Quien visita Roma tiene una parada obligatoria en el barrio de Trastevere. Un lugar de cuento escondido detrás de la Ciudad del Vaticano. Puedes acceder dando un agradable paseo por el río de Trastevere. Vayas en la época que vayas te enamorará, en verano por su mezcla de colores cálidos y en invierno porque cada rincón está decorado con pequeñas lucecitas que hacen que no quieras salir de entre sus callejuelas. El estilo bohemio de sus calles, el olor carbonara que inunda cada rincón hacen de Trastevere un barrio acogedor. A pesar de haber sido uno de los barrios más pobres de Roma, ha ido imponiendose con fuerza, siendo uno de los lugares favoritos tanto de los romanos como de los turistas.
Vayas por donde vayas encontrarás un rincón especial, las típicas calles italianas con la ropa tendida que se funde con los colores anaranjados que harán que no quieras escapar de allí. Una de las opciones para visitar el barrio de Trastevere es alquilando una bici, algo muy típico romano, ya que el transporte público es bastante desastroso. Al ir en bicicleta podréis visitar mucho más rápido e ir a vuestro ritmo, y los precios de alquiler puede ser por horas o por días, hay infinidad de combinaciones a precios de lo más económicos, por lo tanto coger una bici es otra de las opciones para visitar tanto Roma como el barrio de Trastevere.
Uno de los lugares que en los que hay que hacer parada obligatoria es en la Piazza di Santa María in Trastevere, donde podrás acceder a la Basílica de Santa María in Trastevere. En frente hay una plaza donde hay infinidad de restaurantes donde poder tomar algo, comer helado y disfrutar de la preciosa fuente que se encuentra en el centro de la plaza. Es un lugar donde se reunirse a lo largo de las escalinatas de la fuente, en la que en algunas ocasiones del año hay improvisados espectáculos callejeros de lo más entretenidos o espectáculos de magia.
Justo en una de sus calles, en la Via della Plagia hay varios restaurantes donde poder comer a precios económicos y una buena calidad respecto a la comida. Uno de estos restaurantes que hace esquina y tiene una acogedora terracita es el restaurante Grazia Graziella. En Trastevere o en general en toda la ciudad eterna de Roma, como entrante es aconsejable pedir la brocheta de pomodoro ( pan con tomate de muy buena calidad). Asimismo, otro de los restaurantes más famosos por su calidad y precio es Carlo Menta situado en Via della Lungaretta. De postre recomendadísimo pedir el mítico helado, o el tiramisú, no os decepcionarán.
Si lo que queréis es disfruta al más puro estilo romano e ir modo 'low cost' total, no pasa nada, cada dos metros puedes encontrar el típico establecimiento donde venden porciones de pizzas individuales o incluso crear tu propia pizza. La puedes tomar en el mismo local o buscar el rincón que más te guste para disfrutar de las vistas. Trastevere es un barrio para todos, con infinidad de combinaciones, tanto para visitar como en su gastronomía.
El barrio de Trastevere tiene las calles empedradas, como las antiguas calzadas romanas, por lo que es muy recomendable el calzado cómodo. En la zona de Trastevere podréis encontrar tiendas de decoración y accesorios de lo más peculiares. Aparte de ser acogedor por el clima que conforman las terrazas y las enredaderas de sus fachadas que puedes ver cada dos pasos que des, el barrio de Trastevere es famoso por su arte. No son pocas las numerosas muestras de arte graffitero que te vas a ir encontrando a lo largo de cada una de sus calles. Obras dignas de museo. En general el barrio de Trastevere te atrapa desde el minuto uno, por sus cálidos colores, colores tonos pastel y sus gentes.
En la Via della Plagia, a parte de numerosas terrazas, enconraréis otro de los rincones más encantadores de este barrio, Piazza di Sant' Egidio, lugar donde se encuentra el Museo de Roma, dedicado a los aspectos folclóricos de la ciudad. También es necesario visitar la Iglesia de Santa Maria della Scala, en honor a la Virgen, o Piazza San Calisto repleto de restaurantes acogedores.
Si no sabías la existencia de esta zona de Roma, no dudes en visitarlo, porque sin duda te llevarás un buen sabor de boca y puede que se convierta en uno de tus lugares favoritos. La paz que transmite es indescriptible a parte del arte que desprende cada rincón e historia que hay en cada Basílica.