La Costa Azul francesa guarda tesoros tan auténticos y extraordinarios como el Príncipado de Mónaco. Un pequeño país soberano, de tan solo 2 kilómetros cuadrados de extensión, en el que los Grimaldi, la naturaleza, la riqueza, el deporte y el glamour que desprenden todos y cada uno de sus rincones le han convertido en un destino obligado para cualquier turista. Aunque eso sí, la mejor opción a la hora de visitar este pequeño país es la de hospedarse en alguna de las ciudades francesas más cercanas a su frontera, como son Niza o Menton, a no ser que se disponga de un bolsillo lo suficientemente copioso como para poder pagar el lujo de sus alojamientos.
Además, con un día completo bastará para visitar las paradas más atractivas, históricas e importantes de este bonito país mediterráneo que se extiende principalmente en su capital, Monte-Carlo. La opción de alquilar un coche y poder viajar hasta los puntos más famosos que completan el recorrido de la Costa Azul puede convertirse en el mejor plan. De esta forma, lo primero que hay que tener en cuenta para recorrer Mónaco de punta a punta es hacerse con el calzado más cómodo que te puedas imaginar. Ten en cuenta que el Principado se encuentra repartido a lo largo de una colina, por lo que la presencia de grandes cuestas estará asegurada. Con ello, acompañado también por una buena vestimenta, tan solo te queda disfrutar de las maravillas que ofrece este extraordinario lugar. Apunta todo lo que tienes que ver en tu visita a Mónaco.
Palacio del Príncipe de Mónaco
El Palacio del Príncipe de Mónaco, también conocido como Palacio Grimaldi o Palacio Principesco, es hoy en día residencia de la Familia Real Monegasca y lugar en el que tradicionalmente residen los Príncipes de Mónaco con sus hijos. Se trata de una edificación que se erige sobre la famosa Roca de Mónaco y presume de llevar sobre sus espaldas más de 800 años de historia. Fue en ese momento cuando el hoy en día conocido como Palacio del Príncipe se fundaba como una fortaleza genovesa.
Desde entonces, fueron varios los foráneos que consiguieron hacerse con el poder de sus muros. Años y años de asedios y bombardeos que, finalmente, fueron aportando cambios a su estructura hasta dar con una auténtica mezcla de estilos y decoraciones. Una de las grandes reliquias del Príncipado, sin duda, y una de las paradas excepcionales de la ciudad. Desde el mes de noviembre hasta el mismo 1 de abril, el palacio se encuentra cerrado a las visitas turísticas.
El Cambio de Guardia
Por su parte, y si se viaja a la ciudad fuera de estas fechas, tendrás la oportunidad de conocer algunas de las dependencias más increíbles del hogar de los Grimaldi. Su precio tiene distintas tarifas que no bajan de 4 euros. Y por supuesto, es interesante ver su curioso y bonito Cambio de Guardia, el cual tiene lugar cada día a las 11.55 horas frente a la explanada del palacio.
Catedral de San Nicolás
Instalada sobre la misma Roca de Mónaco y muy cerca del Palacio Grimaldi se encuentra otra de las joyas de esta ciudad mediterránea: la Iglesia de San Nicolás. Para llegar hasta ella, tan solo hará falta dejar el palacio a nuestras espaldas y emprender el camino que llega hasta este lugar sagrado por la calle Colonel Bellando de Castro, justo al lado lado de la base militar. Será entonces cuando lleguemos a la que también se conoce como la Catedral de Mónaco. Y razones no faltan para ello.
- Este templo comenzó a construirse en 1875 y fue terminado en 1903, siendo consagrado en 1911
- Se erigió sobre la primera iglesia parroquial del Principado.
- Destaca su fachada monumental de estilo Neorrománico.
- Se trata del lugar en el que descansan los cuerpos de personajes tan importantes para el país como Rainiero III de Mónaco y Grace Kelly, Príncipes de Mónaco. Fue allí donde se casaron el 19 de abril de 1956.
- Se esperaba que la Iglesia de San Nicolás fuera el lugar elegido por Alberto de Mónaco para contraer matrimonio con la exnadadora Charlène Wittstock, pero la pareja prefirió casarse en el Palacio Grimaldi el 2 de julio de 2020.
- Sin embargo, Louis Ducruet, hijo primogénito de Estefanía de Mónaco, quiso honrar a sus abuelos maternos casándose con Marie Chevallier en la Catedral monegasca, donde la pareja se dio el 'sí, quiero' el 27 de julio de 2019.
Museo Oceanográfico
Muy cerca de la Iglesia de San Nicolás, a escasos pasos, se encuentra otra de las grandes atracciones culturales de este pequeño Principado. Permaneciendo todavía sobre la imponente Roca de Mónaco, nos encontramos con el maravilloso Museo Oceanográfico. Es un edificio que se levanta sobre un acantilado de 85 metros de altura y en cuyo interior se guarda una exclusiva colección de especies de la fauna marina.
