Las Seychelles es un pequeño país ubicado en el Océano Índico, en el norte de Madagascar que está formado por 115 islas, de las cuales solo 33 están habitadas. Pertenece a la Mancomunidad de Naciones , la etnia predominante es la seychellois, de raíces africanas y francesas, pero también hay minorías china e india.
Mahé
Esta es la isla principal del país donde está ubicada la capital, Victoria, y posee este nombre en honor a la reina de la segunda ocupación de las islas Seychelles, la ocupación británica. Esta isla, igual que el resto, tiene una belleza espectacular y exuberante. Esta es la isla que tiene aeropuerto internacional conectando con diferentes partes del mundo.
A pesar de que sea la única isla que tiene una ciudad dentro del archipiélago, tiene mucha vegetación que consigue que la población esté dispersa entre la montaña y la selva. Una de las cosas más significativas es el ritmo tranquilo de los isleños, quienes además destacan por su amabilidad y hospitalidad. Son desinteresados y confiados, depositando todo en ti si así se requiere.
En el centro de la isla está el monte Morne Seychellois, de 905 metros de altura sobre el nivel del mar, convirtiéndose en el corazón del Parque Nacional de Mahé. Desde la parte más elevada pueden contemplarse algunas de las islas que completan el archipiélago. Otro de los montes más bonitos es Morne Blanc, y hay que sumar sus vistas impresionantes y sus senderos para hacer trekking.
Entre los monumentos y espacios de interés de la ciudad está una torre del reloj que recuerda al Big Ben de Londres. Por otro lado, y como curiosidad, tiene un increíble templo hindú, y es que este país es una confluencia de etnias, razas y religiones. Los colores llamativos de este templo atraen la atención de los turistas, que paseando muy cerca también encontrarán el mercado de la ciudad donde hay una amplia variedad de especias, pescados y frutas.
En cuanto a las playas y los paisajes de esta isla que tiene cerca de 30.000 habitantes, hay algunas de gran importancia, entre ellas Anse Soleil, pequeña, pero preciosa por toda la vegetación que la rodea y las rocas graníticas tan características de este paraíso de ensueño. Anse Royale está considerada una de las mejores playas de Mahé y la gran ventaja es su fácil acceso. Está ubicada en la costa este de la isla muy pegada a la carretera.
La playa más popular de la isla es Anse Beau Vallon y por eso es la más concurrida de todas, pero eso no quiere decir que sea la más bonita. Otras de sus playas más destacadas son Anse Takamaka, Anse Louis, Anse Boileau y Grand Anse, así como Port Launay, donde está Anse L'Islette, una isla a la que se puede llegar caminando cuando la marea está baja.
Praslin
Puede que no sea la isla más grande, pero quizá sea la más turística. A unos 50 kilómetros de Mahé, se puede llegar a ella mediante ferry -es la opción más económica- o avión, porque también tiene aeropuerto. Su población ronda los 6.000 habitantes y fue llamada inicialmente 'Isle de Palmes'. En sus inicios fue utilizada como escondite de los piratas y comerciantes árabes. En 1768 fue renombrada como Praslin en honor al diplomático francés César Gabriel de Choiseul, Duque de Praslin.
La isla de Praslin tiene una de las playas más reconocidas a lo largo y ancho del planeta, Anse Lazio, uno de los mejores lugares para hacer snorkel en el archipiélago. Cerca de sus rocas graníticas y corales se pueden ver no solo peces, sino también mantas raya y lo más alucinante, tortugas.
Pero de este paraje natural no solo hay que destacar esta playa, puesto que hay muchas otras que merecen la pena. Anse Volbert es una de las playas más largas de la isla, con casi tres kilómetros de distancia, y es un lugar perfecto para hacer otras actividades distintas al snorkel y el buceo, puesto que no hay muchas zonas rocosas. Las puestas de sol son increíbles y merece mucho la pena pasar un día en ella. Más pequeñas y muy cerca están las playas Possesion o Takamaka que tienen muy cerca La Reserve, una zona conocida por la increíble vida marina que hay ahí. La vegetación inunda las playas, haciendo que todas ellas se conviertan en verdaderos paraísos junto a las formaciones rocosas que rodean la costa y sus arrecifes.
