Irte de viaje es una de las mejores experiencias que puedes practicar en tu vida. Si bien es cierto que hay quien prefiere quedarse en casa y dedicar su dinero a asuntos que le parezcan más divertidos e importantes, a la mayoría de la gente le suele hacer ilusión cambiar de aires durante unos días o unas semanas y poner rumbo a un destino cercano o lejano. Eso sí, hay que tener siempre en cuenta que planear un viaje no es tarea fácil, sobre todo si te lanzas a la aventura de compartir tus vacaciones junto a tus amigos.
Es muy probable que tu grupo de amigos y tú hayáis fantaseado con la idea de hacer un viaje juntos. Seguramente ya lo hayáis hecho, y quizás has comprobado que por muy bien que te caiga una persona o por mucho que le quieras, quizás no sois demasiado compatibles a la hora de hacer un viaje ya habéis tenido uno o unos cuantos roces a lo largo de esas vacaciones que en un principio eran idílicas y soñadas.
Cuando se tiene la idea de pasar una temporada fuera de casa en compañía de tus colegas, hay que contar con ciertas variables para que el viaje sea un éxito, la experiencia resulte enriquecedora e imborrable, y lo que es más importante, que apetezca repetir con las mismas personas. Por ello te damos una serie de consejos para que tus vacaciones acompañado o acompañada de tus amistades sean todo un éxito.
1 La importancia de elegir la compañía adecuada
Parece una obviedad, pero lo cierto es que no todo el mundo cae en la cuenta de lo importante que es la elección de la compañía. Por muy bien que te caiga ese amigo o amiga de la infancia, puede que luego no os soportéis al pasar todo el día juntos. Cuando te vayas fuera de tu ciudad con alguien, asegúrate de que tenéis un carácter compatible, no tenéis que ser iguales compartir los mismos gustos, pero debéis guardar unos puntos en común que hagan que os interesen ciertos asuntos y por tanto que no choquéis durante el viaje.
Si a uno le gusta madrugar y otro no lo concibe, si a unos les encantan los museos y otros no los soportan... También están los que solo viajan para salir de fiesta en rincones distintos a los que ven habitualmente, lo que es posible que enerve a quienes quieren conocer no solo la noche de la ciudad que visitan. Elegir la compañía adecuada es el primer paso, y será fundamental para que el viaje sea un éxito y deje un buen sabor de boca.
2 Que no parezca una excursión de colegio
Irse de vacaciones con un grupo grande de amigos puede ser muy divertido... a priori. Quizás dos sea muy poco salvo que el viaje sea en pareja, aunque ir con tu hermano/a, padre o padre o mejor amigo puede ser perfecto, pero s iempre es mejor ser tres o cuatro. Si el motivo del traslado es para pasar unos días en la playa y con fiesta por las noches, a lo mejor ser muchos es positivo, pero en líneas generales no es positivo sobredimensionar los grupos vacacionales, porque cuando hay demasiada gente es más fácil discutir al tener varios puntos de vista que puede diferir enormemente.
Es mejor ser pares por aquello de llenar huecos en el transporte público que uséis, para las habitaciones de hoteles o los apartamentos, aunque si viajáis en coche es mejor ser cinco. Lo importante es eso, no parecer una excursión de colegio, una marabunta en la que al final se van a formar pequeños grupos y probablemente termine habiendo discusiones que puedan crear tensión en el ambiente.
3 Repartid las tareas
Salvo que sea un viaje organizado, antes de unas vacaciones hay que preparar muchas cosas. No solo debes elegir destino, sino que hay que buscar fecha, comprar billetes o pensar quién pone el coche, se necesita un alojamiento y no está de más ir mirando qué ver y qué hacer durante los días de asueto. En todo grupo siempre hay alguien que disfruta organizándolo todo y que puede tener buenas ideas, pero no es positivo ni deseable que una sola persona se encargue de todo.
Puedes pensar que tienes muchas cosas que hacer, pero el tiempo de los demás es igual de valioso que el tuyo, así que ponte a disposición del grupo para poner tu granito de arena. Si en tu caso te rodeas de vagos, diles que también deben colaborar e implicarse en la organización. Si hablas con educación y diplomacia, a nadie le va a parecer mal que se le demande un esfuerzo. Una vez de vacaciones también hay que repartirse tareas, sean domésticas y/o logísticas. Si todo el mundo contribuye, no habrá discusiones y las vacaciones serán más agradables para todos.