En cuanto a su historia, nada más y nada menos que 11 años fueron los que se emplearon para la construcción de este gran gigante. Y desde 1910 lleva entreteniendo y enseñando a su multitudinario público con una privilegiada y completa colección marina, basada en ejemplares de animales vivos, modelos de barcos, fósiles y hasta un enorme acuario con mas de 4.000 especies de pez. Un auténtico espectáculo para nuestros ojos cuyo precio varia dependiendo de la temporada y el tipo de tarifa.
Estadio Luis II
Visible desde algunos de los puntos más altos de la ciudad, el estadio Luis II de Mónaco es uno de los dos grandes atractivos turísticos deportivos que mejor guarda este pequeño país Mediterráneo. Su inauguración tuvo lugar a principios de año de 1985, con el Príncipe Rainiero III como protagonista, convirtiéndose en la sede del Association Sportive de Monaco Football Club.
Años más tarde, desde 1998 hasta 2002, los campos del Mónaco ganarían una importante posición en Europa, encargándose de organizar la Supercopa de Europa en casa. Aunque dentro de esta disciplina deportiva, lo cierto es que comúnmente se le conoce por acoger las galas de la UEFA de los sorteos de la Copa de la UEFA y de la Liga de Campeones.
Por su parte, y más allá del mundo del fútbol, el Estadio Luis II, con una capacidad para más de 18.000 espectadores, se presenta como un auténtico complejo deportivo en el que encontrar una pista de atletismo, un centro náutico y un centro deportivo, además de las propias oficinas del club. ¿Su ubicación? Se instala en el barrio de la explanada de Fontvieille, rodeado de edificios y casas, lo que hace que a simple vista pueda pasar incluso desapercibido.
Jardín Exótico
Instalado sobre un terreno rocoso en las colinas de Mónaco se encuentra este majestuoso Jardín Exótico. Un lugar para detenerse, aprender y respirar paz y tranquilidad. Algo posible gracias a su distribución y a sus bonitos senderos, que te conducen hasta las diferentes especies de plantas que allí se guardan.
En su mayoría, ejemplares de zonas cálidas y secas, como el cactus y la yuca, conocidos con el calificativo de suculentas. Todas ellas provenientes de distintos terrenos áridos, como son los desiertos de Estados Unidos y México. Este jardín botánico abrió sus puertas en el año 1933 y que, desde entonces, no ha dejado de sorprender a monegascos y turistas. En gran parte, por la valiosa fortuna natural que allí custodia, pero también por las extraordinarias vistas que su mirador ofrece hacia su propio parque y la ciudad de Mónaco.
Cueva del Observatorio y Museo de Antropología Prehistórica
Además, si te decides a visitarlo, puede ser la ocasión perfecta para visitar también lugares como la cueva del observatorio y el Museo de Antropología Prehistórica, accesible con la misma entrada del jardín botánico. Un rincón privilegiado, tanto para niños como para mayores, en el que seguir cultivando nuestro aprendizaje por la naturaleza y saborear la brisa del Mediterráneo.
Circuito urbano de Fórmula 1
Pasear por Mónaco y encontrarse coches de lujo es una de las cosas más normales que te puede ocurrir estando allí. No hay que olvidar que nos encontramos en la capital del lujo del Mediterráneo, por lo que ver autos Ferrari, Porsche, Aston Martin y Lamborghini puede ser una de las cosas más normales del mundo. Y si a todo esto le añadimos el detalle de viajar durante la celebración del Gran Premio de Mónaco, de Formula 1, ten en cuenta que el desfile y el rugir de los coches será algo asegurado.
Una celebración que siempre tiene lugar el último domingo de mayo, transformando la ciudad en una auténtico circuito de coches. Aunque durante el resto del año, también tendrás la oportunidad de conocer este recorrido y realizarlo por tu cuenta -ya sea a pie como en coche-, descubriendo algunos de los lugares más importantes de este Gran Premio de Mónaco o incluso encontrando marcas propias de este campeonato. Un total de 3 kilómetros y 300 metros en los que Mónaco queda perfectamente visible a ojos del espectador.
Recorrido por el circuito
Así, para iniciar este curioso recorrido de Formula 1, te aconsejamos que tomes el Puerto Deportivo como punto de partida, imaginándote a tu alrededor la ubicación de los boxes, la chicane y sus gradas. Poco a poco, a medida que vayas avanzando en este circuito urbano, te irás encontrando con algunos de los puntos más famosos de este histórico campeonato deportivo, como son el Casino de Montecarlo, la prestigiosa y glamourosa curva de Loews y el túnel que pasa por debajo del mismo. Una celebración con más de 85 años de historia que pone los pelos de punto a cualquiera.
Puerto Deportivo
La prestigiosa ciudad de Mónaco sabe muy bien cómo dejar perplejos a todos aquellos que la visiten. Y no es de otra manera que con auténticas postales de cuento y un encanto peculiar para bolsillo pudientes. Sin embargo, hasta los más ahorradores pueden sacar partido de los lugares más bellos y glamourosos de esta ciudad, como es este famosísimo Puerto Deportivo, al que se le conoce históricamente como Puerto Hércules.
