndose ver las fachadas en color ocre y el río haciendo curva, una maravilla sin duda. El Puente de piedra que atraviesa el río Adigio, es el monumento más antiguo, más que el Arena, merece la pena hacer una parada para verlo. Para finalizar, entre las iglesias de la ciudad, sin duda hay que visitar la Catedral que está dedicada a Maria Asunta y tiene un estilo románico, gótico espectacular. Cabe destacar que es aconsejable visitarla por dentro porque tiene reliquias que son dignas de ver, además de las pinturas y el estilo arquitectónico que presenta, una de los lugares, que sin duda no se pueden pasar por alto.