Una de las regiones sagradas más importantes del mundo es Tierra Santa. Se trata de un enigmático rincón por el que pasan a diario miles de persona, ya sean peregrinos o turistas. Unos se desplazan hasta este territorio para descubrir el lugar en el que Dios entró en contacto con el común de los mortales, y los otros para interesarse por el cruce cultural que se produce en este punto situado en Oriente Próximo. Independientemente de la motivación que te lleve a realizar este viaje, infórmate a continuación de todo lo que tienes que ver para preparar tu escapada a este destino por el que, al menos, hay que pasar una vez en la vida.
Por qué viajar a Tierra Santa
Tierra Santa es un lugar inhóspito en el que tres continentes (Europa, Asia y África) y las tres grandes religiones monoteístas (Cristianismo, Judaísmo e Islam) caminan dadas de la mano, pero con cierta reticencia. No se pueden olvidar los derramamientos de sangre del pasado ni las tensiones y conflictos que todavía hoy se suceden entre ellos, todo por controlar uno de los puntos más legendarios del planeta. Los cristianos son la comunidad más pequeña de la región, prevaleciendo los judíos y musulmanes, que son quienes mantienen vivos todavía esos enfrentamientos que deberían haber quedado enterrados hace siglos.
Sobre la motivación religiosa de los peregrinos que llegan hasta la zona, los cristianos tratan de seguir las huellas de Jesús de Nazaret, desde su nacimiento hasta su muerte en la cruz, los judíos recorrer la llamada Tierra Prometida y los musulmanes conocer el lugar por el que pasó el profeta Mahoma, fundador del Islam. Con el viaje a Tierra Santa, el visitante se da percata que, a pesar de los contrastes y diferencias, es más lo que les une, que lo que les separa.
Qué visitar en Tierra Santa
Muchos asocian el nombre de Tierra Santa única y exclusivamente con Jerusalén, pero esta ciudad es tan solo uno de los rincones que forman parte de este sagrado territorio. Por tanto, también hay que incluir otros puntos de Oriente Próximo como las ciudades de Belén, Nazaret o Jericó, el mar de Galilea, el río Jordán, el desierto de Judea o el monte Sinaí. No obstante, el punto de partida del viaje suele ser Tel Aviv, ya que constituye la principal entrada de viajeros a Israel. Desde aquí se organizan numerosas excursiones, aunque también conviene hacer noche en Jerusalén, donde mínimo hay que estar dos jornadas de todo el viaje para poder descubrir todos sus monumentos, historia y secretos.
Jerusalén
Las viejas piedras de las calles de Jerusalén murmuran los hechos acontecidos a lo largo de sus miles de años de historia. Los judíos consideran esta ciudad como sagrada porque en ella se encontraba el Templo de Salomón, del que solo queda el Muro de las Lamentaciones y donde se guardaba el Arca de la Alianza o el candelabro de los siete brazos, y por haber sido fundada por el rey David. Por su parte, los musulmanes acuden hasta este rincón de Tierra Santa por ser el tercero más sagrado de su culto, después de La Meca y Medina, ya que también consideran como profetas a Abraham, Salomón y Jesús, aunque lo más importante para ellos es que fue en esta ciudad donde Mahoma ascendió a los cielos ayudado por el Ángel Gabriel para que Dios le entregase la orden de rezar cinco veces al día. En la Explanada de las Mezquitas, donde se encuentra la Cúpula de la Roca, los guías locales relatan esta historia.
A pesar de lo anterior, son los cristianos quienes más lugares de culto conservan en Jerusalén, ya que fue aquí donde tuvieron lugares los pasajes de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. La ruta por la ciudad comienza en el Monte de los Olivos, desde donde se observa su mejor panorámica y el lugar en que Jesús acudía frecuentemente a rogar. Caminando desde aquí a la ciudad vieja, declarada Patrimonio Mundial, se pasa por el Huerto de Getsemaní, donde Jesús se encontraba orando antes de ser apresado para ser juzgado. De hecho, la roca en la que se arrodilló para rezar se conserva como reliquia en la cercana Iglesia de Todas las Naciones. Cerca de la Iglesia de la Flagelación comienza la Vía Dolorosa, las 14 estaciones de la Pasión y Muerte de Cristo, que concluyen en la Basílica del Santo Sepulcro. Custodiada por católicos, ortodoxosos y armenios, es el santuario cristiano más importante del mundo, levantado sobre el Monte Gólgota en el que Jesús fue crucificado y sepultado.
Nazaret
A dos horas de Tel Aviv, en el corazón de la Baja Galilea, se encuentra Nazaret, imprescindible cuando se organiza un viaje a Tierra Santa, sobre todo para los interesados en seguir los pasos de Jesucristo, ya que fue allí dónde creció y vivió su infancia, abandonando la ciudad cuando comenzó a predicar su ministerio. En esta ciudad hay que visitar la Basílica de la Anunciación, construida en la década de 1960 sobre los restos de un templo bizantino anterior. y en cuya cripta se escinde la Gruta de la Anunciación, el lugar en el que la historia cristiana sitúa el momento en el que el Ángel Gabriel advirtió a la Virgen del nacimiento de Jesús. Hay restos arqueológicos que evidencian que ha sido un lugar de culto y peregrinación desde los primeros siglos de la etapa "después de Cristo", como una columna con una inscripción griega que reza "alégrate María".
