Heidelberg es una ciudad alemana situada en la ribera del río Neckar, cuyo centro histórico, palacio y prestigiosa Universidad fundada en el siglo XIV (la más antigua de toda Alemania), la convierten en un destino con un gran atractivo turístico. Además de su gran historia, el enclave geográfico que le rodea, los servicios que presta y las numerosas actividades que ofrece, hacen de este uno de sitios que no puedes dejar de visitar en Alemania.
Los imprescindibles de Heidelberg
A pesar de ser una ciudad pequeña, Heildelberg cuenta con numerosos lugares de interés y distintas actividades que realizar por lo que, aunque no cuentes con mucho tiempo, hay ciertas cosas que no puedes perderte por muy corta que sea tu visita. Si solo dispones de un día, puedes realizar un recorrido básico para conocer los sitios más emblemáticos, así como para disfrutar del gran ambiente universitario de la ciudad.
El Paseo de los Filósofos es una de esas rutas imprescindibles para obtener las mejores panorámicas de la ciudad. Un largo sendero lleno de zonas verdes que como recompensa ofrece la postal perfecta de Heidelberg. El nombre de este camino, que en alemán se conoce como 'Philosophenweg', hace alusión al círculo de filósofos del Romanticismo y a los profesores de le emblemática Universidad de Heidelberg que se acercaban hasta allí para tomar sus maravillosas vistas como fuente de inspiración.
Cruzando el río encontramos la 'Bismarckplatz', uno de los centros neurálgicos de lo que sería la ciudad moderna, con acceso a todas las conexiones del transporte público (que, como en todas las ciudades alemanas, está muy bien organizado de cara al turista, facilitándose sus desplazamientos). Además, también encontrarás una amplia oferta de ocio, restauración y tiendas, por lo que es el sitio perfecto tanto para ir de compras, como para tomar algo.
Adentrándote ya en el centro histórico, la primera parada sería la 'Studentenkarzer' o, lo que es lo mismo, la antigua cárcel de estudiantes de la Universidad de Heidelberg, fundada en 1823, cerrada en 1914 y hoy reconvertida en un museo donde encontrar los históricos dibujos y grafitis de finales del siglo XIX, que los detenidos hacían en los techos y paredes de las celdas, donde eran confinados de un día a un mes por desacatos, infracciones de poca monta o mal comportamiento, permitiéndoles ir a clase, pero obligándolos a dormir allí. También merece la pena visitar el 'Universitätsmuseum', donde se encuentra la tradicional e histórica sala Alte Aula.
A pocos minutos andando, ya que el casco histórico es peatonal, encontramos algunas de las iglesias más importantes de la ciudad como la Iglesia Jesuita, una joya barroca construida en 1749 y considerada como símbolo de la contrarreforma. Sin embargo, la iglesia más imponente y popular de Heidelberg es la Iglesia del Espíritu Santo, también conocida como 'Heiliggeistkirche', una iglesia protestante de arquitectura gótica que se alza sobre la 'Markplatz', la plaza del mercado histórico de la 'Altstadt ' (Ciudad Antigua), donde se encuentran el Ayuntamiento, la fuente de Hércules ( 'Herkulesbrunnen' ) y establecimientos de todo tipo desde mercadillos hasta puestos con comida, así como numerosas cafeterías.
Hasta esta plaza se puede llegar caminando desde la plaza Bismark que mencionábamos anteriormente por la 'Haupstrasse', la calle peatonal más larga de Alemania, por la que descubrir todo el encanto de sus coloridos edificios barrocos y sus concurridos establecimientos. Entre todos los edificios clásicos presentes en la Plaza del Mercado destaca la Casa del Caballero, también conocida como la Casa Zum Ritter, una construcción de piedra de 1592 que sobrevivió a la gran destrucción que sufrió la ciudad de Heidelberg en el año 1623. Para cenar o ir de copas en el centro, la mejor zona también se encuentra muy cerca de la Plaza del Mercado, en sus calles adyacentes. Concretamente, las calles con más bares, restaurantes y pubs son la calle Steing y la calle Unteren, donde siempre hay un gran ambiente.
Ya sea para ir o para volver del Paseo de los Filósofos, puedes cruzar el río por el conocido como Puente Antiguo ('Alte Brücke'), aunque su verdadero nombre es el Puente de Carlos Teodoro ('Carl-Theodor-Brücke'), denominado así en honor al príncipe que lo mandó construir en el siglo XVIII en el lugar donde anteriormente, desde el siglo XIII, ya habían existido otros puentes, de ahí que se le conozca con el adjetivo de 'antiguo'. En este histórico puente encontrarás varios puntos icónicos de la ciudad como la medieval Puerta de Carlos o la popular escultura de los años setenta conocida como el Mono del Puente, que los visitantes tocan para asegurarse de que volverán de nuevo a Heidelberg.
