Hacer excursiones a la montaña, ir de senderismo o a pueblos que estén situados a muchos metros por encima del nivel del mar puede suponer una molestia para aquellas personas que no están acostumbradas a este tipo de climas. El mal de altura es precisamente el cúmulo de todas aquellas molestias que se generan cuando se superan los más de 2.500 metros de altura sobre el mar en quienes no acostumbran a vivir entre zonas altas.
Cada vez que los metros sobre el nivel del mar van en ascenso, la presión atmosférica y del oxígeno desciende, por lo que el oxígeno inspirado es menor y se reduce significativamente su nivel en sangre. Otros factores como el frío o la humedad baja inciden también en la aparición del mal de altura.
Síntomas del mal de altura
Los síntomas de esta dolencia suelen experimentarse durante las primeras 24 horas de llegar a un destino de altura, y las personas que viven próximas al nivel del mar suelen ser las afectadas por esta molestia. Subir demasiados metros al de forma muy brusca, haber sufrido mal de altura con anterioridad o realizar esfuerzos excesivos a muchos metros de altura también pueden favorecer su aparición.
Entre los síntomas más característicos del mal de altura destacan la fatiga, dolor de cabeza intenso, trastornos del sueño, náuseas y vómitos, agitación, trastornos digestivos, agotamiento físico, falta de apetito y despertares bruscos con sensación de ahogo. Además, en los casos más graves, también pueden aparecer dificultades respiratorias, en las que incluso sean necesarias botellas de oxígeno para regular su brusca falta en el aire.
La aparición de estos síntomas no tiene mucho que ver con el estado físico, por lo que personas con enfermedades cardiacas, diabetes o enfermedades pulmonares no verán estos síntomas empeorados o tendrán más posibilidades de contraer mal de altura a una persona sana.
En casos más extremos, otros síntomas que pueden derivarse del mal de altura son el edema cerebral de altitud (ECA), que incluso produce una hinchazón del cerebro y una fuga de los vasos cerebrales dilatados. A la vez o indistintamente al ECA, puede darse también el edema pulmonar de altitud (EPA), en el que también se hinchan los pulmones debido al líquido que se filtra en ellos provocados por la tensión alta y el estrechamiento de los vasos pulmonares.
Estos síntomas pueden darse durante el primer día fruto de la adaptación a las zonas de gran altitud, pero, en el caso de que se prolonguen varios días, es necesario contactar con un especialista de salud para tratar estos síntomas.
Consejos para prevenir el mal de altura
El mejor método para evitar los síntomas que caracterizan el mal de altura es la prevención, basada en una correcta alimentación, hidratación y descanso:
1Descansa correctamente
Especialmente en el caso de que realices un viaje al extranjero a zonas de gran altura respecto al nivel del mar, es necesario que duermas al menos 8 horas. Los viajes o excursiones de largas horas pueden alterar los patrones de sueño, por lo que es necesario que no vengan alterados de por sí. Antes de empezar tu viaje o excursión, planea al menos un día para acostumbrarte al nuevo ambiente y patrones de sueño.
2Bebe de forma adecuada
Uno de los factores que empeora el mal de altura es la deshidratación. Si de por sí es recomendable beber entre 1,5 y 2,5 litros de agua diarios, debes incrementar la dosis diaria de agua. También es recomendable que lleves una botella de agua contigo en los tramos en los que se produzca el aumento de metros de altura. Evita también bebidas alcohólicas (ya que deshidratan) y bebidas con cafeína.
3Come adecuadamente y sin excesos
Las dietas ricas en carbohidratos ayudan a aliviar los síntomas del mal de alturas, aumentan los niveles de oxígeno en la sangre e incluso la energía en nuestro organismo. Por ello, es importante que consumas alimentos de estos grupos antes y después de subir zonas a gran altura. También evita el consumo de sal, ya que puede producir deshidratación. Lleva siempre que puedas contigo una pieza de fruta que puedas consumir durante el trayecto, y evita las comidas copiosas.
4Realiza los ascensos de forma gradual
En el caso de que estas subidas de metros de altura se realicen debido a excursiones por la montaña y senderismo, trata de que estas subidas sean lo más graduales posibles, realízalas poco a poco y evita los tramos con muchas pendientes. Además, no debes subir más de 2.700 en un día, lo que puede provocarte una falta de oxígeno.
5Toma medicamentos preventivos
Algunas medicaciones, como la dexametasona, ayudan a paliar los síntomas del mal de altura, aunque debes ir primero al médico para que este pueda recertarte el medicamento si lo considera apropiado. También hay medicaciones específicas para el mal de altura. Debes tomarlas cada 8 horas como máximo.