Pensar en Rumanía es pensar, en cierto modo, en Drácula, en leyendas, historias pasadas, monasterios y lugares remotos. Y es que este país por todo lo que él encierra ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad. En él destacan iglesias de madera, campanarios de estilo gótico y frescos de temática bíblica, pero también tiene un paisaje propio de una postal.
La otra cara de Rumanía
Lejos de la típica capital de Rumanía, Bucarest, hay otros lugares menos conocidos que poseen mucho encanto, aunque eso sí, son mucho menos turísticos. Uno de los grandes secretos del país es el Delta del Danubio, un río que tiene cerca de 3.000 kilómetros y que une a culturas y civilizaciones a través de su transcurso. Recorre media Europa, atraviesa diez países y bordea ciudades como Viena, Belgrado, Budapest o Bratislava. Rumania es cruzada también de oeste a este y desemboca en el Mar Negro, creando antes el mayor Delta de Europa y una de las grandes Reservas de la Biosfera y Patrimonio de la Humanidad.
Este delta es el más grande y mejor conservado de Europa, compuesto por una intrincada red de vías fluviales y lagos divididos entre los tres canales principales del estuario del Danubio. Esta zona está formada por islas de juncos, plantas y mucha más fauna y flora reunida en 580.000 hectáreas, siendo el hogar de una fascinante mezcla de culturas y personas, así como de una gran variedad de vida silvestre que incluye más de 300 especies de aves y 160 de peces de agua dulce en sus numerosos lagos y marismas. En este lugar viven cerca de 20.000 personas, pero en pequeñas aldeas que apenas tienen habitantes. Como curiosidad, un 50% de la Reserva de la Biosfera está intacta.
Dónde comienza el Delta
Cerca de Tulcea, el Danubio se divide en tres brazos principales o canales antes de llegar al Mar Negro, y puede considerarse este el punto de partida. En esta ciudad hay un museo dedicado al delta y un acuario con especies de peces del río y del Mar Negro, aunque también incluye peces tropicales.
El recorrido por el Delta hay que hacerlo en barco, mejor que sea pequeño y que navegue despacio para poder apreciar la variada vegetación y que las aves no se espanten con el ruido. Aunque a veces navegar puede resultar algo complicado porque las enredaderas consiguen unir un lado con otro, es fascinante pasear por allí. Además de haber vegetación autóctona hay plantas exóticas después de que la aves migratorias hayan transportado semillas desde lugares como África, por eso es fácil encontrar nenúfares, cañaverales, juncales saladares y bosques de ribera. Existen bosques, como el de Letea, notables por las copas asimétricas de sus árboles, que incluyen robles y bordean los canales. A unos 44 km del delta del río Danubio, río arriba, se encuentra la isla de las Serpientes, que actualmente pertenece a Ucrania pero es reclamada por Rumanía. Esta isla rocosa está situada en el Mar negro y la URSS la ocupó al final de la Segunda Guerra Mundial.
En cuanto a su historia, durante la Edad Moderna el delta del Danubio estuvo en manos del Imperio otomano. Pero el Imperio austrohúngaro y otras potencias europeas se movilizaron para impedir que el delta, al igual que otros territorios otomanos, cayera en manos del Imperio ruso. El Tratado de París (1856), que ponía fin a la guerra de Crimea, estableció que una comisión internacional controlara el delta. Cuando terminó la Primera Guerra Mundial, el Tratado de Versalles, se confirmó una comisión internacional de la zona que quedó abolida de 1940 a 1944 cuando la zona fue ocupada por la Alemania nazi.
Pueblos y pobreza
Las aldeas que rodean la zona están deprimidas económicamente, por eso hay altos niveles de desempleo y también despoblación rural, La mayoría se dedica a la pesca, y entre ellos hay una comunidad de lipovanos, un grupo eslavo oriental compuesto por los denominados viejos creyentes - los cristianos ortodoxos partidarios de la vieja liturgia y cánones eclesiásticos que no aceptaron la reforma de Nikon en 1654, fecha a partir de la cual fueron cruelmente perseguidos y diezmados.
Numerosas especies animales
Durante el verano, el Delta alberga más de 320 especies de aves, incluida la mayor colonia de pelícanos, con una comunidad de 6.000 ejemplares, más de la mitad de la población europea de estas aves, y más de un millón de ejemplares individuales que invernan aquí, incluidos cisnes, cormoranes, garzas, martinetes, gansos salvajes y fochas. Situado en el paralelo 45, el Delta del Danubio es un punto de parada perfecto entre el Ecuador y el Polo Norte para millones de aves migratorias. Con suerte puede verse el pelícano dálmata blanco y rosa pálido y enormes bandadas de las brillantes ibis de color carmesí, con su largo y curvo pico.
Este es también uno de los últimos lugares que quedan en Europa donde los caballos salvajes vagan libres en el Bosque de Letea. Y aunque no es fácil verlos, más allá de los cañaverales se encuentran gatos monteses, zorros y lobos, y hasta un jabalí o ciervo ocasional. En cuanto al agua del delta, hay cerca de 160 especies de peces de agua dulce, entre las que se encuentran varios tipos de esturión, lucios, percas, pez gato, carpas, picas, soleras, pechugas, tencas, peces de caza... lo que hace que acudan numerosos pescadores a pesar de lo oscura que es su agua.
Cómo ir y dónde alojarse
La forma más cómoda de llegar al Delta es volando hasta Bucarest para luego dirigirse por carretera a Tulcea y desde allí en pequeños barcos hacia el Delta. Las opciones de alojamiento van desde resorts de lujo hasta hoteles flotantes, bed and breakfasts y casas privadas.
La mejor opción para ir al delta es que te puedas mover por tu cuenta, así que si has alquilado un coche, podrás llegar fácilmente hasta esta zona, pero luego tendrás que viajar en pequeñas embarcaciones. Los muelles principales están en Tulcea, Mahmudia o Murighiol, así que lo bueno es que desde ahí puedes contratarlo todo y negociar los precios, pero también hay paquetes de excursiones que pese a que suelen ser más caros, resultan siempre más fáciles.