Dónde viajar en primavera: 8 lugares del mundo para acertar con el destino

Dicen que después de la tormenta llega la calma, y este dicho popular es igual de cierto que afirmar que tras el invierno siempre comienza la primavera, la temporada en la que la sangre se altera con la llegada del buen tiempo. Los campos empiezan a recuperar el verdor oculto con las nieves invernales, las flores vuelven a presentar sus mejores pétalos para inundar cada rincón con su perfume y los animales despiertan de su letargo para disfrutar de las horas de luz. Sin embargo, también la primavera es el momento en el que se vuelve a viajar con más intensidad después de haber guardado la manta del sofá en el armario, existiendo 8 sitios en el mundo perfectos para sacar el máximo partido a esta estación. Si quieres saber cuáles son, continúa leyendo y ve preparando la maleta.

Tokio (Japón)

Durante la primavera, los campos y jardines de muchos rincones del mundo se iluminan con flores blancas. Los culpables de esta maravillosa postal son los cerezos, que a finales de marzo comienzan a renacer nuevamente. Uno de los lugares clave para poder contemplar al máximo su floración es Japón. En este país asiático, sus habitantes han llegado a inventar una palabra para el verbo que se refiere a ver u observar las flores, hanami, dada la importancia que para esta cultura tiene este momento tan especial del año.

Visitar los cerezos en Japón es una de las experiencias que debes disfrutar si decides viajar a esta ciudad en primavera

El rincón perfecto del país para sentirlo es Tokio, pues numeroso árboles de esta especie pueblan sus calles, avenidas y parques y perfuman con el aroma de sus flores toda la ciudad. Las mejores zonas para contemplarlos son la orilla del río Meguro, el Parque de Asukayama, ya que es el más antiguo y famoso de la capital nipona, el Parque de Ueno, al ser el más popular de todos, o el Jardín de Koishikawa Korakuen, con un romántico cerezo llorón digno de fotografiar.

Keukenhof (Holanda)

Uno de los eventos primaverales que mayor número de personas atrae en todo el mundo es la floración de los tulipanes holandeses. A mediados del mes de abril, los bulbos que se distribuyen por todo el país extienden sus coloridos pétalos, entremezclándose con otras especies que también florecen esos días. El principal lugar de paso de los turistas para contemplar este hermoso paisaje es el Parque de Keukenhof, ubicado a 40 kilómetros de Ámsterdam y el complemento perfecto cuando se visita la capital de Países Bajos.

Los tulipanes y molinos más famosos del mundo se encuentran en su mayor esplendor en esta época del año

Keukenhof solamente está abierto al público durante los meses de primavera, aunque las fechas cambian cada año porque depende de la floración de los tulipanes. Más de 800 variedades repartidas entre los 7 millones de bulbos saludan a los visitantes que se acercan a verlos cada año. Destacada también el pabellón Koningin Beatrix, donde se expone la muestra de orquídeas más grande de todo el mundo. Molinos, fuentes y lagos completan el espectacular paisaje que se forma en este jardín holandés.

La Toscana (Italia)

Aunque los meses otoñales son perfectos para visitar La Toscana porque es el momento en que se vendimian los viñedos para producir sus exquisitos vinos, lo cierto es que la primavera es otra de las épocas preferidas por los turistas para acercarse hasta esta región de la bota italiana que tantas historias ha inspirado a escritores de novelas y directores de películas. Durante los meses de marzo, abril, mayo y parte de junio, a los cipreses, olivos y cepas se suman las amapolas silvestres y los girasoles que comienzan a crecer.

Qué más decir de este lugar considerado Patrimonio de la Humanidad

Uno de los valles por los que hay que pasar cuando se visita La Toscana en primavera es por el de Orcia, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Se trata de un conjunto de colinas en las que despuntan tradicionales villas italianas rodeadas de vegetación, siendo un vuelo en globo una de las mejores formas que existen para contemplar toda esta explosión de fragancias y colores en toda su magnitud, una estampa que te costará borrar de tu retina.

Valle del Jerte (España)

Si tu bolsillo no te permite desplazarte hasta Japón para ver los cerezos en flor, en España también hay rincones para contemplar este maravilloso espectáculo natural. Hasta el Valle del Jerte, en plena Extremadura, peregrinan cada año centenares de personas que quieren pasear bajo la lluvia de los pétalos de las flores de estos árboles. A pesar de que la época de floración depende de la meteorología, el apogeo suele producirse a principios de abril, cuando acuden todos los turistas para no perdérselo.

