Muchos pueblos se han quedado vacíos por el éxodo rural o porque alguna construcción hizo que las tierras donde estaban ubicados fueran expropiadas. Sea como fuere, el hecho de que estén despoblados otorga a estas poblaciones una magia especial, y por eso se han convertido en lugares turísticos, entre ruinas y casas en desuso.
Belchite
Este municipio de la provincia de Zaragoza cuenta con cerca de 1.600 habitantes, por lo tanto no es un pueblo abandonado, aunque lo fue durante mucho tiempo, por lo que siguen existiendo ruinas de referencia que se han convertido en un gran atractivo turístico. Es conocido por haber sido el escenario de una de las batallas de la Guerra Civil, en concreto allí se llevó a cabo la batalla de Belchite. Por eso fue destruido por completo. En la época de Franco el pueblo se quedó abandonado, y en vez de ser reconstruido, se creó otro pueblo al lado, conocido como Belchite nuevo, por eso las ruinas quedaron intactas y son un recuerdo de la Guerra Civil.
- Este pueblo está situado en una de las zonas más áridas de Aragón y por él pasa el río Aguasvivas.
- Tiene los títulos de muy noble, real y heroica villa, y ostenta la cruz laureada de San Fernando que el dictador Franco le otorgó.
- Por sus calles se puede hacer un viaje por su historia , y por eso se puede disfrutar de su Torre del Reloj que es de estilo mudéjar o de las iglesias de San Agustín y San Martín de Tours.
- Para los amantes de las aves es un lugar privilegiado, por eso es muy común el turismo ornitológico. La primavera es la época más aconsejable para ver aves en la reserva ornitológica.
Umbralejo
Ubicado en Guadalajara, este pueblo deshabitado está situado en la vertiente oriental de la sierra de Ayllón. Fue en 1971 cuando el Instituto de Conservación de la Naturaleza expropió a sus habitantes, tanto de las edificaciones como de los terrenos. Desde 1984 forma parte del Programa de Recuperación y Utilización Educativa de Pueblos Abandonados.
El pueblo cuenta con unas setenta construcciones de diversos tipos, aunque se utilizan en parte como almacenes de herramientas, comedores, talleres, aulas o alojamiento cuando muchos jóvenes visitan la población si se hacen campamentos de verano. la naturaleza es su principal atractivo y de esta manera se ha convertido en un lugar de retiro para disfrutar de diversas actividades.
Esco
Considerado un pueblo fantasma, Esco está en la zona límite entre Zaragoza y la Comunidad Autónoma de Navarra. este lugar prácticamente abandonado se quedó de esta manera por la expropiación para la construcción del pantano de Yesa en los años setenta del siglo XX. Este pueblo estuvo habitado desde la Edad de Bronce y se convirtió en un lugar estratégico por su castillo durante la Edad Media.
Entre sus monumentos, destacan los restos de la iglesia de San Miguel y la ermita reconstruida de Nuestra Señora de las Viñas. Hay una asociación que lucha para que el pueblo en un futuro vuelva a estar habitado, aunque tan solo es un proceso que puede que sea muy largo.
Gallicant
Fueron ocho viviendas las que compusieron este pueblo, Gallicant, sin embargo, poco a poco se fueron deshabitando. Fue la dureza del terreno y su mala comunicación lo que hizo que sus habitantes se marcharan. Además, el agua era uno de los problemas principales, y es que, aunque había un depósito, en la época de sequía el agua escaseaba y la vida era complicada.
Tampoco había iglesia, ni colegio, y el médico iba en contadas ocasiones. La creación en 1950 de un campamento militar hizo que los pueblos de alrededor se vieran favorecidos, también Gallicant, aunque no sirvió de mucho porque todo volvió a estar como antes. Sin embargo, su casas derruidas hace que esta localidad tenga un encanto especial que atrae a los más curiosos.
Cortiguera
Es un antiguo municipio de Castilla La Vieja y está situado en la comarca de Páramos y depende del Ayuntamiento del Valle de Sedano. Está muy cerca del valle del Ebro, en concreto en Burgos, entre la Pesquera de Ebro y Valdelateja. Por otro lado, su entorno natural tiene mucho encanto, porque está en el espacio natural conocido como Hoces del Alto Ebro y Rudrón. Abandonado durante décadas, tiene edificios y casas blasonadas.
