Portugal es siempre un destino de moda. Su cercanía si la visitas desde España, sus precios asequibles, su rica gastronomía y ciudades como Lisboa y Oporto, han hecho del país luso un lugar de referencia como destino europeo. Son muchos sus lugares con encanto, pero hay dos de ellos, Évora y Óbidos, que nos ganas con su ambiente medieval y su estilo y arte.
Qué ver en Évora
Évora está situada en la región de Alentejo, a una hora en coche desde Badajoz. Es la única ciudad portuguesa que pertenece a la Red de ciudades más antiguas de Europa debido a su patrimonio. Su centro histórico está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, lleno de calles empedradas, palacios y sus típicas casas blancas. Es una ciudad pequeña, que se ve en medio día, ideal parar a comer si vas o vuelves de Lisboa en coche.
Plaza de Giraldo
Nuestro recorrido puede empezar por la Plaza de Giraldo, considerada el centro de la ciudad. Alrededor hay infinidad de soportales que albergan tiendas y restaurantes donde poder comer pastelitos de Belén o los platos típico de su gastronomía como la carne de porco o migas à alentejana.
Templo romano
Las ruinas del templo romano situado en la Plaza Conde Vila Flor construido en el siglo I son visita obligada. Su importancia estriba en que por conservación y características arquitectónicas es único en Portugal, convirtiéndose en uno de los emblemas de la ciudad. Tan solo se conservan una serie de columnas en la parte frontal, pero ayudan a hacerse una idea de cómo de suntuoso era en la antigüedad. De esta época aun quedan restos de la muralla, aunque pueden confundirse con la muralla medieval del siglo XII y restos de las termas, del siglo III.
La Capilla de los Huesos
La capilla de los Huesos (Capela dos Ossos) en la Iglesia de San Francisco. Es una capilla lateral donde todos sus muros y salas están cubiertas por calaveras y huesos humanos como representación de una existencia terrenal. Data del siglo XV y es de estilo gótico.
La Catedral de Évora
La catedral, construida entre el siglo XIII y XV, es uno de los edificios representativos de la ciudad debido a las esculturas de su pórtico y claustro.
Los palacios de Évora
Resulta muy interesante acercarse a los palacios de los Duques de Cadaval, Vasco de Gama o Palacio de Don Manuel. Casi ninguno de ellos están abiertos al público, pero pueden verse por fuera.
Acueducto de Água de Prata
Por último el acueducto de Água de Prata, uno de los más impresionantes proyectos de construcción del siglo XVI, que conectaba el agua del río con la ciudad, suministrando agua potable y limpia. Se puede admirar desde varios puntos: en la carretera de circunvalación, la R114, donde los arcos alcanzan su mayor altura (25m) y saliendo por las murallas de la ciudad.
Qué ver Óbidos
Obidos es una encantadora ciudadela fortificada medieval como su propio nombre indica, ya que Obidos proviene del latín oppidum (amurallada). Este pequeño municipio de apenas 3.000 habitantes esconde un grandísimo castillo, callejuelas adoquinadas y muros de piedra que datan desde los visigodos hasta los árabes. Situado a 70km de Lisboa se convierte en un imprescindible si se dispone de tiempo.
Como Évora es pequeño, medio día es más que suficiente para recorrerlo. Lo mejor es ir por la tarde. Por la mañana la ciudad se llena de autobuses repletos de excursiones organizadas que dificultan el tránsito en sus estrechas calles y hacen que parezca que todo está masificado.
Porta da Vila y Rua Direita
Lo mejor es comenzar por la preciosa Porta da Vila, su principal entrada, que esconde una pequeña capilla. Continuar por la Rua Direita, una de las calles adoquinadas que sube al majestuoso castillo situado en el cerro del pueblo. En el paseo, es imprescindible pararse en una de sus tiendas y probar su famoso licor de cerezas llamado Ginjinha d'Obidos servido en vaso de chocolate.
El Castillo de Óbidos
El castillo del siglo XII ha sido reconvertido en un lujoso hotel, convirtiéndolo en un lugar único para alojarse en una noche de ensueño. En sus aledaños se encuentran las murallas de la ciudad, que rodean la población y que se pueden recorrer disfrutando de las vistas de las casas pintadas de blanco. Esto sólo es aconsejable para personas atléticas ya que el trayecto dura más de una hora y no hay protección ninguna.
La Iglesia de Santa María
La Iglesia de Santa María, lugar donde contrajeron nupcias el Rey Alfonso V con su prima Isabel de Portugal en 1444. Se construyó sobre una mezquita y sufrió graves daños en varios terremotos.
El acueducto
Por último su acueducto, que se conserva intacto. Fue construido en el siglo XVI por la Reina Catalina para transportar agua a la ciudad. En el país luso se conservan varios de este tipo.
Qué comer en Óbidos
Para comer lo mejor es picar algo en los establecimientos de la Rua Direita o sus aledaños como la Pastelaria Don Alfonso o Port Da Vila. Si buscamos algo más elaborado, un sitio ideal es la terraza El Pretensioso. Sus mesas están dentro de un patio bajo la sombra de naranjos y limoneros con una fuente de fondo. Los platos conservan la esencia portuguesa con un toque moderno, manteniendo un precio bastante asequible.
Cómo llegar a Óbidos
Para llegar a Óbidos desde Lisboa es muy simple y supone la perfecta excursión desde la capital de Portugal para empaparse de su historia, arte, leyenda y patrimonio:
- Hay un autobús exprés que tarda 60 minutos y cuesta unos 15€ el billete ida-vuelta
- Si se opta por ir en coche, lo mejor es la autovía A8, cogiendo la salida 15.
- La mejor zona para aparcar están al final de la muralla, donde hay grandes aparcamientos, muchos de ellos gratuitos.