Uno de los rincones más especiales de la bella Roma se sitúa en el Jardín de los Naranjos -Giardino degli aranci-. Si visitas la capital de Italia hay que reservar una mañana o una tarde para acceder a este mirador asombroso en el que no todo el mundo repara y que resulta muy interesante.
Dónde está y cómo llegar al Jardín de los Naranjos
El Jardín de los Naranjos se encuentra a dos pasos de la parada de Metro Circus Massimo, por lo que es muy sencillo encontrar este lugar al que también puedes ir andando si previamente has pasado por el Trastevere o por el Coliseo.
- Una vez que se llega a la parada de metro tan solo habrá que cruzar el semáforo y acceder por la acera que se tiene enfrente. Hay que tener cuidado porque es algo inclinada.
- Una vez que se vea una enorme estatua a mano izquierda se encontrará un camino con las indicaciones para acceder al Jardín de los Naranjos, un lugar tranquilo que puede ser perfectamente el colofón perfecto viaje de lo más especial.
¿Qué ver en el Jardín de los Naranjos?
Es recomendable realizar esta visita cuando ya se haya visitado el resto de rincones de Roma. No es que sea un lugar poco interesante que se deja para el final como comodín, sino que es mejor finalizar aquí el viaje por lo espiritual que resulta y por las vistas impresionantes que tiene, con las que se puede poner el broche de oro a la estancia romana. Lo ideal es ir sin prisas para disfrutar de los dos miradores y un secreto guardado que también se encuentra por esta zona y del que hablaremos más tarde.
El Jardín de los Naranjos fue construido en 1932 en el centro de una de las colinas más famosas de la ciudad eterna. Raffaele de Vico fue el encargado de crear este rincón tan especial. A su alrededor se puede disfrutar de las iglesias Santa Sabina, S. Anselmo y S. Alessio.
Sin duda, es un rincón del que disfrutar de unas vistas que jamás se olvidarán. Desde aquí se ven parte de los tejados de la ciudad, entre los que se funden los tonos anaranjados que tanto caracterizan a la ciudad romana. A lo lejos, se puede observar el Altare della Patria, destacando el blanco de su edificio con el contraste antiguo de las demás fachadas situadas por Piazza Venecia. Se aconseja visitar este lugar al atardecer porque crea una panorámica de ensueño. No obstante, si el atardecer es espectacular visitar de noche también tiene su magia.
También se puede observar el río y el barrio de Trastevere, otro de los lugares más emblemáticos de Roma donde hay que hacer parada obligatoria. A pesar de que las vistas no dejan indiferente a nadie, es imposible no desviar la mirada hacia la Basílica de San Pedro.
El Ojo de la Cerradura
Una vez en el Jardín de los Naranjos hay que visitar el ojo de la cerradura, un lugar secreto en Roma que pocos conocen. Se debe hacer parada más que obligatoria en este lugar. Siempre suele haber una enorme cola tras una puerta verde antigua, pero ¿qué hay que todo el mundo espera para ver? Es tan asombroso que no se puede describir con palabras. La villa donde se encuentran tanto el Jardín de los Naranjos como el Ojo de la Cerradura pertenece a una de las órdenes militares más antiguas de Roma, la Orden de los Caballeros de Malta.
Detrás de la enorme puerta verde hay una cerradura por la que se deberá mirar y ¡voliá! se puede observar un camino estrecho de árboles y la cúpula de la Básilica de San Pedro del Vaticano perfectamente situada en el centro. Otra de las curiosidades es que al mismo tiempo que se está visualizando esta bonita postal estarás viendo tres países a la vez: El Vaticano de fondo, Italia bajo tus pies y la Orden de Malta en el centro. Hay que matizar que la Orden de Malta no es un país como tal, sino una organización internacional autónoma.
Es sin duda uno de los secretos más escondidos de la Antigua Roma. Este lugar encandila con sus empedradas callejuelas, el olor a pasta por cada rincón y su mezcla de tonos anaranjados de los edificios que al atardecer parecen fundirse sobre un mismo lienzo.
Dónde comer cerca del Jardín de los Naranjos
No puede faltar tampoco un lugar donde comer a un precio económico. Es cierto que comer en los restaurantes de Roma no suelen ser demasiado caros, siendo su precio medio por un plato de pasta de entre unos 9 a 11 euros.
- Sin duda, uno de los más demandados es Carlo Menta situado en el barrio de Trastevere, al otro lado del río en Via della Lungaretta.
- Otro lugar en el que se puede hacer parada es el Pizza al Massimo, un lugar entrañable en Via dei Cerchi 55.
- En el número 79 se encuentra Circo, donde sirven una magnífica comida romana y una gran variedad de platos típicos del país sin olvidar una rica carta de postres. Cerca, bajando la colina se encuentra el Coliseo, donde también se puede hacer parada para reponer las energías.
- El restaurante Ristoro della Salute no es de los más económicos, pero tiene unas vistas espectaculares y una carta exquisita.
- El Gran Caffe Rossi Maritini situado en la Plaza del Coliseo, es otro de los lugares con encanto para comer.
- En Rito Cafe los precios son mucho más asequibles y se encuentra en Largo Gaetano Aglesi, justo al lado del Coliseo.
- El restaurante Antica Domus y Aroma at Palazzo Manfredi merecen la pena ser valorados, ya que se crea un ambiente de lo más romántico para degustar los platos más sabrosos de la cocina italiana.
Cómo llegar a Roma desde el aeropuerto
Para llegar tanto del Aeropuerto de Ciampino como de Fiumicino hay un autobús directo a la estación de Termini por unos 5 euros, aunque si se compra en internet es algo más barato. Coger un taxi sale muy caro, y como no hay tarifa estipulada puede haber algún que otro timo para los turistas despistados.
Cómo moverse por Roma
A pesar de que es una ciudad muy grande y siempre en Roma hay algo que ver o que hacer, en tan solo 3 días se puede visitar Roma habiendo conocido lo más importante e interesante. Eso sí, es importante que lleves calzado cómodo porque la mayor parte de los lugares deben conocerse andando. También es aconsejable viajar en metro, aunque suele ser muy concurrido, sobre todo la línea B. Por su parte, los autobuses también son buena opción, aunque hay que tener en cuenta que no se pagan en el momento, sino que hay que comprar unos tickets en kioskos.