Belfast (que en irlandés significa 'El vado arenoso en la desembocadura de un río') es una ciudad inglesa que se encuentra situada en Irlanda del Norte. Pese a fue la más azotada por el Conflicto de Irlanda del Norte ocurrido a mediados del siglo XX, gracias al Acuerdo de Viernes Santo en 1998 está se fue modernizando hasta convertirse en la Belfast tal y como se conoce hoy en día.
La combinación entre modernidad e historia es lo que la caracteriza. Inspiración de la novela de 'Los viajes de Gulliver' de Jonathan Swift por las colinas que flanquean la ciudad que parecen un gigante dormido; fue también la ciudad que vio nacer al propio Titanic en 1912. A día de hoy cuenta ya con dos aeropuertos, el de George Best y el Aeropuerto Internacional, que la hace accesible desde casi cualquier parte del mundo. Pero definirla simplemente como esto es quedarse corto. Por eso a continuación te presentamos todo lo que la ciudad de Belfast ofrece como el perfecto destino turístico para los amantes de las ciudades con bullicio pero no muy grandes y el tiempo puramente británico.
Tour en taxi negro
A pesar de todas las novedades que trajo la modernidad de los últimos 20 años, el gran interés sigue siendo su pasado. El conflicto entre católicos y protestantes aún sigue estando latente; pero más que conflicto es un mantener con vida la propia historia de la ciudad. Por ellos basta con montarse en uno de los característicos taxis negros ingleses para que el taxista recorra la ciudad como si de un bus turístico se tratase.
Conocedores de todo lo vivido en este valle, muestran los lugares en los que ocurrieron los conflictos violentos más importantes. Aún a día de hoy se pueden ver los enormes muros que en su día separaban los barrios católicos de los protestantes para evitar los disturbios entre ambos. Por un lado estaría la zona este de Belfast, el antiguo territorio de los protestantes en las que se pueden leer pintadas como "¡No nos rendiremos!" o "¡Aquí no hay Papa ni papado!". Todo lo contrario en el lado oeste, el católico, donde sus paredes contienen gritos como "¡Abajo la Reina!" [Isabel II], "¡Viva el IRA!" o "¡Viva Irlanda!".
Actualmente el enfrentamiento se reaviva de manera "pacífica" todos los 12 de julio, cuando los protestantes celebran el aniversario de la Batalla de Boyne que tuvo lugar en 1960 en la que un rey inglés derrotó a los rebeldes católicos irlandeses. La "guerra" empieza cuando los protestantes organizan bulliciosas fiestas callejeras obligando a la policía a intervenir con algunas medidas de seguridad. Pero todo el mundo que conoce bien Belfast tiene un par de recomendaciones para aquellos turistas que llegan de nuevos: evita hablar de política y de mencionar los temas de religión. No es una ciudad peligrosa ni los habitantes son problemáticos, pero son temas muy sensibles y no ofender a un bando u otro es para expertos que saben bien tratar con ellos. Así que, para evitar cualquier mal rato, mejor disfrutar de su historia desde la barrera.
Titanic Quarter
El 31 de marzo de 2012 se inauguró un museo dedicado al Titanic. Encallado en las orillas del lago Belfast, en el mismo lugar que estuvo el famoso barco, se encuentra un edificio compuesto por cuatro proas de la misma altura que tenía la del auténtico Titanic. En su interior de 14.000 metro cuadrados y seis plantas se puede disfrutar de toda historia del emblemático crucero que se construyó en esta misma ciudad y que terminó en tragedia a comienzos del siglo XX. Destacan especialmente 3 galerías sobre el resto de su imperdible contenido. La sala 6 es la más dramática de todas ya que gracias a efectos visuales y sonoros se pueden revivir las últimas horas del buque. En la 7 se puede ver la lista completa de los fallecidos en el accidente. Y en la 8 se hace un recopilación de todo lo que se generó en torno a él dando lugar a noticias, reportajes, documentales y películas. Pero sin duda, la atracción preferida para todo aquel que visita el museo es la inmersión a más de 4.000 metro de profundidad en el océano Atlántico donde se puede bucear entre los restos del Titanic tal y como fueron encontrados en 1985 por Robert Ballard gracias a unas imágenes hiperrealistas.
El ayuntamiento de la ciudad
Este es sin duda uno de los edificios más reconocidos de Belfast y que no puede quedar sin visitar. Esta construcción de estilo eduardiano (barroco) del siglo XIX es la sede administrativa de la ciudad pero también el centro neurálgico para los habitantes. Además, destaca de él una impresionante cúpula de 53 metros de altura en pleno hall. Rodeado por unos impresionantes jardines, es punto de encuentro para el descanso y el ocio pero también para las manifestaciones y los paseos de banderas entre los ya comentados "enfrentamientos" entre católicos y protestantes. Su interior se puede ver gracias a la visitas guiadas de unos 45 minutos de duración tanto los días de entre semana como los fines de semana. Dice una historia que conocen muchos habitantes que hasta hace poco la puerta principal de este edificio permanecía cerrada sábados y domingos por el miedo a que fuese "invadido" por los góticos que se reunían delante.
Esta es uno de las muchas curiosidades que alberga este ayuntamiento. Por ejemplo, su fachada norte marta la separación entre el distrito financiero y el distrito comercial; la bandera del Reino Unido no ondea todos los días para así contentar tanto a católicos como a protestantes; el primer día de cada mes el público puede acceder a las sesiones de debate... y un largo etcétera. Presenta también la curiosidad de que, pese a ser una ciudad habitada por más protestantes, este es un edificio construido por los católicos bajo las órdenes de la Reina Victoria cuando concedió a Belfast el estatus de ciudad en 1898.
Cathedral Quarter
Y ya por último, este conocido barrio alberga el resto de elementos que no pueden faltar en una ciudad como son las galerías de arte pero también los bares, restaurantes y, como buena ciudad inglesa, los pubes. Allí te encontrarás tanto restaurantes Estrella Michelín como ambientes más relajados. También ofrece algunos de los locales más tradiciones en los que, además de una buena cerveza, se puede disfrutar también de la música tradicional como el Duke of York y The John Hewitt. Por supuesto, no se puede dejar sin visitar el tradicional Limelight en Ormeau Avenue, lugar donde han tocado los grandes grupos de Belfast como Snow Patrol o Shane McGowan.