Es allí donde cada minuto, miles y miles de turistas inmortalizan sus recuerdos con fotografías repletas de barcos, yates e incluso cruceros de lujo. Familias y personalidades con una economía lo suficientemente elevada como para dejar a todos los que deciden visitar este puerto antiguo boquiabiertos. Y no es para menos, ya que a medida que vas avanzando en el camino de este paseo las sorpresas en sus estructuras y cualidades pueden llegar a ser incluso mayores.
Un puerto con una cavidad para 700 barcos, dependiendo de los que estén atracados en el momento, que comparte prestigio con todos aquellos comercios y restaurantes que le rodean. Aunque eso si, si tu objetivo es reflejar a la perfección esta lugar a través del objetivo de tu cámara, te recomendamos hacerlo mientras se visita el Palacio del Príncipe de Mónaco, justo en el mirador de la plaza. Será una de las mejores instantáneas de este viaje.
Casino de Montecarlo
Dejando atrás la zona antigua de la ciudad y el Puerto de Hércules llegaremos al distrito de Monte-Carlo, quizás el punto más atractivo de la ciudad para todos aquellos que amen -aún más si cabe- el lujo. Y es que, si ya habías quedado completamente perplejo con el desfile de coches de alto standing y las tiendas de grandes firmas distribuidas por toda la ciudad, espera para ver lo que uno puede llegar a encontrarse en este punto de Mónaco.
Para empezar, su magnífico y portentoso Casino. Un edifico de más de 130 años de antigüedad cuya fachada exterior, de estilo Beaux Arts, enamora a cualquiera a simple vista. La entrada para acceder a él tiene un coste de 10 euros. Y cómo no, también, la cantidad de edificios y escaparates que rodean a esta gran atracción turística, encontrándonos con el famoso Hotel de Paris, la bonita Plaza del Casino y 'Les Pavillons', albergando preciosas y atractivas tiendas.
Por su parte, hay que decir que uno de los requisito primordiales para visitar las estancias del Casino de Monte-Carlo es ser mayor de edad, teniendo que presentar en taquillas el documento de identidad. Además, te sorprenderá saber que los ciudadanos del Principado tienen prohibida la entrada a este famoso rincón de la ciudad. Una obra del arquitecto Charles Garnier en el que también se encuentran el Gran Teatro de Mónaco, la Ópera y el Ballet del Principado.
Jardín Japonés
No muy lejos de la Plaza del Casino, y con el mar como testigo de esta gran obra de la naturaleza, se encuentra otro de los grandes rincones donde la fauna capta el protagonismo de esta visita. Se trata del Jardín Japonés de Mónaco, un espacio verde de 7.000 metros cuadrados en el que lo mediterráneo y lo nipón se funden para ofrecer espectáculos tan bonitos y delicados como este. Una obra creada en 1994 a petición del Príncipe Rainiero III en la que el Príncipado estuvo trabajando mano a mano con el arquitecto y paisajista japonés Yasuo Beppu.
¿Y como resultado? Un extraordinario jardín en el que ambas culturas se fusionan para conseguir una tranquilidad extrema, ofreciendo al público de forma gratuita plantaciones y espacios propios de ambos lugares del mundo. En el Jardín Japonés puedes ver:
- Las cascadas
- El estanque, donde nadan más de 15 clases de carpas
- Los puentes al más puro estilo nipón
- La casa del té
- El Jardín zen
Playa de Larvotto
Y después de una visita donde la historia, el lujo y la naturaleza se han convertido en verdaderos protagonistas, ¿qué mejor que relajarse frente al mar en la mejor playa del Principado de Mónaco? Con el nombre de Larvotto es como se conoce a este pequeño rincón de la Costa Azul francesa. Eso sí, si viajas en pleno verano, tendrás que ser rápido para encontrar un buen sitio en esta playa, ya que sus dimensiones no son precisamente grandes que se diga. Sin embargo, es el sitio ideal en el que codearse con ciudadanos del Príncipado y sentirse como un auténtico monegasco más.
Compras en La Roca de Mónaco
Aun así, y si tomar el sol y bañarte en aguas cristalinas no es lo tuyo, también está la opción de volver a los rincones más auténticos de la ciudad para hacerte con algún que otro capricho de recuerdo. Dependerá del presupuesto de viaje de cada uno. Aunque siempre quedará la opción de visitar las típicas tiendas de turistas para ofrecer, a tu vuelta a España, recuerdos característicos de Mónaco a toda la familia. Y quizá, la zona antigua de la ciudad, sobre la Roca de Mónaco, sea el lugar idóneo para ello. Por su parte, para los que prefieran las grandes firmas, los alrededores del Casino de Mónaco pueden ser tu zona perfecta.