Francia es un destino lleno de contrastes en el que podemos encontrar distintos atractivos turísticos según el tipo de viaje que quieras realizar. En este sentido, el país galo cuenta con una amplio conjunto de pueblos y ciudades que son auténticas joyas de la Edad Media. Su geografía, sus monumentos, sus construcciones y su historia hacen que Carcasona, también conocida como Carcassonne o Carcassona, sea todo un ejemplo de villa medieval, en este caso, situada en el sur de Francia, a caballo entre las ciudades de Toulouse y Perpiñán. Geográficamente, esta comuna francesa, que es capital del departamento del Aude, pertenece la región de de Occitania, que conforman Langedoc-Rosellón y Mediodía-Pirineos. Su superficie de 65 kilómetros cuadrados la convierte en una de las comunas más grandes de la zona, aunque su población no llega a los 50.000 habitantes.
Esta pequeña ciudad francesa se caracteriza principalmente por su ciudadela amurallada, un conjunto arquitectónico fortificado de la época medieval, que fue restaurado en el siglo XIX por el arquitecto francés Eugène Viollet-Le-Duc, quien diseño los techos en forma de cono, propios del norte de Francia, para coronar las torres de la muralla de Carcasona. Y así, desde entonces luce estas importadas torres cónicas cubiertas de pizarra tan características. Este arquitecto también fue el encargado de restaurar en 1857 la Catedral Saint-Michel de Carcassonne, considerada la Catedral de la ciudad, uno de los monumentos históricos del país y una sede episcopal que le fue transferida desde la actual Basílica Saint-Nazaire, la antigua catedral, que ubicaba la sede desde la Edad Media hasta 1801, cuando fue reemplazada como catedral por la de San Miguel, para un siglo más tarde ser declarada basílica menor.
Sin embargo, está basílica, que está incluida en el ámbito de la ciudad histórica fortificada y que tiene una de las vidrieras más hermosas del sur de Francia, es uno de los grandes atractivos turísticos de lugar. Se trata de una iglesia de origen románico y estilo gótico, que sigue el culto católico y que fue construida en el siglo XII y reformada en el siglo XIX, como el resto de la ciudad por Viollet-Le-Duc. Además de estas dos importantes iglesias, el lugar de interés por excelencia es la Ciudadela de Carcasona - también conocida como la Cité - que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1997. Su compleja arquitectura defensiva y su gran conservación tras los proyectos de restauración convierten esta ciudad fortificada en monumento histórico francés, en el cual destacan dos elementos estructurales: sus murallas y su castillo, conocido como el Château Comtal.
Apartes del su gran patrimonio histórico de la Edad Media, Carcasona cuenta con numerosas zonas verdes entre las que destaca el parque André-Chénier Garden, situado cerca del Canal du Midi o Canal del Mediodía, una vía navegable entre el Río Garona y el Mar Mediterráneo, que originalmente se llamaba Canal Real del Languedoc y que también es Patrimonio de la Humanidad desde 1996. Del mismo modo, la ciudad medival cuenta con una amplia oferta gastronómica y cultural en la que destacan el Museo de Bellas Artes de Carcasona o el Museo de la Inquisición. Sin embargo, además de Carcasona, existen muchas otras joyas medievales a lo largo y ancho del país vecino, donde podemos encontrar multitud de pueblos, villas o ciudades que aún conservan monumentos, conjuntos históricos, grandes edificaciones o zonas residenciales con el aspecto típico de hace más de cinco siglos. Esta es una pequeña selección de localidades francesas de la Edad Media que puedes visitar si estás pensando en hacer un viaje, no solo al país galo, sino al pasado.
Domme
Con apenas mil habitantes, Domme es una villa principalmente rural y turística. Se trata de una ciudad fortificada de un modo especial por el complejo enclave natural en el que se encuentra situada, ya que sus torres y murallas se encuentran al lado del valle Dordogne o Dordonha y del río del mismo nombre, también conocido como Dordoña. Esta estratégica ubicación también fue determinante en su historia, que comienza en el año 1281, cuando la Bastida de Domme fue construida por Felipe III El Atrevido, jugando un importante papel en la Guerra de los Cien Años entre Inglaterra y Francia.