4 Ni te quejes por todo ni seas un borde
Hay gente especialista en ver los defectos de los demás o en quejarse por todo. Si eres de esos y estás de viaje con tus amigos, intenta serenarte un poco y aprende a callarte. Puede que en una cena de amigos en tu lugar de residencia sueltes alguna gracia que sienta mal o alguna bordería y generes momentos de tira y afloja, pero si estás de viaje no hay escapatoria posible, y un comentario mal entendido es capaz de cargarse el buen ambiente reinante.
Tampoco tienes derecho a quejarse por todo, a minusvalorar lo que han hecho o hacen los demás en el viaje, ni tampoco a decir que tú lo hubieras hecho mejor. Cada uno asume un rol, y si no te has encargado de nada es mejor que te calles y para otra vez puedes presentarte voluntario o voluntaria si piensas que tus ideas son más favorables que las de los demás. Es importante también que no expreses tu descontento con todo lo que rodea al viaje y con las circunstancias del mismo. Quizás el tiempo no sea el más adecuado, los precios sean altos o te canses, pero la gente no tiene por qué pasarse las vacaciones que tanto le han costado escuchando lamentos. No es cuestión de que digas lo maravilloso que es todo si no lo es, pero el que se queja todo el día termina agotando al más paciente.
5 Ten las cuentas claras
En determinados viajes está bien hacer un bote, sobre todo cuando hay que hacer la compra o se sale de fiesta. Es una forma de despreocuparse del dinero, se pone cierta cantidad y la persona más confiable del grupo se queda con todo y va pagando poco a poco. Esta fantástica opción saldrá bien si las cuentas están claras. No te pases pidiendo y piensa en que hay que ser justo con los demás. Cuando se paga a escote hay gente que tiene mucho morro y se aprovecha; si eres uno de ellos, no seas jeta y compórtate, y si eres de los que siempre paga más por los excesos de otros, alza la voz de forma educada y deja claro con buenas palabras que lo que se gaste ha de ser equitativo en la medida de lo posible.
Si te prestan dinero, no tardes en devolverlo, o si alguien ha adelantado una excursión, el alojamiento o el vuelo y no ha habido tiempo de transferencias, no tardes en reponer la cantidad, y sobre todo que salga de ti. Aquí depende mucho de la confianza que haya entre los amigos, pero cuando hay dinero de por medio, mejor que las cuentas estén claras.
6 Sé paciente, tolerante y aprende a callarte
Hay personas que dicen lo primero que se les pasa por la cabeza y que no miden. Quizás estén con sus mejores amigos, que ya les conocen y hacen el esfuerzo de dejarlo pasar, pero a lo mejor en el grupo hay amigos de amigos, y ya no se queda tan bien. Es por eso que durante un viaje con amigos es mejor que mantengas la boca cerrada con ciertos temas y que pienses bien lo que dices. No es cuestión de ir coaccionado o coaccionada, pero sí debes tener en cuenta que puedes provocar un conflicto, y la opción de discutir e irse cada uno a su casa está descartada cuando compartes viaje, y por tanto alojamiento.
De todos modos, lo ideal es tener un poco de paciencia con los demás, y ser tolerante, tanto con lo que dicen los otros como con lo que hacen. D os no discuten si uno no quiere, si es mejor que tengas un poco de mano izquierda. No saltes por cualquier cosa, pero si ves que hay alguien que se pasa tres pueblos intenta rebajar tensiones y hazle ver que no es el mejor momento para ponerse a debatir asuntos espinosos. Se puede hablar de todo o de casi todo, pero si sabes que hay asuntos que provocan tensión, mejor que se queden enterrados al menos hasta la vuelta.
7 No pasa nada por separarse alguna vez
No puedes pretender que a todo el mundo le guste lo mismo que a ti. Lo principal es que habéis hecho juntos un viaje que os apetecía mucho, solo que es posible que a ti te interese ver o hacer algo que a otro o a otros no. No es cuestión de pasar las vacaciones separados, pero no pasa nada porque paséis unas horas cada uno por un lado. Ni tú puedes imponer nada ni a ti te pueden imponer un plan con el que no comulgas. Algunas veces puedes ceder, pero tampoco es positivo que renuncies a algo que querías hacer por no separarte de los demás. Se puede llegar a un acuerdo, y que mientras tú vas a ese museo que tanta ilusión te hace, otro y otros pueden aprovechar para descansar o pasar por otra zona que a ti no interese. Si hay buena comunicación, no habrá problemas con nadie.