Conocida por sus hermosas playas de arena blanca, sus pintorescos pueblos, e incluso por tener una reputación de ser el hogar de los hippies y otras culturas alternativas, Formentera es una verdadera joya del Mediterráneo. Esta pequeña isla, con una superficie de 90 metros cuadrados y unos 5200 habitantes, se encuentra a 11 millas de la costa sureste de Ibiza. El mar es visible desde prácticamente cualquier punto de la isla, y hay numerosas playas maravillosas y bahías solitarias, algunas de ellas con grutas increíbles.
Su clima favorecido, con temperaturas primaverales durante casi todo el año, su rica vegetación de pinos y palmeras y su ambiente tranquilo y relajado hacen de Formentera un verdadero paraíso. Aunque no posee prácticamente ninguna atracción cultural como grandes monumentos o museos, los turistas pueden disfrutar de otros encantos de la isla. Entre ellos, sus magníficas puestas de sol. ¿Quieres saber dónde poder disfrutar de las mejores vistas del atardecer balear?
El Faro de Cap de Barbaria
Esta zona es uno de los lugares más emblemáticos de Formentera. El faro de Barbaria es uno de los tres faros de Formentera. Se sitúa al oeste de Formentera y para llegar a él se tiene que ir por la carretera hacia cala Saona desde Sant Francesc Xavier.
La construcción de este faro se empezó a pensar en el año 1924 pero no fue hasta el 1971 cuando se llevó a cabo su construcción. Su estructura cuenta con 78 metros sobre el nivel del mar y la luz que proyecta puede llegar a alcanzar las 18 millas. Cap de Babaria es como una comarca de Formentera que pertenece a Sant Francesc Xavier. En este territorio fue donde los primeros habitantes de la isla convivieron, según se data, hace 4 mil años. Cuando se presentó el proyecto de repoblación de Formentera a finales del siglo XVII, esta zona se reservo en gran parte a la monarquía española.
La magia de Cova Foradada
Una vez llegamos al lugar, si dirigimos la mirada hacia el mar, a unos pasos a la derecha del faro, se puede hallar un agujero en el suelo. Por esta apertura se puede entrar en la Cova Foradada. Es una pequeña cueva que conduce a un increíble balcón sobre el mar, donde poder disfrutar de la puesta de sol. El interior de la cueva es pequeño y está rodeado de monolitos que todas las personas que visitan la cueva ayudan a construir. Una forma de dejar huella en uno de los sitios más mágicos de Formentera.
El mirador de La Mola
Desde este increíble mirador se puede apreciar todo el esplendor de la isla. Para los amantes de la fotografía,-o los que quieran tener un gran recuerdo-, es un buen momento para sacar la cámara y plasmar la extraordinaria geografía de este lugar.
Para poder acceder hasta el mirador, se debe conducir hasta el punto más alto de la isla, camino a la población de Pilar de la Mola. La carretera hasta allí es estrecha y con bastantes curvas, pero esta muy bien asfaltada y protegida. Antes de llegar al pueblo encontraremos el mirador. Desde esta altura, el punto más alto de Formentera, puedes observar el istmo que se produce en la isla. Un istmo es una formación de tierra que une a dos grandes masas de terreno, como lo es por ejemplo el conocido istmo de Panamá, por el cual se unen Norteamérica y Sudamérica.
Visita El Pilar de la Mola
Para poder disfrutar al completo de La Mola, antes de ir a ver el atardecer, es aconsejable visitar el pueblo. Este pueblo es bastante pequeño y no muy habitado pero aún así tiene mucho encanto. Planea tu visita al mirador para que coincida con la celebración semanal de su mercadillo artesanal, donde se puede disfrutar de productos originales y que se venden de forma exclusiva en este lugar.
Playa de Cala Saona
Al este de Formentera se encuentra la playa de Cala Saona, perfecta para esas personas que quieren disfrutar en familia y se dice que tiene el mejor atardecer de toda la isla. Para llegar a esta playa desde Sant Francesc, se debe ir rumbo hacia Pilar de La Mola. A medio camino, se puede encontrar un desvío a la derecha de la carretera que indica el camino hacia Cala Saona. Conocida por sus aguas cristalinas, es perfecta para los deportes acuáticos. Pero su mayor atractivo es la puesta de sol. Los acantilados que rodean la cala se vuelven rojizos a medida que el sol va descendiendo en el horizonte. Una panorámica mágica donde ver los múltiples colores del cielo formenteño.
El entorno que rodea a toda la Cala Saona es típicamente mediterráneo, cosa que no ha perdido a pesar de que en sus alrededores y dentro de la propia playa se han construido hoteles y restaurantes varios. Para poder llegar a la limpia arena de su playa, se debe acceder por un camino de madera que atraviesa el bosque de pinos. Esta pasarela hecha con tablones de madera tiene una función: preservar el sistema dunar de la playa.
La Savina con vistas a Es Vedrá
La Savina es el primer contacto que tienen todos los turistas con Formentera, ya que es donde atracan y zarpan los barcos. En esta zona con carácter de club náutico, se pueden ver los grandes ferrys que llegan desde la isla de Ibiza y un exclusivo puerto deportivo. La Savina cuenta con un largo paseo marítimo desde donde disfrutar de los atardeceres con vistas a Es Vedrá, el islote que se encuentra entre Formentera e Ibiza.
La Savina es una lugar estupendo para los visitantes, no solo por la cantidad de establecimientos que contiene, si no porque desde ahí resulta muy fácil poder acceder a todas las partes de la isla y contar con las conocidas playas de Illetes y Levante. Cabe destacar que es una zona muy concurrida, ya que los barcos llegan cargados de gente constantemente, por lo que si buscas más tranquilidad deberás buscar otro punto de la isla. Sin embargo si te gusta el ajetreo y estar en el núcleo urbano, La Savina es perfecta.
Playa Migjorn
La playa Migjorn se encuentra a pocos metros de Can Tres Formentera. Esta playa ocupa una gran parte del sur de Formentera, lo que la convierte en la playa más larga de la isla. Gracias a esto, la ocupación no llega a ser agobiante, sobre todo en verano. Además de ser un espacio largo, la playa de Migjorn también es bastante ancha, por lo que se puede pasear sin molestar a las personas que estén descansando sobre su blanca arena. Esta arena blanca hace que el color del mar sea de un azul más intenso, lo que hace de esta playa una de las más bonitas de la isla balear.
Una cosa importante que los turistas y habitantes de la isla suelen tener en cuenta a la hora de elegir esta playa es que esta orientada al sur. De vez en cuando, las corrientes del viento hacen que no sea un sitio idóneo para bañarse o hacer surf, por lo que a pesar de ser la playa más larga, también es la menos concurrida.