Cerca de la Basílica de la Anunciación hay que hacer una visita también a la Iglesia de la Carpintería de José, construida sobre el taller en el que José de Nazaret, esposo de la Virgen María, enseñó a Jesús el oficio de la madera. En su cripta hay una serie de cuevas en las que se guardaría el grano o herramientas de trabajo. Del mismo modo, hay que pasar por la Iglesia Sinagoga, levantada sobre la antigua sinagoga judía en la que Jesús rezó y se declaró el Mesías. Finalmente, y una vez se han recorrido estos tres templos, hay que disfrutar del centro histórico de Nazaret, conociendo los aromas y colores de su mercado o la Villa de Nazaret, un museo al aire libre en el que diversos actores representan cómo era la vida en la ciudad en la época de Jesús, contando con algunos restaurantes en los que se pueden degustar sorprendentes menús bíblicos.
Sendero de los Evangelios
Desde Nazaret parte un itinerario de 62 kilómetros que finaliza en el mar de Galilea, siendo una ruta diseñada en 2011 y que trata de seguir los pasos de Jesús cuando abandonó la ciudad en la que creció para comenzar a predicar su palabra. Existen diversas alternativas para recorrerlo, ya sea a pie a caballo o también en bicicleta, no siendo necesario tener excelentes condiciones físicas porque el terreno es muy fértil y poco abrupto. El excursionista que se decante por seguir este sendero pasará primero por el Monte del Precipicio, donde los nazarenos trataron de arrojar a Jesús cuando empezó a predicar en la sinagoga y desde donde se observa una panorámica espectacular del Valle de Jezrell. Se continúa hasta el Monte Tabor, donde tuvo lugar la Transfiguración de Jesús, el Monte de las Bienaventuranzas, hasta llegar hasta Cafarnaúm, a orillas del mar de Galilea, donde acontecieron la mayor parte de los milagros atribuidos a Jesucristo.
Belén
Los tres Reyes Magos siguieron una estrella fugaz que les llevó hasta un humilde portal en el que había nacido el hijo de Dios. Belén es el lugar en el que la tradición cristiana afirma que tuvo lugar el alumbramiento de Jesucristo, por lo que es otro de los rincones de Tierra Santa que tampoco pueden faltar en la ruta. Se trata de una ciudad localizada a 9 kilómetros de Jerusalén, pero en territorio del Estado de Palestina, por lo que es una zona convulsa, situación que ha provocado que la llegada de turistas y peregrinos se haya visto reducida. Aunque no hay peligro para no visitarla, lo más recomendable es hacerlo con una excursión y acompañados en todo momento de un guía local, aunque los más atrevidos se decantan por la línea de autobús que conecta ambas ciudades.
Aunque los judíos también visitan Belén por ser el lugar de nacimiento del rey David o encontrarse allí la tumba de Raquel, realmente es un punto de la esfera cristiana porque en ella se encuentra una de sus iglesias más importantes, la Basílica de la Natividad, compartida y utilizada al mismo tiempo por las ramas de católicos y ortodoxos griegos, entre otras. Se encuentra situada en el centro de la ciudad y cuenta con la declaración de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde el año 2012, estando situada en ella la Gruta de la Natividad, el lugar en el que se produjo el nacimiento de Jesús. Si se tiene tiempo, a las afueras de la ciudad se encuentra la Iglesia del Campo de los Pastores, el lugar en el que el Ángel anunció a los pastores la llegada del Mesías para que acudieran a adorarlo.
Otros lugares sagrados de Tierra Santa
A 90 kilómetros de Tel Aviv se encuentra Haifa, donde se ubica el Monte Carmelo, lugar en el que se apareció la Virgen del Carmen en el siglo XIII. Aunque es una ciudad secundaria en Tierra Santa, tiene con una fuerte carga religiosa, aunque no solo para cristianos, sino también para judíos y musulmanes. En el Monasterio de Stella Maris de la ciudad se encuentra la Cueva del profeta Elías, figura religiosa importante en los tres cultos monoteístas que se refugió aquí tras huir de los reyes de Israel. Por otra parte, en pleno desierto de Judea, donde Jesús estuvo 40 días ayunando y evitando sucumbir a las tentaciones del diablo, se pueden visitar Jericó y Al-Maghtas.
Sobre Jericó, que se cree es una de las ciudades más antiguas del mundo, fue donde las trompetas de Josué consiguieron derribar por intervención divina sus murallas en el 1.200 a.C. Por su parte, Al-Maghtas se refiere al lugar en el que Jesús fue bautizado por su primo Juan, un punto a orillas del río Jordán en pleno Jordania declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Por último, el viaje a Tierra Santa estaría prácticamente completo con la visita al Monte Sinaí, donde África y Asia se conectan, un lugar rodeado de leyendas y creencias donde Dios entregó a Moisés las Tablas de la Ley o Diez Mandamientos.