Pero, sin duda, la joya de la corona de Heidelberg es su Palacio. El Castillo de Heidelberg no solo es el lugar más emblemático de la ciudad, sino que también es la ruina más popular del país. Las ruinas de este castillo de arenisca roja y origen medieval suponen una gran reliquia de la arquitectura del Renacimiento y una gran atracción turística para la ciudad. Una vez allí, la oferta para los visitantes incluye visitas guiadas, la posibilidad de asistir a distintos eventos dependiendo de las fechas y, además, en su interior cuenta con una gran barrica de vino y alberga el Museo Alemán de Farmacia. El castillo tiene varios edificios - como la dinamitada torre gruesa ('Dicker Turm') -, así como el conocido como el Hortus Palatinos o Jardín del Palatinado, una espectacular y barroca zona ajardinada que fue diseñada al estilo renacentista italiano y desde la cual se aprecian unas magníficas vistas panorámicas del valle del río y de la ciudad antigua.
Qué más ver en Heidelberg
Si dispones de algo más de tiempo en esta ciudad de Alemania, además de disfrutar más a fondo de todos los lugares reseñados, puedes descubrir nuevas zonas de Heidelberg que están algo más alejadas como, por ejemplo, su emblemática Universidad, en cuyos alrededores también se encuentran tanto el Jardín Botánico de Heidelberg, como el Zoológico. Si eres un amante de los las exposiciones, en el centro puedes encontrar varios museos de arte e historia como el Kurpfalzisches Museum, el Antikenmuseum mit Abguss-Sammlung o el Heidelberger Kunstverein, así como muchos otros museos especializados y memoriales.
Además de la Iglesia Jesuita y la Iglesia del Espíritu Santo, también puedes visitar la Iglesia de San Pedro ('Peterskirche'), una de las iglesias más antiguas de estilo gótico tardío que fue levantada donde siglos antes había existido una pequeña basílica y una capilla univeristaria, por lo que su aspecto fue transformándose a lo largo del tiempo. Esta iglesia destaca por su acústica, que la convierte en emplazamiento habitual de conciertos, así como por la gran cantidad de placas funerariad que posee tanto en su interior como en los alrededores, ya que fue el lugar de sepultura de numerosos profesores, nobles y personalidades como Marsilius von Inghen, el primer rector de la Universidad de Heidelberg. Además, allí también se encuentra el pino de Martin Lutero, que se plantó en 1883 parae celebrar el cuatricentenario de su nacimiento.
Otra de las actividades que puedes realizar si dispones de más días de viaje es un crucero por el famoso río Neckar. De nuevo, en función del tiempo, puedes hacer una travesía corta a orillas de Heidelberg o un crucero más largo hasta Neckarsteinach, un pueblo cercano en el valle del río con cuatro pequeños castillos. También es muy recomendable montarse en el funicular Bergbahn para llegar hasta la cima del cerro Königstuhl (Silla del Rey), donde además de disfrutar de sus maravillosas vistas, se pueden realizar distintas rutas, disfrutar de sus restaurantes y visitar otros lugares de interés como el observatorio astronómico o la halconería Tinnunculus.
Cuándo visitar Heildelberg
Su gran atractivo como destino turístico hacen de Heilderberg una ciudad perfecta en cualquier época del año, pero, según cuáles sean tus prioridades es recomendable que elijas cuándo es el mejor momento para visitarlo. Por ejemplo, atendiendo a la climatología, el especial emplazamiento geográfico de Heidelberg hace que la ciudad tenga un clima oceánico y que sus temperaturas estén determinadas por las masas de aire marítimo que entran por el oeste. De este modo, el mes más frío es enero, mientras que el más caluroso es julio, con temperaturas que superan los 30 grados. Por ello, la mayoría de los visitantes llegan en los meses centrales del año, entre primavera y otoño, cuando el tiempo es templado.
Por otro lado, también puedes planificar tu viaje en relación a los distintos eventos y festividades que tienen lugar en la ciudad a lo largo de todo el año. Conciertos como el festival anual de música clásica Heidelberg Früling (marzo/abril), el Festival Musical de Primavera de Heidelberg, los conciertos de órgano gratuitos que tienen lugar en las iglesias durante el verano o el festival internacional de jazz Enjoy Jazz (octubre/noviembre); eventos populares como el Baile de los Vampiros, un carnaval previo a la Cuaresma que se celebra en febrero; y actividades deportivas, como la media maratón que se celebra el último fin de semana de abril o la regata de remo que tiene lugar en el río Neckar, son acontecimientos que cada año llevan a multitud de turistas a Heidelberg para disfrutar de los mismos.
Aunque las celebraciones más características de la ciudad son el 'Heidelberg Schlossfestspiele', el festival del Palacio en el patio del castillo, que se celebra en verano; la 'Schlossbeleuchtung' (la iluminación del castillo), que tiene lugar el primer sábado de junio, el primer sábado de septiembre y el segundo sábado de julio, con un espectáculo de fuegos artificiales desde el puente antiguo y el 'Herbstfest', el festival con conciertos y mercados por la ciudad para dar la bienvenida al otoño. Por último, la pista de hielo y los mercados navideños que llegan a las calles de la ciudad durante los meses de noviembre y diciembre son lo más popular del frío y nevoso invierno de Heidelberg.