Uno de los paisajes más bellos del panorama español es el florecer de los cerezos en el Valle de Jerte, en Cáceres. Estos árboles propician durante unos cuantos días un espectáculo de color, cuando el terreno árido marrón se transforma en una nube terrestre blanca formada por casi un millón y medio de árboles que ocupan el territorio.
Es más, la localidad cacereña festeja cada año el florecimiento de estos árboles, que suele producirse entre finales de marzo y principios de abril. La Fiesta del Cerezo en Flor, como es conocida, es un rito popular que refleja la tradición de la comarca y su futuro. Por ello, se organizan una serie de actividades que muestran la cultura, gastronomía, tradiciones y formas de vida locales.
Cuándo ir a la Valle del Jerte
El Valle del Jerte reúne a un total de 11 municipios que comparten este tesoro natural. En todas las localidades, podrán encontrarse una gran variedad de ofertas turísticas rurales, debido en parte a los caserones campestres reconvertidos en alojamientos, tales como El padre de la calle o El Regajo.
Por lo general, la floración de los cerezos en flor suele tener lugar una vez al año entre finales de marzo y principios de abril, y suele durar alrededor de quince días. No obstante, estas fechas pueden variar en función de la climatología, por lo que, si el frío del invierno se alarga, la floración de estos árboles se retrasará. El clima óptimo para que florezcan adecuadamente son los primeros rayos de sol de la primavera, por lo que se estiman estas fechas para su supuesta floración.
No obstante, pese a que las cerezas son el principal reclamo turístico de la Valle del Jerte, también es un lugar idóneo para los amantes del senderismo y el turismo ecológico. Hay dos tipos de rutas para realizar una excursión al Valle del Jerte, en un función del lugar de procedencia:
- si se viene del norte, es más aconsejable tomar la ruta desde el Puerto de Tornavacas.
- En cambio, si se viene del sur, es mejor hacerlo pasando por pueblos como Valdastillas, Piornal, Barrado, Cabrero o Casas del Castañar.
Ambas rutas, especialmente la que va desde el sur, harán dirigirte hacia plantaciones de cerezas que se extienden por las laderas del valle que comunica los distintos pueblos de Cáceres. Durante el recorrido, se pueden disfrutar de las multitudinarias actividades anuales programadas alrededor de la cereza y que incluyen rutas de turismo activo, senderismo y jornadas gastronómicas.
Sitios que ver en el Valle del Jerte
El Valle del Jerte, con una extensión de aproximadamente 373 kilómetros cuadrados, goza de algunos puntos en los cuales contemplar la vegetación de la población y su peculiar paisaje en primavera. Hay mucha belleza en este rincón de Extremadura que no te puedes perder:
El Mirador de la Memoria
Situado en el pequeño pueblo cacereño de El Torno, y a una altitud de casi 800 metros, esta localidad es conocida como El Mirador del Valle por su altura y poder contemplar otras zonas del Valle mucho menos elevadas. Posee varios miradores desde los cuales poder presenciar el Valle, especialmente al atardecer. Uno de los más conocidos es el Mirador de la Memoria, en la que está esculpido un conjunto de esculturas en homenaje a las víctimas de la Guerra civil española y la dictadura franquista.
Museo de la Cereza
La cereza es la fruta por excelencia del Valle del Jerte, y el Museo de la Cereza, situado en el municipio de Cabezuela del Valle, es un punto de vista imprescindible en esta ruta para conocer las formas de cultivo, transformación, comercialización y distribución de la cereza picota, de excelente calidad y con un sabor inigualable.
Piscinas naturales en el río Jerte
Aunque algunos ríos, por su localización o contaminación, no son aptos para el baño, el río Jerte no es este caso, ya que se trata de una piscina natural en la que, con sus aguas cristalinas, se convierte en una opción apta para el baño si el tiempo acompaña. También existen otros estanques como la Piscina Natural de la Pesquerona en la que puedes darte un baño.
Los pueblos serranos del Valle del Jerte
Once pueblos rodean el Valle del Jerte y, además de su impoluta vegetación y agricultura, fuente primordial de subsistencia de las localidades, estos pueblos, de origen medieval, destacan por su arquitectura popular, sus casas de piedra, adobe y madera y sus balcones floridos.
Plasencia, para enamorarse al dejar el Valle del Jerte
Plasencia no pertenece al Valle del Jerte, pero sí es una localidad relativamente cercana que se puede visitar aprovechando la estancia en la hermosa provincia de Cáceres. Posee un conjunto arquitectónico y de monumentos que ha respetado la estética medieval que le caracteriza, de hecho, ha sido presentada como candidata a Patrimonio de la Humanidad junto con Trujillo y el Parque Nacional de Monfragüe, pero de momento solo posee el título de Conjunto Histórico Artístico. Sus acueductos y conjuntos amurallados le convierten en un pueblo ibérico medieval por excelencia.
La ciudad de Plasencia se extiende a partir de su interesante Plaza Mayor, un lugar de visita obligada por su animación y los bellos edificios que la fortifican. Las Murallas, de las que se conservan algunos torreones y cubos, la Catedral Vieja y la Catedral Nueva, la Plaza de San Nicolás, el Acueducto de San Antón, el Convento de San Vicente Ferrer, donde se asienta el Parador Nacional de Plasencia o el Palacio de los Monroy o Casa de las Dos Torres son los monumentos más destacados de una villa marcada por la historia.