Consuegra es un pueblo toledano ubicado a pocos kilómetros de Toledo y Ciudad Real, y se trata de un lugar ideal para una pequeña escapada. Entre sus atractivos destacan sus molinos que recuerdan y mucho a 'El Quijote', por lo que tiene un gran vínculo con la literatura de la zona. Obtiene su nombre de la antigua ciudad preromana de Consabura, que significa 'la confluencia del río Sabo', y Sabo era el nombre que llevaba antes el río Amarguillo.
El castillo de Consuegra
Llamado castillo de la Muela, está ubicado en la parte alta del cerro Calderico. A sus alrededores siempre hay mucha gente paseando, siendo uno de los lugares más visitados del pueblo junto con los molinos de viento. Este castillo es de origen musulmán y con los años se fue ampliando, modificándose durante el siglo XII por la Orden de San Juan de Jerusalén. También hay historiadores que dicen que fue el emperador Trajano el que mandó construir esta fortaleza, aunque no existe documentación alguna.
En 1962 el castillo, que como parte de la desamortización de 1836 había pasado a manos particulares, es cedido al ayuntamiento. En 1985 comenzó un periodo de rehabilitación, con la creación de la Escuela Taller. Hay quienes dicen que este castillo es uno de los que mejor se conserva en Castilla-La Mancha. Se puede acceder a su interior por tan solo 4 euros en diferentes horarios.
Los molinos de viento
Igual que el castillo, los molinos de Consuegra están sobre el cerro Calderico. datan del siglo XIX, aunque se cree que hay alguno que puede ser más antiguo. Hubo originariamente trece, pero solo se conservan doce:
- Bolero, donde está la oficina de turismo y en el que se conserva el moledero de trigo.
- Mambrino.
- Sancho que conserva maquinaria del siglo XVI.
- Mochilas.
- Vista Alegre.
- Cardeño, que fue una casa.
- Alcancía.
- Chispas.
- Caballero del Verde Gabán, que tiene numerosas versiones de 'El Quijote'.
- Rucio, que tiene una exposición de vinos.
- Espartero, que tiene una exposición de artesanía toledana.
- Clavideño que tiene muchas fotografías.
Los molinos simplemente se usan con fines turísticos, porque no se utilizan como antaño para sus funciones de molida de la harina. Estos molinos tienen dos partes bien diferenciadas, la parte cilíndrica o torre formada por muros gordos, y una cubierta cónica giratoria de madera y cinc, que tiene cuatro aspas en el exterior rectangulares. Fue en febrero de 2008 cuando fueron declarados Bien de Interés Cultural junto también al castillo que está al lado.
Centro histórico
Uno de los lugares que hay que visitar sí o sí es la Plaza de España, un lugar en el que debería de comenzar cualquier ruta por el casco. En ella está en Ayuntamiento del pueblo, asó como el arco y la Torre del reloj, todos los edificios tienen estilo renacentista. Por otro lado, está el Colegio de Gumersindo, que es de estilo mudéjar, así como la sede del Museo Municipal en el edifico de Los Corredores, que es un claro ejemplo de la arquitectura de Castilla-La Mancha.
Iglesia de San Juan Bautista
Fue construida en 1567 y su estilo arquitectónico es castellano mudéjar, predominando el ladrillo y la piedra con un uso mixto. En su interior destaca los cinco lienzos con temática del 'Bautismo de Cristo' atribuido a Antonio Martinez Mazarambroz y 'San Joaquín', 'San José' y 'Angeles portadores de símbolo de la pasión' de Joseph Beraton. En la plaza de la iglesia de San Juan destaca la estatua dedicada a los caballeros sanjuanistas.
Iglesia del Santísimo Cristo de Veracruz
En esta localidad hay varios puntos de interés más allá de sus tradicionales molinos, como la Iglesia del Santísimo Cristo de Veracruz, porque tiene una increíble fachada de elementos barrocos y neoclásicos. En realidad se trata más bien de una ermita que fue construida entorno a 1744. Destaca su planta de cruz latina, la cúpula y el almohadillado en su fachada exterior en mármol, con columnas salomónicas y en el dintel el sudario de Cristo.
Iglesia de Santa Maria la Mayor
Hay otra iglesia, la parroquial de Santa María la Mayor, construida en 1723 como templo del Convento de San Antonio de Franciscanos Descalzos, que ya no existe. Este antiguo convento fue destruido a comienzos del siglo XIX por la invasión francesa aunque se conservan la iglesia hoy parroquia de Santa María y algunas dependencias. En frente tiene al convento de la Inmaculada Concepción del siglo XVII. Por el pueblo pasa un río, y al otro lado está la Iglesia de San Juan, construida en el siglo XVI y que consiguió no acabar derruida por las inundaciones.
Edificio de los Corredores
En un primer momento fue utilizado como depósito, donde se almacenaba el trigo y también desde su balconada se podían presenciar las corridas de toros. Dentro de este edifico está el museo arqueológico municipal.
Fundación Díaz-Cordovés y señora
En febrero de 1924 se presentó su proyecto para ser construida, siendo el arquitecto Luis Bellido el que se encargó de esta obra y del Ministerio de Fomento de Madrid. Se inauguró en 1926 con los hermanos de las Escuelas Cristianas de La Salle impartiendo sus clases y en la actualidad es Colegio público del Santísimo Cristo de la Vera Cruz.
Restos de una presa romana
A las afueras del pueblo se encuentran los restos de lo que fue una presa romana que retenía las aguas del río Amarguillo para ser usadas como regadío en los cultivos de la zona. Estas excavaciones están a cinco kilómetros de la localidad y se llega a través de un camino que termina en el Santuario de Urda. Puede que se trate de una de las infraestructuras hidráulicas mejor conservadas en Occidente.
Hasta el año 1964 se creía que era un puente romano, el puente de Urda, pero más tarde se hicieron excavaciones y se declaró como monumento histórico y bien de interés cultural. Fue en 2014 cuando se hizo la primera intervención arqueológica y se encontró una estructura hidráulica que podría ser una antigua torre acuaria. Este lugar se puede visitar libremente pero sin salirse de la linde de la presa.
La Fiesta del azafrán
La Fiesta de la Rosa del Azafrán se celebra el último fin de semana de octubre y suele coincidir con la recogida del azafrán. En este pueblo toledano es uno de sus principales cultivos, y se cree que se remonta a la alta Edad Media, tras haber sido traído desde Oriente Medio. Se introdujo como complemento a la agricultura tradicional dominada por el cereal, la vid y el olivar y fue en 1183 cuando el Rey Alfonso VIII reserva para la corona un tercio del azafrán obtenido en dicho pueblo.
Esta fiesta ha sido declarada Fiesta de Interés Turístico Regional por la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha y en estos días se recoge lo que es denominado como 'oro rojo' por su alto precio y por su trabajosa obtención, ya que hay que mondarlo y consiste en separar los rojos pistilos de la flor.