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TURISMO CULTURAL

Una mañana en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid, una visita imprescindible

Una mañana en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid, una visita imprescindible
Última actualización: 31 Octubre 2019
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Descubre todo lo que tienes que ver en este museo, desde cuadros y esculturas hasta libros, monedas, armas y joyas, toda una colección digna de admirar

Además del Prado o el Reina Sofía, en Madrid hay otros muchos más museos en los que poder disfrutar durante unas horas del arte en su máxima expresión. En la Calle Serrano, una de las más caras y exclusivas de Europa, se esconde uno de estos santuarios al que cada vez peregrinan más curiosos. El Museo Lázaro Galdiano es todo un secreto en el que se conserva la colección privada del mismo personaje del que recibe su nombre, José Lázaro Galdiano.

Tranquilos jardines rodean el Parque Florido, sede del museoTranquilos jardines rodean el Parque Florido, sede del museo

Cuadros, esculturas, armas, valiosos libros, joyas o monedas son algunos de los objetos que se pueden contemplar en él, sin olvidar que se recorre al mismo tiempo las estancias de un palacio aristócrata del siglo XIX. Sin embargo, es su tesoro pictórico lo más destacado, al contar con obras de Goya, Velázquez, Murillo, Zurbarán, El Bosco, El Greco o hasta del propio Leonardo da Vinci. Descubre todos sus secretos a continuación en Bekia Viajes.

Quién era Lázaro Galdiano

Cuando se visita la colección de este museo, los visitantes se acercan también a la figura de José Lázaro Galdiano. De orígenes muy humildes y modestos, se desconoce todavía a día de hoy cómo llegó a aglutinar tanta fortuna este intelectual y editor. A pesar de que su matrimonio con Paula Florido, dama rica argentina con la que compartía el gusto por las artes, propició a aumentar su riqueza, Lázaro Galdiano ya contaba con una suma importante de dinero que le permitió emprender su afición coleccionista.

Aunque no tuvieron hijos en común, Lázaro Galdiano adoptó a los de su esposa, que había enviudado de sus dos anteriores matrimonios. Construyeron en Madrid su palacete, conocido como Parque Florido, una residencia de estilo neorrenacentista encargada a José Urioste, de fama internacional tras ser el arquitecto del pabellón de España en la Exposición Universal de París en 1900. Aquí no solo se celebraron algunas de las mejores fiestas de la época, sino que se refugiaron las obras que el matrimonio fue adquiriendo.

Fachada del Parque Florido que construyó José Lázaro GaldianoFachada del Parque Florido que construyó José Lázaro Galdiano

Lázaro Galdiano se preocupó especialmente en adquirir tesoros españoles que se habían expoliado y vendido fuera del país. Destaca, por ejemplo, la compra de una espada del propio Mío Cid. Tras su muerte sin descendencia, acontecida en 1947, donó toda su patrimonio al Estado, con la condición de que no se dispersara y permaneciera unido. Fue entonces cuando el palacio se rehabilitó para asumir la función de museo, abierto al público desde 1951.

Qué ver en el Museo Lázaro Galdiano

La exposición del Museo Lázaro Galdiano se encuentra organizada a través de las diferentes estancias del Parque Florido. El acceso se hace a través de la primitiva puerta del servicio, desde donde comienza el recorrido. En cada una de las salas hay paneles explicativos de lo que en ella se contempla, informando también a los visitantes del uso que se daba a la misma cuando todavía el palacio se usaba como residencia. No hay que perder se vista a los techos, decorados todos ellos con impresionantes frescos.

Interior del Museo Lázaro GaldianoInterior del Museo Lázaro Galdiano

Planta baja: inicio de recorrido

Después de contemplar la arquitectura exterior y los jardines que rodean el edificio, es momento de acceder al interior. Una vez adquirida la entrada, se inicia el recorrido por el museo en la planta baja. Su uso originario estaba destinado al servicio y almacén, habiéndose reformado para acoger hoy en día parte de la exposición. En esta estancia se descubre la figura de José Lázaro Galdiano, destacando su lado bibliófilo. Una serie de vitrinas exponen obras tan importantes como una edición manuscrita del siglo XVII de 'La vida del Buscón' de Quevedo o un libro de horas perteneciente a los Médici.

José Lázaro Galdiano fue también un gran bibliófiloJosé Lázaro Galdiano fue también un gran bibliófilo

Del mismo modo, en la sala 14 de esta misma planta baja está el conocido como Tesoro. Se trata del lugar reservado a la exposición de valiosas joyas que permiten recorrer las diferentes etapas de la historia, al contar con piezas que abarcan desde el período prehistórico hasta la propia actualidad. Sobresale la espada del Cid, que ocupa un lugar preeminente, la sortija conmemorativa de la jura de Isabel II como Princesa de Asturias o el joyero personal de Paula Florido.

Primera planta: arte español

Encaminando las escaleras, se llaga a la planta noble del palacio, cuya decoración se ha mantenido como en la época. El recorrido se ha organizado de forma cronológica, para poder observar la evolución artística. En primer lugar se contemplan piezas de los siglos XV y XVI, distribuidas en el salón de honor, una buena colección de tablas de estilo gótico y renacentista, destacando el 'Tríptico de la Natividad', del Maestro de Ávila.