La iglesia es toda una ruina y está llena de vegetación aunque sí que tiene un gran atractivo. Por otro lado, su zona erosionada da paso a que se definan páramos calcáreos y hay una vegetación muy rica y densa. En 1843 pertenecía al partido de Sedano y contaba con un total de 10 hogares y 33 habitantes. En 1856 eran 100. Entre el Censo de 1857 y el anterior el municipio desaparece porque se integra en el municipio de Valdelateja.
Ochate
Este pueblo despoblado pertenece al municipio de Condado de Treviño, ubicado en Burgos en esa 'isla' que se encuentra rodeada por la provincia de Araba. Su fama le llegó en el siglo XX, a finales, por sus supuestos fenómenos paranormales. Este no ha sido su único nombre, porque también ha sido conocido como Gogate, Ochaite y Chochat. A este pueblo no se puede acceder en coche, sino que hay que recorrer un tramo a pie para llegar a la torre de San Miguel, uno de sus vestigios.
La leyenda de que en este pueblo hay fenómenos paranormales se gesta en los años ochenta del siglo XX, a causa de un artículo publicado en Mundo Desconocido titulado 'Luces en la puerta secreta'. El artículo se basa en una fotografía de un ovni volando en las cercanías del distrito de Ochate, tomada en 1981 por Prudencio Muguruza, aunque muchos opinaron que esta foto era falsa. Según esta versión, Ochate habría sido abandonado debido a tres epidemias misteriosas sucedidas en 1860, 1864 y 1870: viruela, tifus y cólera. También hay algunas versiones sobre psicofonías y documentos sonoros pertinentes a una niña.
Turruncún
Esta aldea en ruinas se anexionó al municipio de Arnedo en 1975, en La Rioja. A principios del siglo XX contaba con más de 300 habitantes. y en 1965 se construyó su última edificación, las escuelas del pueblo que nunca llegaron a estrenarse. Sus edificios están derruidos aunque algunas construcciones están en pie como la iglesia y el colegio mencionado. A pesar de que nadie viva allí, se trata de un lugar con un encanto especial por su ubicación en una zona de inclinación.
Está ubicado en el camino de la Ruta de los dinosaurios, su acceso es fácil porque se llega caminando a través de una pista forestal. Además, existen repoblaciones de pino laricio y grandes arbustos, consiguiendo tener muy buenas vistas. En cuanto a su fauna, hay buitres, el búho real, el lirón careto, el zorzal charlo o el lagarto ocelado. Antiguamente sus vecinos vivían de la minería, un trabajo muy extendido en la zona.
Jánovas
Este pueblo de la provincia de Huesca se encuentra en el valle de Ara y fue expropiado en los años 60 para la construcción de un pantano, igual que otras poblaciones como Lavelilla y Lacort, todas estas localidades y terrenos pasarían a formar parte de la propiedad de la Confederación Hidrográfica del Ebro, y era para abastecer a la comarca de Monegros de agua. La resistencia de algunos habitantes llevaría a que algunas casas fueran dinamitadas.
La mayoría de los habitantes decidieron finalmente marcharse principalmente a Zaragoza, Barcelona y Barbastro y para 1984 se desalojó el pueblo definitivamente.Peor como la obra no se concretaba, en 2001 se hizo un nuevo estudio sobre la viabilidad del pantano, aunque su ejecución, económicamente hablando, era imposible. Fue en 2008 cuando se envió un informe para la revisión de 115 afectados y se iniciaron unos estudios de construcción. Aunque se trate de un pueblo fantasma, nunca perdió la vida porque tiene muchísima vegetación.
Caudilla
Este sí que es un pueblo despoblado ubicado en la provincia de Toledo, aunque se encuentra en el término municipal de Santo Domingo-Caudilla, hacia 1847 su población ascendía a 188 habitantes, pero el éxodo rural hizo que poco a poco esos habitantes fueran desapareciendo hasta quedar deshabitado por completo. Este pueblo está situado en una zona llana y alrededor de 15 viviendas se construyeron cerca de la iglesia y de su castillo, todo un símbolo histórico de la población.
El pueblo prácticamente en su totalidad pertenecía a un hacendado, el de Don Claudio Ruiz Bajo, muerto durante la Guerra Civil española. Él, junto a su tres hijos, José, Alejandro y Jesús, y sus dos hijas, Dolores y Cándida, se hicieron cargo de las posesiones, dividiendo las fincas por partes. Algunos descendientes de los antiguos propietarios de Caudilla han ido arreglando las casas que siguen en pie y son una zona de retiro temporal. Pero la iglesia está tapiada y su castillo llegó a estar a la venta a un precio muy bajo, a cambio de que fuera rehabilitado por completo.