Aunque el 25 de julio es el día grande de Galicia, al celebrar la festividad de Santiago Apóstol, a lo largo de todo el año la comunidad recibe oleadas de miles de peregrinos que se acercan hasta los pies del Apóstol. Unos llegan exhaustos después de meses de caminata por el norte de España, otros simplemente para visitar esta ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, aunque prevalecen claramente los primeros. De hecho, Santiago de Compostela es uno de los lugares de culto más importantes de la esfera católica, estando por detrás de San Pedro del Vaticano y Tierra Santa.
Ya sea por cumplir una promesa, por agradecer un favor concedido o por rogar que llegue a término algún deseo o necesidad, los peregrinos acaban llegando a la catedral compostelana después de haber terminado el largo Camino de Santiago. Parece que todo ha terminado, pero una vez estás en la capital gallega, todavía hay mucho por hacer.
Visita a la Catedral y al Apóstol Santiago
Lo hayan realizado a pie, a caballo o en bicicleta, los peregrinos han ido sellando en cada parada la credencial con la que al final reciben la compostela al llegar a la tumba del Apóstol. Sin embargo, también a los pies del santo llevan a cabo una serie de rituales con lo que ponen punto final a su aventura, siendo los más comunes los que te contamos a continuación.
Rituales al entrar en la catedral
El Camino de Santiago está a punto de terminar y los peregrinos ya vislumbran a lo lejos las torres de la Catedral de Santiago de Compostela. Más impresionados se quedan todavía cuando por fin se encuentran a los pies de la fachada de la Plaza del Obradoiro, la principal postal del templo y una de las obras culmen del Barroco español. Cruzando sus puertas, después de subir las escalinatas, se trasladan a otra esfera, al interior de la catedral, uno de los centros religiosos más importantes de todo el mundo, y el aura que se nota en el ambiente lo evidencia. Esta fachada recubre la anterior fábrica románica y original de la iglesia, de la que se conserva el famoso Pórtico de la Gloria. Representando la Jerusalén celestial, el reino de Dios en la Tierra, es la joya de la corona de la escultura románica española.
Desde el 2019, la visita al Pórtico de la Gloria se realiza previa adquisición de una entrada, que ronda los 10€. La medida viene acompañada después de la profunda restauración que se llevó a cabo sobre él, aunque desde el 2005 se restringió su acceso. Hasta entonces, los peregrinos cumplían con dos de los rituales más sagrados que se realizaban al finalizar el camino y llegar a Santiago de Compostela, los cuales hoy están prohibidos.
- El primero consistía en dar tres leves cabezazos contra la escultura del Santo dos Croques, que representa al propio Maestro Mateo, autor del pórtico, en actitud orante, quienes les transmitía su sabiduría y conocimiento.
- El otro ritual se basaba en apoyar la mano durante unos segundo en el parteluz del pórtico, que representa el árbol genealógico de Cristo y está rematado por la figura del Apóstol Santiago.
Visitar y abrazar a Santiago Apóstol
En el siglo XVI, los restos de Santiago El Mayor fueron enterrados y escondidos detrás del Altar Mayor, como consecuencia de las diferentes incursiones de corsarios a las costas gallegas y el temor que existía de que fueran robados. No fue hasta el siglo XIX cuando se llevó a cabo la recuperación del cuerpo del Apóstol, que desde entonces se encuentran situados en la Cripta Apostólica, situada bajo el camarín. Colocados en una urna de plata realizada con motivos románicos y acompañados de los de sus discípulos Atanasio y Teodoro, suponen la razón de ser de la catedral y de la propia ciudad, puesto que sin ellos no habrían llegado hasta la capital de Galicia tantas personas a lo largo de los siglos. El mayor ritual de todo peregrino al llegar a Santiago de Compostela es, precisamente, postrarse ante el Apóstol y meditar frente a sus restos.
Antes de bajar a la Cripta Apostólica, que en ningún caso se debe confundir con la cripta románica, cuyo acceso se encuentra debajo de las escaleras de la fachada de la Plaza del Obradoiro y es conocida como 'catedral vieja', hay que pasar por el Altar Mayor de la iglesia. Es aquí donde se encuentra la imagen policromada del siglo XIII que representa al Apóstol como un peregrino más. Existen unas escaleras para subir al camarín, donde los fieles cumplen con la tradición centenaria y emotiva de abrazar la efigie del patrón de Galicia y de toda España.
Acudir a la Misa del Peregrino
La última etapa del Camino de Santiago hay que programarla a la perfección para llegar a la ciudad antes de las 12:00 horas. A esa hora, la catedral celebra diariamente la Misa del Peregrino, en la que se da la bienvenida a todos ellos y se lee en público la lista de todos los que han llegado a la tumba del Apóstol el día anterior. Del mismo modo, si te coincide con alguna gran fiesta de la Iglesia Católica o relacionada con Santiago, se puede ver en funcionamiento el famoso botafumeiro, aunque algunos días a las 19:30h de la tarde también es posible contemplarlo en acción, puesto que hay grupos de peregrinación que lo solicitan.
Rituales en Año Xacobeo
Existen determinados momentos en que Santiago de Compostela se llena todavía más de vida y peregrinos de lo habitual. Se trata de aquellos años en los que la festividad del Apóstol, es decir, el 25 de julio, cae en domingo, siendo cuando se sucede el llamado Año Xacobeo o Jacobeo. Fue una tradición impuesta por el papa Calixto II en el siglo XII, y la declaró a perpetuidad su sucesor Alejandro III. Con esta acción, la Santa Sede elevaba a Santiago de Compostela a la altura de Roma y Jerusalén con el privilegio de celebrar esta festividad hasta entonces reservada a estos dos santos lugares, pudiendo obtener las mismas prebendas que se alcanzaban con la peregrinación a ellos. Quienes se postran ante la tumba del Apóstol entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de ese período jubilar, además de cumplir otros requisitos, obtienen la indulgencia plenaria.
Los rituales de los peregrinos del Camino de Santiago se intensifican al llegar a los pies del Apóstol en Año Xacobeo. Concretamente, todos ellos tienen que acceder al interior de la catedral a través de la Puerta Santa o del Perdón, que solamente se abre durante el jubileo y se encuentra en la parte trasera del templo, en el acceso de la Plaza de La Quintana. Atravesando su umbral, se alcanza la redención de los pecados, entrando a lo grande a la iglesia catedralicia más importante de Galicia y prácticamente de toda España, poniendo punto y final al peregrinaje.