Ourense es una ciudad que se encuentra en el sureste de la Comunidad de Galicia. Es la capital de la provincia de su mismo nombre y también es el tercer municipio gallego más poblado después de Vigo y A Coruña.
Si algo distingue a Ourense del resto de ciudades de la gallegas son sus características geográficas: esta localidad se encuentra dividida en dos por el Río Miño con un total de hasta 8 puentes que lo cruzan, destacando entre todos ellos el más viejo, el Puente Medieval; y el más nuevo y moderno, el Puente del Milenio.
Durante el Imperio Romano fue una rica mina de oro (se dice que su nombre viene de ahí) y aunque a día de hoy ya nada queda de ese material precioso, sigue conservando algo que la hace destacar: las termas, siendo conocida también como ciudad termal con hasta 4 espacios distintos para disfrutar de ellas.
Como versa un dicho popular gallego: " Tres cosas hay en Ourense que no las hay en España: el Santo Cristo, el Puente y las Burgas hirviendo agua ". Te traemos todas aquellas actividades que puedes realizar en esta pequeña ciudad del interior de Galicia.
Zona vieja
Algo que caracteriza a las ciudades de Galicia es lo bien que conserva lo que fue la ciudad originaria y como todo se fue expandiendo entorno a esta. En el caso de Ourense pasa exactamente lo mismo. Pese a ser uno las ciudades más pobladas sigue manteniendo con todo el encanto la zona más vieja de la ciudad, con sus casas de piedra, sus callejuelas, fuentes...
Como toda ciudad que se precie, esta también cuenta con su catedral, en este caso bajo el nombre de Catedral de San Martín, que fue construida de la mitad del siglo XII hasta el XIII. Está considerada como Bien de Interés Turístico y Monumento histórico-artístico (perteneciente al Tesoro Artístico Nacional). Una de las cosas por las que destaca es por contar con tres puertas románicas perfectamente conservadas. Como bien dice el dicho anteriormente citado, especial mención a la Capilla del Santo Cristo en la que se encuentra la imagen gótica de dos metros de altura sobresaliente por su naturalismo.
Aunque toda la zona antigua tiene el mismo encanto, hay que destacar su Plaza Mayor, algo también muy común en las ciudades de cierta antigüedad. Pero hay un detalle que hace la plaza de esta ciudad distinta a las del resto de España e incluso de Europa, y es que está torcida. Efectivamente, el suelo de la plaza principal está en pendiente. Actualmente esta se caracteriza, además de por su terreno, por estar rodeada de bares que cuentan con terrazas, convirtiéndola así en uno de los lugares favoritos de recreo para quien conoce bien la ciudad.
Sus puentes
Siguiendo el orden del dicho popular, esta ciudad es característica por la cantidad de puentes que tiene. Esto es debido a estar dividida en dos por el Río Miño, haciendo necesario, ya desde la época romana, de vías de comunicación. Son un total de ocho : a Ponte Medieval (Puente Mendieval), a Ponte do Milenio (Puente del Milenio), a Ponte Nova (Puente Nuevo), a Ponte Novísima (Puente Nuevísimo), a Ponte Loña (Puente Loña), a Ponte Codesera (Puente Codesera), o Viaduto do tren (Viaducto del tren) y o Viaduto do Ribeiriño (Viadcuto del Ribeirito). Mencionar también la Pasarela de Outariz, junto a las termas del mismo nombre.
Pero de todos estos destacan especialmente dos: el más antiguo y el más reciente. El primero sería A Ponte Medieval (también conocida como Ponte Vella o Puente Viejo). Realmente del puente romano originario sólo quedan las piedras de la base ya que en el siglo XII empezó a reformarse, siendo terminado de manera tardía en siglo XVII, que es lo que se conserva hoy en día.
En cuanto al más reciente, este es el Puente del Milenio, que fue inaugura en el año 2001. Es un diseño del arquitecto Álvaro Varela y el ingeniero Juan M. Calvo. Si algo destaca de él es su pasarela peatonal en forma de U que llega a elevarse hasta 22 metros con una pendiente del 67%. Del mismo modo, ésta también desciende del nivel del propio puente acercándose un poco más a las aguas del río. Desde su parte más alta se puede disfrutar de unas preciosas vistas sobre el Miño y de la ciudad.
