Para una visita de fin de semana, en verano, en invierno, o para usarlo como base de operaciones para descubrir el norte peninsular. Cantabria es una de las joyas de España, gracias al verdor de su interior, al carácter salvaje de su costa y a la preciosidad de sus playas. Y Santander, su capital, no iba a ser menos. Con dos o tres días bastan para descubrir el encanto que despierta esta ciudad cantábrica: historia, playa, paseos, vistas, museos... En Bekia te damos toda la información para que aproveches el tiempo al máximo descubriendo Santander.
Santander es una ciudad pequeña, tiene menos de 180.000 habitantes. Pese a ello, no podemos unificar una zona turística. Las zonas turísticas de Santander están bastante divididas: desde el centro de la ciudad, pasando por La Magdalena, El Sardinero y hasta la zona de Mataleñas, Cabo Menor y la Virgen del Mar. Partiendo de la base que elegimos visitar la capital cántabra durante tres días, esta es la ruta que os recomendamos y los lugares de interés más relevantes.
Un paseo por El Sardinero
Para empezar con buen pie, arrancaremos por la parte con mayor encanto de la ciudad: la zona de El Sardinero. Iniciaremos nuestra visita en el extremo más oriental del conocido Paseo de El Sardinero. Y es que, como dice la canción: 'un paseo por El Sardinero, no lo hay igual en el mundo entero'. Ahí, junto al Hotel Chiqui, podemos obtener una majestuosa vista del Mar Cantábrico, con Cabo Mayor a la izquierda y toda la playa de El Sardinero a la derecha. El oleaje en esa zona suele ser muy intenso, especialmente en invierno y con marea alta, por lo que podremos observar toda la violencia del mar -siempre con mucho cuidado para evitar sustos-.
Desde ahí, caminaremos paralelos a la Playa de El Sardinero. El paseo marítimo está constantemente acompañado de jardines que provocan que nuestro camino sea mucho más agradable. Tras unos 15 minutos de paseo, encontraremos los Jardines de Piquío. La parte principal de los mismos consiste en un balcón al mar que divide la Playa de El Sardinero en dos partes -con marea baja las playas quedan unidas-. Su creación data de 1925 aunque ha ido sufriendo remodelaciones durante el Siglo XX hasta llegar a su estado actual. A parte del mirador, con magníficas vistas de las playas, La Magdalena, la Isla de Mouro y el Parque de Mataleñas, podemos encontrar una mesa zodiacal, con figuras de animales que representan los signos del zodiaco, una bola del mundo esculpida en piedra caliza así como un sinfín de senderos por los que pasear y de vegetación de la que poder disfrutar. Sin duda, una gran experiencia a orillas del Cantábrico.
En la acera contraria a los Jardines de Piquío se encuentra el Gran Casino de Santander. Se trata de un majestuoso edificio blanco que data de 1916 y que ha sido declarado bien de interés cultural. Durante años fue el centro de las actividades culturales de la ciudad: cine, teatro, sala de fiestas, casino... Durante la posguerra, el edificio quedó cerrado prácticamente por completo y en 1978 se reabrió para uso exclusivo como casino y restaurante. Merece la pena contemplar el edificio desde el lado opuesto y también visitar, aunque sea por curiosidad, su interior: se puede acceder al hall y a la sala de juegos.
Siguiendo nuestro paseo, agradable, con la brisa marina golpeando en nuestros rostros, acabaremos en otra de las playas de Santander: la playa de El Camello. Se trata de una cala rocosa que debe su nombre a la forma de una de sus rocas: se asemeja a un camello. Su figura se puede intuir mejor con marea baja. ¿Serás capaz de verla? A su derecha, podemos contemplar la Península de La Magdalena.
El encanto de La Magdalena
Merece la pena invertir tiempo en este recinto, lleno de zonas verdes, parques y senderos. Además del relax que esto produce, la península de La Magdalena también nos ofrece la visita gratuita a un minizoo en donde podemos ver pingüinos, leones marinos, focas y patos. Para ello, desde la campa principal, debemos coger el sendero de la izquierda. Todo un espectáculo. Si seguimos el sendero que bordea la península por la izquierda, nos encontraremos con tres barcos que tienen mucha historia: son la Pinta, la Santa María y la Niña. ¿Os suenan? Se tratan de tres de la carabelas en las que Cristobal Colón y su expedición embarcaron rumbo a América. En Santander podemos observar una réplica de las mismas.
Si seguimos el sendero indicado llegaremos a la cima de la península en donde se sitúa el Palacio de la Magdalena. Se trata de una residencia real que fue construida entre 1909 y 1911 para albergar a la familia real. Fue usada por el rey Alfonso XIII y su familia como residencia de verano. Resaltan su ubicación, coronando la península, con el salvaje Mar Cantábrico al fondo, y la Isla de Mouro con su faro en mitad de la bahía. Un marco incomparable para tomar unas fotos. Series españolas como 'Gran Hotel' o 'La Verdad' han elegido este entorno para sus rodajes.
