El síndrome postvacacional se genera tras la reincorporación al puesto de trabajo después de unas vacaciones. Cuanto más largas son, más se generan los malestares que conforman esta molestia, que genera frustración, apatía y depresión entre quienes vuelven a la rutina tras un descanso de, al menos, varias semanas.
Entre los síntomas que caracterizan a una persona con síndrome posvacacional destacan el malestar general, algunos cuadros de ansiedad (de menor o mayor intensidad), depresión, sudoración, falta de concentración, descenso acusado del rendimiento en el puesto de trabajo, cambios de humor, palpitaciones e incluso respiraciones agitadas y rápidas.
Aunque en algunos casos es inevitable, por norma general, el síndrome posvacacional dura alrededor de una semana hasta que el cuerpo es capaz de adaptarse a los antiguos ritmos y, así aumentar el rendimiento y la energía en el día a día. Entre algunos consejos para paliar sus síntomas, destacan los siguientes.
1 Descansa correctamente
Debes dormir al menos 7 u 8 horas seguidas para que el cuerpo se encuentre con la suficiente energía para afrontar el día a día. Además, el cansancio únicamente agravará la sensación de cansancio y apatía que caracteriza el síndrome posvacacional. Además, la adaptación del cuerpo a volver a madrugar no debe ser brusca, sino progresiva. Por ejemplo, en los días previos a la reincorporación al trabajo e incluso los fines de semana, puedes ir adelantado intervalo de tiempo determinado cada día hasta llegar a la hora necesaria para 'entrenar' tu cuerpo.
2 Mantente ocupado y haz ejercicio
Especialmente cuando la vuelta de vacaciones se realiza en horario de verano, en el que se pueden aprovechar más horas de sol, no te encierres en casa al volver del trabajo. Aprovecha la luz solar para hacer ejercicio al aire libre, dar un paseo o practicar cualquier afición que se pueda realizar en la calle. Esto generará endorfinas, la hormona que genera la sensación de bienestar. Además, encerrarte en casa hará que se cree un ciclo de pensamientos negativos que incluso puede alargar el síndrome.
3 Mantén una relación sana con tus compañeros
Una de las mejores formas de combatir el síndrome posvacacional es romper con todo aquello que te molesta de tu trabajo antes de tomarte tu, por otra parte, merecido descanso. Si uno de los problemas en el trabajo eran aquellas rencillas que podías tener con algunos compañeros o compañeras, es momento de limar asperezas.
Si antes de vacaciones no pudiste resolver algún asunto pendiente con tus colegas, s in duda este es el momento para hacerlo. Solucionar los problemas te ayudará a despejar la mente y generará tranquilidad.
4 Reduce e incluso evita tomar bebidas con alcohol o cafeína
En momentos en los que tienes ansiedad y falta de concentración, las bebidas alcohólicas o con cafeína son las menos indicadas, ya que agravarán esa sensación durante tu trabajo y fuera de él. Las bebidas con alcohol, además de deshidratar, agudizarán la apatía y la desconcentración. Por otra parte, las bebidas con cafeína, al ser estimulantes, impulsarán la sensación de ansiedad y las palpitaciones.
5 No caigas en pensamientos recurrentes negativos
En el síndrome posvacacional, al igual que en otros problemas psicológicos, la mente es nuestra peor enemiga. Por ello, debes dotar a tu cerebro de mecanismos para afrontar los pensamientos negativos de modo que no se apoderen de ti con contraargumentos que rebatan esa sensación de tristeza.
También es recomendable ocupar tu mente con alguna afición que practiques a menudo, ejercicio o incluso ver series o películas. Y, sobre todo, no pienses en el trabajo fuera del horario laboral. E vita contestar a correos o mensajes del móvil fuera del horario. Debes aprender a disfrutar y centrarte en los momentos de ocio.
6 Dentro de lo posible, gradúa el trabajo a realizar
Es cierto que, durante los primeros días tras las vacaciones, la productividad no es la habitual incluso al periodo anterior a tomar el descanso. No obstante, siempre que el ritmo de trabajo lo permite, procura no realizar las tareas más arduas los primeros días, o dedícate a llevarlas a cabo en menores dosis, permitiéndote retomar las tareas de forma progresiva.
7 Organízate
En momentos en los que los niveles de concentración son inferiores a los que generalmente suelen tenerse, es recomendable apoyarse en instrumentos para asegurar al cien por cien la organización y no dejar nada en el tintero. Emplea calendarios, agendas o cualquier recurso que consideres que sea útil para que tu única labor sea apuntarlo en el día que se tenga que realizar y consultarla alguna vez al día.
Además, también sería adecuado realizar una lista de tareas a realizar y colocarlas por orden de prioridad, fecha de entrega o dificultad, así, además, se pierde menos tiempo a la hora de pensar cómo ejecutar el nivel de trabajo diario y se puede hacer con mayor detenimiento y profesionalidad las tareas indicadas.