La Roque-Gageac
Muy cerca de Domme se encuentra la Roque-Gageac, una pequeña localidad situada en la región de Perigord, es decir, que también pertenece al departamento de Dordoña, en la región de Aquitania. Este bello pueblo francés parece directamente sacado de un cuento, ya que sus encantadoras casas están construidas a lo largo de un acantilado a orillas del anteriormente mencionado Río Dordoña.
Castelnaud La Chapelle
También muy próximos está Castelnaud La Chapelle, un pueblo medieval que se erige sobre la montaña que está en la confluencia del famoso río Dordoña y el río Céou. Además de la espectacular panorámica que dejan sus casas con tejados rojizos, está villa destaca por sus dos castillos : La fortaleza del siglo XIII que la corona y el castillo residencial Château des Milandes ,a las afueras.
Beynac-et-Cazenac
Pero, sin duda, la joya de la región de Aquitania en los pueblos medievales se refiere es Beynac-et-Cazenac. También a orillas del río y en medio de los parques de Périgord Noir, las casas de piedra de esta impresionante localidad se erigen hasta la cima del pueblo coronado, por un gran castillo medieval que se abre paso entre los árboles con la villa sus pies.
Saint Emilion
También en la región de Aquitania, situado entre Dordoña y la ciudad de Burdeos, no podíamos dejarnos Saint Emilion, un bellísimo pueblo de origen medieval, conocido por sus bodegas de vino y el tono marrón que tiñe todas sus casas y calles de piedra. Del mismo modo que la Ciudadela de Carcasona, esta localidad también fue clasificada en la lista de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Castelnou
Ya fuera de la región de Aquitania donde se concentran tantos lugares con la huella de la Edad Media, encontramos una villa medieval mucho más cerca de nuestro país. Se trata de Castelnou, un pueblo perteneciente al departamento de Pirineos Orientales y de la misma región que Carcasona, que aparece nada más cruzar la frontera con España. Sus calles de piedra, sus casas bajas con tejados rojizos y el imponente castillo del siglo X sobre la cima de la montaña en la que se encuentra el pueblo, dejan una panorámica espectacular de esta ciudad del medievo camuflada entre la frondosa vegetación de las montañas que la aislan.
Saint Cirq Lapopie
En el pueblo de Saint Cirq Lapopie, situado en el departamento de Lot, las construcciones de color claro con llamativos tejados rojos contrastan con el verde de la vegetación. Y es que esta villa medieval, declarado como uno de los monumentos histórico de Francia, se encuentra en medio de un parque natural, en lo alto de una colina sobre el río Lot, por lo que el enclave natural y los vestigios medievales lo convierten en uno de los pueblos franceses más bellos.
Autoire
También en el departamento de Lot encontramos un pueblo en el que contrasta sus casas y calles de origen medieval con el paisaje natural que lo rodea. Se trata de Autoire, una comuna francesa cuya belleza y patrimonio del medievo hacen que esté i ncluida entre los pueblos más bonitos de Francia. De hecho, no hay más que observar sus calles, plazas y fuentes para sentir que has hecho un viaje al escenario de 'La Bella y la Bestia'. Además, esta localidad está rodeado por un valle lleno de bosques y acantilados, muy cerca de una cascada junto al río.
Rocamadour
Del mismo modo, esa sintonía entre la naturaleza y las edificaciones medievales se reproduce en Rocamadour, también en la región de Lot. Este pueblo con origen en la Edad Media destaca por lo peculiar de su construcción, ya que las casas, iglesias y demás construcciones se edificaron en la pendiente de una montaña, integrándose en la ladera sobre el cañón por el que pasa el río Alzou, dándole al pueblo unas vistas vertiginosas a la par que bellas tanto desde dentro como desde fuera del mismo.
Collonges-la-Rouge
Con poco más de 14 kilómetros cuadrados y menos de 500 habitantes, la comuna francesa Collonges-la-Rouge, situada en la región de Lemosín perteneciente al departamento de Corrèze es una de las más bellas y sorprendentes. Por ello, no es de extrañar que allí esté la asociación 'Les Plus Beaux Villages de France'. Aparte de la especial disposición de sus casas bajas, de los tejados cónicos, de los torreones y de los recovecos de sus encantadoras calles, lo más llamativo de esta pequeña localidad es el color rojo que tiñe cada uno de sus rincones. Un toño rojizo que destaca con el verde de los numerosos árboles de la villa, que se debe a la utilización de la piedra de rodeno en la construcción de prácticamente la totalidad de sus particulares edificaciones con tejados grises.