La República Democrática de Santo Tomé y Príncipe esconde un territorio maravilloso que los más viajeros seguro tienen apuntado en su lista. Este país africano está formado por varias islas localizadas en el golfo de Guinea, muy cerca de la línea ecuatorial. Las islas de mayor importancia son Santo Tomé y Príncipe.
Este microestado insultar destaca enormemente por su abundante naturaleza y muy poca masificación, lo que le convierte en un destino ideal para todos aquellos viajeros que buscan descubrir más allá de los lugares más típicos. Mimetizarte con la tierra, fauna y flora, y adentrate en el continente africano de una manera distinta son solo algunas de las posibilidades que este paraíso terrenal puede ofrecer.
Historia de Santo Tomé y Príncipe
Los primeros europeos que llegaron allí fueron dos navegantes portugueses en el siglo XV, después de estar deshabitado. Consecuencia de estos es que ambas fueran dominadas y administradas por la corona portuguesa, lo que posteriormente terminó derivando en la famosa "Rebelión de esclavos", que no terminó de una manera pacífica.
Iglesia de San Antonio en Santo Tomé y Príncipe En el siglo XX, Santo Tomé llegó a ser el mayor productor de cacao a nivel mundial y, además, era la cosecha más importante del país. Es por ello que es aconsejable no marcharse sin probar este manjar que se produce en la zona y visitar las rocas, donde se establecieron en la época colonial estas plantaciones. En la actualidad quedan un total de 150 rocas, y aunque muchas de ellas están en estado de abandono, otras siguen activas, por lo que se podrá conocer la historia artesanal.
Respecto a la hora de hacerse entender en la visita, hay que saber que se hablan cuatro idiomas nacionales. El portugués es la lengua oficial, tras ella, se suman tres lenguas criollas: el forro, el angolar y el principense, toda una riqueza en todas sus vertientes. Además, la forma de llegar hasta allí desde España es bastante accesible, ya que solo habría que hacer una escala en Lisboa, una ciudad perfecta para ir familiarizándose con el idioma.
Qué hacer en el lugar
Como en cada visita, lo mejor que se puede hacer al viajar es sumergirse en la cultura local, aprender todo lo posible de los habitantes, y explorar unas costumbres muy lejanas que enriquecerán la personalidad de todos aquellos que se atrevan a dejarse llevar. En los países africanos, este tipo de filosofía es aún más importante. El legado del continente, ejemplificado en cada país que cuenta con características propias, es muy significativo.
Playa Banana en la isla Príncipe, Santo Tomé y PríncipePor ejemplo, los santotomeses disfrutan de la vida de una manera pausada. Las prisas se quedan en las ajetreadas ciudades, y los habitantes de este paraje no dudar en repetir este lema para disfrutar de la experiencia al máximo. Por ello, en el momento de llegar, no dudes en aplicarlo y deléitate con la contemplación de sus vistas y ten curiosidad por su civilización. Descubre algunas de las actividades que se pueden llevar a cabo.
Playas paradisiacas
Este pequeño archipiélago cuenta con uno de sus mayores atractivos que tiene mucho que ver con una naturaleza alejada de la mano del hombre: sus playas. No hay nada más relajante, aprovechando el mantra del lugar, que perderse en la andadura por ellas y disfrutar de sus aguas. Además, algunas de ellas son muy famosas por albergar cada año el desove de tortugas marinas. Esta se suele producir entre los meses septiembre y abril, y para vivirlo, las dos mejores playas son Praia Jalé e Inhame en Santo Tomé y Praia Grande en Príncipe.
Cao Grande
Dentro de este lugar, hay un tesoro imperdible que emerge en medio de la caótica naturaleza. En esta visita es muy conveniente alquilar un coche para recorrer cada esquina del mismo e inspeccionar todos sus secretos. Al hacerlo es muy probable que te topes con el Cao Grande, un pico volcánico que cuenta con 600 metros de altura y que tiene una gran belleza. Sin duda, una de las imágenes que quedarán para el recuerdo en este periplo.
Cumbre de Cao Grande, Santo Tomé y PríncipeFauna y flora
Sin duda, en un lugar tan mágico, la fauna y la flora son dos de las materias más impresionantes.
- Si eres amante de los animales, te sorprenderá observar loros posados en los árboles, murciélagos que pasan más cerca de lo que habrías visto nunca y serpientes enroscadas en las ramas. Pese a que a primera instancia pueda parecer muy llamativo, de seguro que tras unos días te acostumbrarás a su presencia.
- Por si fuera poco, también podrás ver todo tipo de especies de ranas, ballenas jorobadas en el fondo marino y muchos peces de distintos colores, por lo que las gafas para verles bajo el agua son un complemento imprescindible en la maleta.
- Respecto a la flora, en Santo Tomé se puede hacer la llamada ruta norte, que se adentra en pueblos pequeños y aldeas donde habitan pescadores. Entre las vistas se encuentra las encantadoras Praias do Morro Peixe. Además, el Parque Natural Obo conserva un ecosistema lleno de encanto. Por último se puede descubrir la ruta sur, donde están las Praias do Micondó.
El tradicional mercado municipal de la ciudad de Santo Tomé, en Santo Tomé y PríncipeUna arquitectura portuguesa
Debido al pasado colonial, el aire portugués sigue presente en ambas ciudades. Por ejemplo, en San Antonio, ciudad de Príncipe, se puede ver cómo se combina el aspecto añejo de las fachadas con un gran colorido en sus edificios más emblemáticos, como podría ser la casa de correos que luce un amarillo chillón e, incluso, el Gobierno, que es rosa. Además, hay que tener en cuenta los característicos azulejos portugueses en las plazas centrales.
Gastronomía local
Por último, aunque no menos importante, la gastronomía del lugar. Si antes se hablaba del rico cacao, hay que tener en cuenta que no es lo único. En ambos sitios resaltan los pescados, las verduras y las frutas. El Molho do fogo es muy tradicional en Santo Tomé y se sirve acompañado de plátano cocido y mandioca . Por otro lado no podía faltar un guiso de pescado con verduras llamado Calulu, una variedad de elaboración lenta que merecerá la pena por su salud.