Aunque pocos lo saben este Valle en Extremadura no tiene nada que envidiarle a Japón

Fue en el siglo XVIII cuando se generalizó el cultivo de los cerezos en la zona, aunque hay referencias escritas del siglo XIV de que ya era común este árbol en esta región de la provincia de Cácares. La picota es el fruto que se extrae, siendo un producto puramente local y muy cotizado en el mercado español, ya que cuenta con una calidad excelente y un sabor único. No obstante, antes hay que contemplar las flores de las que nacerán esas suculentas cerezas.

Bosque de Hallerbos (Bélgica)

Al terminar su visita al Bosque de Hallerbos, muchos excursionistas llegan a pensar que tiene ese manto de flores azules que ocupa más de 500 hectáreas solo puede haber sido creado con magia. Cada año, a finales de abril y principios de mayo, en el pequeño pueblo de Halle, situado a 20 kilómetros de Bruselas, se puede viajar al escenario de un auténtico cuento de hadas, ya que las flores inundan todos los rincones de su bosque, sin dejar un solo espacio sin cubrir.

Disfruta de esta rara variedad de flor

Millones de campanillas y jacintos cubren el terreno en el que colonias de hayas y sequoias habitan de forma perpetua el resto del año. Es por ello que al Bosque de Hallerbos también se le conoce como Bosque Azul. El mejor momento del día para descubrirlo es durante las primera luces del día, ya que suele amanecer cubierto por un banco de niebla que consigue resaltar todavía más el color de las flores, haciendo más hechizante todavía la visita.

Valle de las Flores (La India)

Aunque no es recomendable para alérgicos, merece la pena hacerse con una mascarilla y adentrarse en el Parque Natural del Valle de las Flores. Su impresionante belleza obligó a la UNESCO a declararlo Patrimonio de la Humanidad en 1998, al ser una de las reservas de flores más importantes del mundo, con especies tan variopintas como orquídeas, caléndulas, margaritas o azaleas. La auténtica explosión de primavera se vive en este extraordinario paraje de La India.

Pocos sitios como este te harán sentir lo mismo que este lugar de la India

Situado en la región oeste del Himalaya, la sorprendente fauna que habita en este valle es otra de las razones que llevó a la UNESCO a tomar su decisión. Cabra azul, oso pardo o leopardos son algunos de los animales más fascinantes que se pueden observar. Las montañas de cumbres nevadas que rodean todo el parque sirven de murallas naturales para proteger este lugar único en el mundo.

Giverny (Francia)

Al norte de Francia, en plena región de Normandia, se esconde Giverny, una pequeña localidad en la que hay más flores que habitantes cuando llega la primavera, aunque durante el año superan por poco los 500 lugareños. Claude Monet, el gran pintor francés del impresionismo, situó en el mapa a este rincón del país cuando trasladó aquí su residencia, construyendo alrededor de su casa unos espléndidos jardines dignos de ser retratados posteriormente, como así hizo, destacando la obra "Los Nenúfares", localizada en el Museo de la Orangerie de París.

Sin dudas el parque de Claude Monet es uno de los lugares que debes visitar en Francia

Siguiendo la estela de este maestro del pincel llegan hasta este paraje rural muchos amantes del arte, mientras que otros turistas tan solo quieren contemplar la naturaleza más salvaje pero ordenada por la mano del ser humano. Esta es la magia del Jardín de Monet que rodea su casa, pudiendo encontrar las flores más silvestres, como margaritas o amapolas, conviviendo con las más raras del mundo. Un puente japonés, un lago repleto de juncos y nenúfares o tradicionales rosales que rodean vallas y barandillas son algunos de los detalles más fotografiados también por los curiosos que se acercan hasta aquí durante las últimas semanas de la primavera, en el mes de junio.

Córdoba (España)

Dicen que hasta el cuarenta de mayo no hay que quitarse el sayo, pero lo que tampoco hay que quitar son los tiestos de geranios de los patios y los balcones, ya que es el momento en que comienzan a florecer. Esto lo saben bien en Córdoba, la capital por excelencia de la primavera andaluza gracias a la Fiesta de los Patios, declarada Patrimonio de la Humanidad. Celebrada cada año durante la segunda y tercera semana de mayo, es el momento en el que la ciudad se pinta con flores de todos las formas, tipos y colores.

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Esta bellísima ciudad andaluza te enamorará de principio a fin

La tradición de competir por ver quién tiene el patio mejor decorado de todo Córdoba comenzó en la década de 1920, aunque no se oficializó hasta 1947. Desde entonces, se ha ido mejorando la exhibición año a año. Quienes participan dejan acceder al interior de sus casas a los visitantes de forma gratuita, que se dejan llevar por las sensaciones que se respiran en ellos. Paredes pintadas de color blanco para que geranios, claveles, gitanillas, hortensias o helechos se conviertan en los protagonistas mientras las fuentes centrales ponen la nota de música con el tímido rumor del agua.