Las burgas
Otra de las cosas a destacar de Ourense e su abundancia en aguas termales. Gracias a esto se puede disfrutar de diferentes espacios donde estas aguas son el principal elemento. Cabe mencionar también que esta ciudad, a lo que territorialmente se refiere, se encuentra en un valle rodeada por montañas, lo que hace que el clima sea muchas veces distinto al del resto de Galicia.
Sin duda la época por la que se caracteriza Ourense es el verano, en el que debido a esto mismo llega a alcanzar temperaturas bastante extremas. Y, aunque resulte increíble, lo mejor para combatir el calor son los baño de agua caliente para que luego la sensación térmica sea más baja al calor corporal, siendo las termas la mejor opción para sobrellevar esta estación.
Las primeras en mencionar son las Burgas que se encuentran en la propia ciudad, siendo las originarias y más características. Como tal, este es un lugar de paso donde se puede ver un fuente de la que mana agua termal. Junto a estas se encuentra una pequeña piscina pública también con estas aguas donde se podrá disfrutar de un baño, aunque en épocas altas de turismo están bastante abarrotadas.
Otras opción sería las conocidas como A Chavasqueira, no muy lejos del centro de la ciudad. Aquí hay tanto termas públicas a las que puede acceder cualquiera (compuesta por tres piscinas con temperaturas diferentes) o las termas privadas a modo de balneario, donde cuentan tanto con cafetería como vestuarios y servicios de masaje. Lo mismo ocurre en las termas de Outariz. Éstas están más alejadas por lo que hay que desplazarse hasta allí en coche. Aunque también cuenta con zona termal pública como privada, lo destacable del balneario de Outariz es que con mucha más cantidad de piscinas termales, donde la afluencia de personas no influye tanto.
Y por último las que se encuentran en Ribadavia, conocidas bajo el nombre de Termas de Prexigueiro. A unos 40 km de la ciudad, en este complejo termal se puede encontrar una gran cantidad de servicios. Más allá de las distintas técnicas termales (con baños de hidromasaje, de burbujas, chorros, circuito termal, etc.) también se pueden realizar otro tipo de actividades como aromaterapia, chocolaterapia, envolvimiento en algas, masajes naturales e incluso vinoterapia.
Cañones del Sil
Algo muy reconocido del interior de Galicia es, sin duda, a Ribeira Sacra, un amplio territorio que abarca los últimos 25 kilómetros anteriores a la desembocadura del río Sil en el Miño. Esta comprende territorios de diferentes ayuntamientos tanto de la provincia de Ourense como de la de Lugo.
Si algo caracteriza las orillas de esto dos ríos son los impresionantes cañones de hasta 500 metros de profundidad desde los que se puede disfrutar de unas inmejorables vistas de todo el territorio boscoso de hasta casi 6.000 hectáreas. Este tipo de terrenos fueron aprovechados ya desde la época de los Romanos para la plantación de vides de las cuales salen vinos tan conocidos como los de Denominación de Origen Amandi. De coincidir con la época de recogida de la uva (vendimia), esta actividad es digna de admiración porque toda se recoge a mano por los jornaleros que, además, cargan por las impresionantes pendientes con grandes cantidades del fruto ayudados a veces por poleas.
Estas características geográficas también fueron clave para que en el pasado se construyeran monasterios a lo largo de la Ribeira, muchos de los cuales se pueden visitar hoy en día. El único problema que presenta es que, dada su extenso territorio, muchos de ellos son de difícil acceso y con complicadas zonas de acceso.
Pero sin duda una de las actividades que más disfrutan los turistas en este impresionante paraje es la de viajar en catamarán tanto por el río Sil como por el Miño. Se puede partir desde diferentes puntos: para el río principal desde la localidad luguesa de Belesar (O Saviñao); y en cuanto al afluente, desde las localidades ourensanas de Santo Estevo (Nogueira de Ramuín) y Abeleda (Castro Caldelas).
Sin duda Ourense es una de las mejores opciones para conocer Galicia más allá del turismo de costa y playa, donde se puede disfrutar de todo lo bueno del interior. Por supuesto, mencionar también que, como toda localidad gallega que se precie, el comer es una de las actividades más importantes. Para ello cuenta de una gran cantidad tanto de restaurantes para sentarse como de bares y tascas donde tomarse uno de los famosos vinos de la Ribeira Sacra siempre acompañados siempre de una tapa.