Las actividades en esta isla, además de estar muy vinculadas a la playa, también lo están a la naturaleza. El Valle de Mai es un paraje natural prácticamente primario donde se pueden ver los cocos -y también frutos- más grandes del planeta. El Coco de Mer es reconocido por su tamaño y también por su maduración, ya que es apto para el consumo pasados más de 20 años, aunque con 9 su sabor puede ser aceptable. Este coco tan solo está presente en dos islas, Praslin y Curieuse. En esta paraíso de plantas y palmeras se pueden ver algunas aves como el loro negro, solo existente en estas islas.
La oferta turística es amplia, pero simplificando, la mejor opción es alquilar un coche e ir yendo de una playa a otra para disfrutar de ella al máximo. Si accedes a la zona más céntrica también podrás disfrutar de unas bonitas vistas, con increíbles puestas de sol y océanos de fondo.
La Digue
La isla de La Dique es la tercera más habitada del archipiélago, y tiene un encanto particular teniendo en cuenta que se puede disfrutar de ella en bicicleta, la mejor opción para conocerla. Tan solo hay unos 60 vehículos destinados al turismo en su mayoría, por eso las bicis no paran de circular por sus calles. Alquilarla sale muy barato y con ella podrás ir de un lado a otro disfrutando de sus parajes naturales.
Para disfrutar plenamente de La Digue tendrás que ir de una playa a otra, porque ninguna tiene desperdicio. Por otro lado, seguir la senda por la costa es una opción maravillosa, las vistas merecen mucho la pena y el paseo es muy agradable.
En esta isla el snorkel también es magnífico, aunque hay playas más aptas que otras. Y antes de marcharse de la isla tendrás que visitar Anse Severe, Anse Patates, Anse Gaulettes, Anse Banane y Anse Fournis. Par acceder a la paya más fotografiada del mundo, Anse Source D'Argent, tendrás que atravesar Unite State, un parque de entrada privada lleno de plantaciones de vainilla. Antes de llegar a esta espectacular playa te toparás con una increíble roca donde además hay muchas tortugas que solo encontrarás en las Seychelles.
Cuando llegues a la famosa playa encontrarás una maravilla natural, y es que aunque su arena blanca y sus rocas graníticas del mar no tienen nada que envidiar al resto de playas del archipiélago, lo que más llama la atención es su enclave, precioso y verdaderamente único. La senda de llegada, rodeada por rocas salientes y vegetación, es lo que más destaca de ella.
Para finalizar, no debes olvidarte de las playas del norte, aunque son más vírgenes, y la oferta hotelera es inexistente. Si apuestas por la bicicleta, por los caminos que llevan a Grand Anse o Anse Cocos también disfrutarás de un agradable paseo, y más que eso, verás cómo viven los paisanos de la pequeña isla.
Curieuse Island
Las tortugas gigantes de Aldabra tienen un gran protagonismo en Curiuse Island. Únicas en este archipiélago, son el gran atractivo turístico de esta isla, que además enseña todo el proceso de cría. En Curieuse se puede ver cómo las tortugas van creciendo poco a poco para después vivir libres. Por otro lado, en esta isla no hay habitantes, tan solo viven varios guardas para proteger su enorme atractivo. En el pasado esta isla fue una leprosería, y aún existen restos de las edificaciones que se construyeron con este fin.
A Curieuse Island llegan muchos turistas para disfrutar de sus playas, del snorkel y de su naturaleza. Lejos del mar, se puede disfrutar de trekking, una actividad para conocer sus entresijos. Cruzando la isla de punta a punta se pueden ver sus increíbles vistas y sus manglares, donde crecen árboles en agua salada. También sus cangrejos e increíbles arañas, aunque lo que escasea es la vida mamífera. Por otro lado, es también en esta isla donde crece el Coco de Mer, igual que en Praslin, el fruto único y nacional.
Felicité, Sister Island, Coco o Saint Pierre
Más allá de las islas más pobladas existen otras donde hay una pequeña oferta hotelera o la vida es inexistente. Se puede llegar a ellas a través de barcos o pequeñas lanchas -en su mayoría turísticas- para disfrutar de sus encantos, arrecifes de corales y zonas rocosas para poder ver increíbles peces y toda su vida marina. Las tortugas también habitan en estas aguas, aunque resultará complicado verlas.
En estas islas de ensueño predomina la vegetación, increíbles palmeras y acantilados. No hay que perder la ocasión de descubrirlas, no solo a vista de pájaro, sino también de pez, porque el fondo marino puede llegar a ser fascinante.