Uno de los museos nacionales de España más desconocidos por los turistas pero que a todos sorprende y enamora cuando lo visitan es el Museo Nacional de Escultura de Valladolid. Localizado en el casco histórico de la capital pucelana, se trata de uno de los espacios museísticos más singulares del país y, prácticamente, de toda Europa. Su colección gira en torno a la escultura, tal y como su propio nombre indica, abarcando obras desde la Baja Edad Media hasta el siglo XX. Sin embargo, su telón de fondo es, en la gran mayoría de los casos, el principal motivo que atrae a sus visitantes, ya que se encuentra ubicado en el maravilloso Colegio de San Gregorio, una construcción de estilo gótico isabelino cuya espectacular portada anticipa las joyas que se custodian en su interior. El Museo Nacional de Escultura es un imprescindible de la oferta turística de Valladolid y, aunque no seas un amante del arte, su visita es muy interesante para al menos contemplar de cerca la arquitectura del imponente edificio en el que se encuentra.
Información general del Museo Nacional de Escultura
Aunque el Colegio de San Gregorio es la sede principal del Museo Nacional de Escultura, su catálogo de obras queda repartido en otros dos edificios más, contando cada uno de ellos con unos horarios de visita y apertura diferentes, por lo que es importante conocerlos para poder planificar a la perfección la visita. Mientras que el primero de los espacios custodia la exposición permanente, el cercano Palacio de Villena está reservado para las temporales y el Belén Napolitano, y la Casa del Sol para las reproducciones artísticas de los siglos XIX y XX. Las tres sedes cierran los lunes y el resto de la semana el Colegio de San Gregorio abre de martes a sábados por las mañanas de 10:00h a 14:00h y por las tardes de 16:00h a 19:30h, mientras que los domingos solo en horario de mañana. El Palacio de Villena y la Casa del Sol comparten estos mismos horarios, solo que abren una hora más tarde cada día, es decir, a las 11:00h.
En relación al coste de la visita, una misma entrada de 3€ en tarifa general y de 1,50€ en reducida sirve para acceder a los tres espacios, siendo muy económica si lo comparamos con otros museos del país. Además, los sábados por la tarde y los domingos por la mañana se puede acceder gratuitamente. Es importante destacar que se pueden comprar online o en la propia taquilla, y que la duración de la visita es de aproximadamente dos horas, aunque todo depende del tiempo que te pares a contemplar las obras.
Colegio de San Gregorio y exposición permanente
Durante la Edad Media, Valladolid fue una de las urbes más importantes de la Corona de Castilla. Fue a finales del siglo XV cuando comenzó la construcción del que posiblemente es el máximo exponente de la arquitectura del período de los Reyes Católicos, el Colegio de San Gregorio. Su confesor, Alonso de Burgos, es a quien se debe la idea de crear esta institución, donde se estableció un estudio de Teología en un momento clave para la historia, cuando los debates religiosos estaban comenzando a gestarse en media Europa y quedaba relativamente poco para que países como Inglaterra rompiesen con el catolicismo tras el divorcio entre Enrique VIII y Catalina de Aragón, hija de los propios Reyes Católicos.
Tal fue la importancia que alcanzó este colegio que en él tuvo lugar la que ha pasado a la historia como Controversia de Valladolid, una comisión de expertos que discutió por primera vez, a petición del Emperador Carlos I, los derechos que tenían los indígenas del Nuevo Mundo. Sin embargo, la llegada del absolutismo borbónico provocó que la influencia social e intelectual de este organismo se desinflase paulatinamente, hasta que fue sentenciado definitivamente con los planes de desamortización del siglo XIX. En 1933 comenzó su andadura como museo, algo que se ha mantenido hasta nuestros días.
A pesar del devenir histórico que ha sufrido el Colegio de San Gregorio, el edificio presenta un estado de conservación excelente. Una de las cosas que más llama la atención de los visitantes cuando llegan hasta él es su fachada principal, con una portada majestuosa protagonizada por las armas de los Reyes Católicos, escudo sostenido por dos leones que se teje como un árbol por las paredes, imbatible al paso de los siglos, y que se entremezcla con esculturas de santos, motivos vegetales, etc. Se desconoce el autor de este tapiz en piedra, pero se apunta que pudo ser realizado por Gil de Siloé. Un pequeño patio, conocido como el de los Estudios, sirve de entrada a la exposición permanente del Museo Nacional de Escultura y anticipa el portentoso claustro central. Dividido en dos alturas, que se unen por una bella escalera, una doble arquería gótica con tracería remata la parte superior del patio, y la flor de Lis, símbolo de Alonso de Burgos, y el yugo y las flechas, que representan a los Reyes Católicos, son también elementos decorativos que llaman la atención del visitante. Paseando por las salas del museo no olvides tampoco mirar a sus techos, ya que muchas estancias todavía conservan los artesonados mudéjares de entonces.