Para acabar y descendiendo por el otro lado de la península, nos encontraremos las Caballerizas reales que en la actualidad se utilizan como residencia de estudiantes de la Universidad Menéndez Pelayo. Su ubicación es ideal en mitad del bosque. Desde ahí, si hace buen clima, podremos pasar la tarde en alguna de las dos playas que tienen acceso desde la península: La Magdalena y Los Peligros. En caso de mal clima, un plan ideal puede ser acudir al centro de la ciudad; hay que usar transporte propio o público- y pasar una tarde de tiendas.
De Puertochico al Ayuntamiento pasando por el Paseo Pereda
Aunque la parte más encantadora de Santander ya la habríamos visitado el día anterior, ni mucho menos es todo lo que tiene la ciudad cántabra. En la zona centro de la ciudad tenemos numerosas atracciones turísticas en las que podemos invertir nuestro tiempo. Y eso que Santander no tiene casco antiguo. El mayor incendio de la historia en esta ciudad destruyó el mismo en 1941. Es por ello que, pese a ser una ciudad con mucho pasado, no tenga casco histórico.
Podríamos considerar que la zona centro de Santander comienza en la zona de Puertochico, donde se encuentra el puerto deportivo. Si caminamos hacia la izquierda del mismo nos encontraremos con el Palacio de Festivales, edificio construido principalmente en mármol en 1990. Enfrente podremos disfrutar de la 'duna artificial zaera' construida para el Mundial de Vela de 2014. Las vistas de la misma son espectaculares: toda la Bahía de Santander, el puntal de Somo, Peña Cabarga... y las verdes montañas cántabras en todo su esplendor.
Volviendo a Puertochico y caminando hacia la derecha, atravesaremos el Paseo de Pereda y sus jardines, lugar perfecto para un amable paseo en el entorno de la bahía. En el paseo marítimo nos podremos encontrar con 'Los Raqueros'. Se trata de cuatro esculturas con forma de persona en diferentes posturas. Representan a los raqueros. Se dice que eran chavales, por lo general ladrones y maleantes, que se tiraban al agua en busca de las monedas que lanzaba la gente. Podrás hacerte la foto probablemente más típica de Santander.
Siguiendo nuestra ruta por el Paseo Pereda, en la acera opuesta al paseo marítimo podremos contemplar el edificio del Banco Santander, con forma de arco. Y, ya acabando dicho paseo nos encontraremos con el Centro Botín. Se trata de un edificio modernista de reciente construcción y, financiado por la Fundación Botín para la ciudad de Santander. En el interior se pueden encontrar exposiciones así como salas de conferencias, conciertos... Pero lo mejor son las vistas que se pueden contemplar desde sus diferentes niveles, similares a las de la 'duna zaera' aunque desde otra perspectiva.
Para acabar, pondremos rumbo a la plaza del Ayuntamiento no sin antes detenernos en la Catedral de Santander, la cual tuvo que ser reformada tras el incendio citado más arriba. No es demasiado bonita ni especial pero merece la pena por lo menos entrar unos minutos. Como decimos, acabaremos nuestra ruta turística en la Plaza del Ayuntamiento, considerado como el punto más céntrico de la ciudad. Desde ahí podemos acudir a la zona más comercial que abarca, a grandes rasgos, desde la Plaza Porticada hasta la Calle Vargas.
Otras zonas a visitar son el barrio obrero de Tetúan y su 'paseo de la fama'. Se trata de una copia del 'Paseo de la Fama' de Hollywood. Cada año se colocan tres estrellas correspondientes a tres personalidades relevantes de Cantabria o que tienen relación con esta comunidad. Entre ellos podemos encontrar a David Bustamante, Paco Gento, Ruth Beitia, Eduardo Noriega, Marta Hazas u Óscar Freire. Merece la pena acercarse a hacerse foto con tu estrella favorita.
El relax de Mataleñas y Cabo Mayor
Y el tercer día lo dedicaremos al relax. El relax que otorga la zona más occidental de Santander en donde se encuentra la Playa de Mataleñas, Cabo Mayor y el faro de Cabo Mayor. Para ello deberemos disponer de vehículo propio o investigar la mejor ruta con transporte público. La Playa de Mataleñas es una de las más conocidas de Cantabria. Se trata de una playa pequeña, sin llegar a ser una cala, y está ubicada entre acantilados. Numerosas son las escaleras que hay que bajar para pisar su fina arena. Es una playa perfecta para nuestro día de relax, lejos del bullicio de la ciudad. En la cima de los acantilados se encuentran el Parque de Mataleñas y el campo de golf.
Siguiendo la carretera llegaremos hasta el faro de Cabo Mayor y, a su lado, podremos disfrutar de los diferentes senderos que ofrece el cabo más septentrional. Además de un buen paseo, podremos disfrutar de unas vistas impresionantes del Cantábrico y podremos hacernos algunas fotos en sus miradores. Qué mejor paraje para finalizar nuestra visita por Santander, una ciudad llena de posibilidad y en donde un paseo es siempre un plan genial.