La primera planta del Museo Lázaro Galdiano está dedicada al arte españolLa primera planta del Museo Lázaro Galdiano está dedicada al arte español

No hay que perderse en la sala 11, habilitada en el comedor de gala, una de las obras más valiosas del museo, como así es el óleo 'Cabeza de muchacha', de Velázquez. Por su parte, en el salón de baile, que es de doble altura, se organizan exposiciones temporales en algunos casos, conviviendo con la colección de retratos españoles de los siglos XVIII y XIX, entre los que sobresale el de Gerturdis Gómez de Avellaneda, escritora que fue inmortalizada por Federico de Madrazo en 1857. Otro de los puntos por el que hay que pasar es el gabinete dedicado a Goya, por el que José Lázaro Galdiano sentía especial debilidad y admiración.

Segunda planta: arte europeo

En contraposición con la planta primera, aquí todo lo que se recoge procede de fuera de España. Francia, Italia, Holanda, Alemania e Inglaterra están representadas en las diferentes salas, congregando obras desde el siglo XIV al XIX, estando la colección europea formada tanto por cuadros y esculturas, como muebles, platería, bronces, etc. La planta se reformó profundamente, ya que era la zona en la que la familia habitaba día a día, destacando que aquí estaban sus dormitorios.

Uno de los rincones de la sala 17 dedicada a la pintura flamencaUno de los rincones de la sala 17 dedicada a la pintura flamenca
  • Salas 15 y 16: escuela italiana. El paseo por la segunda planta comienza por la colección de pintura italiana. Aquí se encuentra otra de las obras clave del Museo Lázaro Galdiano y que desde hace años atrae a una gran cantidad de visitantes única y exclusivamente para contemplar esta pieza. Se trata de 'El Salvador adolescente', atribuido a Leonardo da Vinci y expuesto en la sala 15, que sirvió en su día de comedor de diario para la familia. Por su parte, en la sala 16 sobresale un retrato de Carlos III de Franceso Pieri y bronces de Ferdinando Tacca o Giovanni Bologna que sustituyeron al billar, ya que esta estancia se dedicaba al juego y recreo.
  • Salas 17: escuela flamenca. La sala dedicada al arte flameco de los siglos XV al XVII ocupa lo que en su momento fueron los dormitorios de invierno de la familia. Aquí se puede contemplar actualmente el famoso cuadro 'Las meditaciones de San Juan Bautista', de El Bosco, destacando también 'La visión de Tondal' de uno de los seguidores de su misma escuela. Tampoco hay que dejar pasar el retrato de 'Doña Leonor de Austria', hermana del emperador Carlos I y efectuado por Joos van Cleve, siendo famoso por sus reproducciones en libros de historia.
  • Salas 18: escuelas alemana y holandesa. En el antiguo gabinete de la familia se encuentran expuestas las obras pertenecientes a estas dos escuelas. No solo hay cuadros, destacando el 'Calvario' atribuido a Lucas Cranach o los bodegones y retratos holandeses, sino también un conjunto de piezas de platería civil procedente de ambos países que se custodian en una vitrina en el centro de la sala.
  • Salas 19: escuela inglesa y francesa. Otra de las peculiaridades del Museo Lázaro Galdiano que atrae la atención de los visitantes y amantes del arte que lo visitan es su colección de pintura inglesa. Se trata de algo totalmente novedoso en España, ya que son escasas las galerías que contienen muestras de esta escuela. La muestra contiene obras que abarcan de los siglos XVII a XIX. Por su parte, en lo que a la escuela francesa se refiere, no se limita a obras pictóricas únicamente, sino también a muebles, relojes o porcelanas, entre otros elementos.
Sala 19, dedicada a la escuela francesa e inglesaSala 19, dedicada a la escuela francesa e inglesa

Tercera planta: una colección de colecciones

Subiendo nuevamente las escaleras se llega hasta la última planta y el final del recorrido por el Museo Lázaro Galdiano. Los cuadros dejan paso a otro tipo de objetos. Sobresale la armería, en la sala 20, en la que se exponen armas de combate, de caza o blancas. Una de las cosas más curiosas es que, debido a la gran cantidad que llegó a atesorar José Lázaro Galdiano, se encuentran muchas de ellas recogidas en cajones debajo de las vitrinas que los visitantes abren por su cuenta para poder observarlas. Con ello se demuestra, además, la gran cantidad de objetos con los que se hizo.

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El resto de la planta conserva piezas de marfil, madera, monedas, vidrio o cerámica. Una colección de textiles de diferentes épocas y nacionalidades pone punto y final al recorrido por el Museo Lázaro Galdiano, un santuario al que tienen que peregrinar tanto los amantes de las artes como los curiosos que tengan una mañana libre durante su visita a Madrid. Su exposición permite adentrarse en el corazón y espíritu de un coleccionista nato que legó todo su patrimonio para el disfrute de quienes se acerquen a conocerla y, sobre todo, admirarla. 

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