Aunque el Colegio de San Gregorio es una obra de arte por sí mismo, no podemos olvidar que dentro de él hay muchas otras por contemplar. La exposición permanente del Museo Nacional de Escultura es de temática religiosa, siendo mayoritariamente esculturas de madera policromada realizadas entre los siglos XIII y XVIII pertenecientes a la Escuela Castellana. Los nombres más destacados son Juan de Juni, Gregorio Fernández, Pompeo Leoni o Alonso Berruguete, aunque desde hace unos años han comenzado a incorporar piezas de otros partes y autores, como Carmona o Salzillo. Algunas de las obras más famosas que se conservan en este museo son "El entierro de Cristo" de Juan de Juni, "La Magdalena" de Pedro de Mena o "La Sexta Angustia" de Gregorio Fernández. En las salas 3, 4 y 5 impresiona observar el " Retablo Mayor de San Benito el Real ", esculpido por Berruguete y que supone una de las obras cumbre del manierismo español.
No hay que olvidar que Valladolid fue capital de España durante principios del siglo XVII y, por tanto, un punto destacado en el florecimiento de las artes durante el Siglo de Oro español, hecho que explica que haya atesorado tantas obras de arte, hoy expuestas en este Museo Nacional de Escultura. Otra de las salas que demuestra el patrimonio que aglutinó en aquel momento es la dedicada a los pasos procesionales de la ciudad, cedidos por el museo a las cofradías durante la Semana Santa para ser procesionados por las calles pucelanas siempre y cuando la climatología lo permita, pues hay que preservar ante todo estas joyas barrocas. Finalmente, no hay que perder de vista tampoco a las paredes del Colegio de San Gregorio, de donde cuelgan cuadros de Rubens o Zurbarán, o el famoso "Retrato de Doña Juana I de Castilla".
Palacio de Villena y exposición del Belén Napolitano
En la misma Plaza de San Pablo, frente al Colegio de San Gregorio, se encuentra el Palacio de Villena, una residencia nobiliaria renacentista construida en el siglo XVI que sufrió importantes reformas en el XIX, cuando cambió de dueños, siendo el momento en que se añadieron los torreones a cada esquina que recuerdan a los que tenían los alcázares de los Austrias. Hoy en día, este palacio sirve de sede al Museo Nacional de Escultura, realizando en él, como ya hemos comentado, exposiciones temporales. Sin embargo, los visitantes acuden especialmente a este espacio para contemplar el Belén Napolitano.
La tradición de los pesebres se instaló definitivamente en España con la llegada al trono de Carlos III, quien la importó de Nápoles, territorio del que también era rey. El Belén Napolitano del Museo de Escultura está formado por más de 600 piezas de incalculable valor y está expuesto a lo largo de todo el año, pudiéndose visitar de forma gratuita durante el período navideño. Cabe destacar que en el Palacio de Villena también se encuentra la biblioteca del museo y salas de conferencias.
La Casa del Sol y las reproducciones artísticas
Desde el año 2011, en la Casa del Sol o Palacio del Conde de Gondomar, se exponen las piezas del Museo Nacional de Reproducciones Artísticas, que tenía su sede en el Casón del Buen Retiro (Madrid). Esta residencia palatina de estilo plateresco situada detrás del Colegio de San Gregorio, que incluye la capilla de la antigua Iglesia de San Benito El Viejo, da cobijo a réplicas de las grandes esculturas de las antiguas civilizaciones, aunque también de muestras renacentistas, barrocas y clásicas de Europa. Son esculturas que fueron realizas en el siglo XIX y que constituyen uno de los conjuntos más importantes del continente en su materia. Aunque no se exponen las cerca de 3.000 piezas que se trasladaron a Valladolid, sí las más representativas, como la Máscara de Agamenón, el Discóbolo o la Musa Blanca.
Como se ha comprobado, el Colegio de San Gregorio, el Palacio de Villena y la Casa del Sol forman en Valladolid un auténtico triángulo del arte que acoge a las más de 6.000 piezas escultóricas que forman parte de los fondos del Museo Nacional de Escultura. Sin duda, es una visita imprescindible cuando se visita la capital del río Pisuerga, no existiendo excusa para acercarse hasta él porque se encuentra emplazado en pleno corazón del casco histórico pucelano. Para completar la visita, nada mejor que pasarse también por la cercana Iglesia de San Pablo, cuya fachada principal es todo un retablo de piedra que te dejará asombrado.